Entre los tratamientos aplicados en Cuba contra la Covid-19, en particular en los enfermos graves, se utiliza el plasma de pacientes recuperados, una terapia ya empleada anteriormente contra otros padecimientos infecciosos y a la que ahora ha vuelto a recurrir la ciencia para combatir al nuevo coronavirus.
“Se utiliza plasma o suero de paciente recuperado para iniciar la terapia en pacientes que estén graves o con una evolución no favorable”, explicó este lunes en la televisión cubana Ricardo Pereda, coordinador del grupo de expertos del Ministerio de Salud Pública (Minsap) para el enfrentamiento a la enfermedad.
Perera dijo que este método “forma parte del arsenal terapéutico que existe en Cuba” y añadió que los especialistas cubanos están “al compás de los tratamientos que se hacen en el mundo”.
Según el experto, varios de los enfermos recuperados de la Covid-19 en el país –una cifra que hoy supera los 300– han donado su plasma para la terapia a los graves, “cumpliendo con todas las normas y el rigor que lleva”.
“Esperamos un tiempo, y una vez recuperado el paciente y verificado que el plasma está en condiciones de dar su propia inmunidad, se lleva a cabo el procedimiento”, detalló.
Además, resaltó el intercambio entre especialistas cubanos e internacionales, a través de videoconferencias, lo que ha permitido manejar información actualizada y debatir las decisiones a tomar.
“Esto ha posibilitado la evolución de un grupo importante” de pacientes, aseguró.
Tratamientos en marcha: La sangre que puede traernos respuesta
Perera comentó que en la Isla existe “un observatorio permanente de las experiencias que acumula cada país, en el manejo de la enfermedad”, el cual persigue “tomar la mejor y llevarla al análisis y la discusión colectiva”.
Ello, afirma, junto al uso de los medicamentos y protocolos adecuados, las acciones preventivas, el intercambio de información entre los especialistas “ha permitido que en Cuba el índice de los pacientes que pasan a la gravedad sea la mitad del promedio mundial y que se hayan logrado éxitos en la recuperación efectiva de pacientes graves y críticos”.
El uso del plasma de pacientes recuperados es un tratamiento centenario empleado para combatir brotes de influenza –como la pandemia de la llamada Gripe Española de 1918– y sarampión antes de que existieran las vacunas y más recientemente también se ha utilizado contra el SARS y el ébola.
Este método, conocido como “suero de convaleciente”, fue empleado ya en China tras desatarse la epidemia de coronavirus y luego se ha extendido a otros países como parte de los tratamientos experimentados contra la enfermedad.