En un entorno privilegiado de La Habana Vieja, en la parte trasera del Convento de San Francisco de Asís y justo a un costado de la plaza de igual nombre, se halla un sitio único de la capital cubana.
El Jardín Madre Teresa de Calcuta, a pocos metros de la bahía habanera y el trasiego turístico de esta parte de la ciudad, resulta un espacio de espiritualidad y paz, un lugar que invita al reposo y la introspección, y que, desde su inusual tranquilidad, rinde homenaje a la venerable religiosa y a otras relevantes figuras.
Inaugurado en 1999, apenas un año y medio después del fallecimiento de la Premio Nobel de la Paz, el jardín cuenta con una conmovedora escultura de la Madre Teresa, que capta toda su humanidad y consagración en un acto tan íntimo como la lectura.
La imagen es una obra del notable artista cubano José Villa Soberón, quien esculpió a la santa en bronce, vestida con su hábito tradicional y sentada sobre una piedra, a los pies de una cruz. De esta forma, la pieza refleja “la intensa espiritualidad y la suprema humildad de aquella gran mujer en un mundo martirizado por la pobreza, la guerra y el dolor de los que sufren y padecen”, en palabras del fallecido historiador Eusebio Leal Spengler.
Precisamente el jardín es también el sitio de reposo eterno de Leal, el ya legendario restaurador de La Habana Vieja, cuyos restos descansan allí desde diciembre de 2020. Pero no son los únicos. Otras prominentes figuras de la historia y la cultura cubana lo acompañan, entre ellos su maestro y primer historiador de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenring, y la esposa de este, María Benítez.
El director de cine Octavio Cortázar, la ceramista Marta Arjona, el pintor Juan Vicente Rodríguez Bonachea, el fotorreportero Liborio Noval, el poeta Jesús Orta Ruiz “El Indio Naborí”, y el recientemente fallecido trovador Vicente Feliú, son otros de los prominentes artistas que allí reposan.
A la paz y la contemplación tributan igualmente el resto de los elementos del jardín: sus plantas y árboles, sus varias esculturas, sus campanas mayormente silentes, sus bancos para el descanso. En el lugar, por demás, se encuentra también la Sacra Catedral Ortodoxa Griega San Nicolás de Mira consagrada, hace ya casi 20 años, en 2004, por el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomeo I.
Con todo ello, el Jardín Madre Teresa de Calcuta recibe a los visitantes con una invitación al sosiego y al reposo espiritual. Allí estuvo días atrás nuestro fotorropertore Otmaro Rodríguez, quien nos propone descubrir este apacible y maravilloso lugar de La Habana a través de sus instantáneas.
Lugar de reposo del primer historiador de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenring, y su esposa María Benítez. Foto: Otmaro Rodríguez.
Lugar de reposo de las cenizas del Historiador Salvador E. Morales Pérez. Foto: Otmaro Rodríguez.
Otras tarjas funerarias en el Jardín Madre Teresa de Calcuta, en La Habana Vieja. Foto: Otmaro Rodríguez.