Ese universo creativo, humano, espiritual y beligerante que llamamos cultura fue, sin dudas, uno de los más dañados por la pandemia de la COVID-19 durante el 2021. La expansión mundial del coronavirus obligó a suspender conciertos, giras, cerrar teatros, cines y cualquier práctica creativa que implicara interacciones masivas o la participación de una notable cantidad de personas.
Fue un año de encierros y de confinamiento en que las distintas manifestaciones creativas cobraron vida de puertas para adentro. Y Cuba, obviamente, no fue la excepción de la regla. Los artistas vivieron esa extrañeza de no poder expresare en la libertad de los intercambios creativos en los espacios dispuestos para ello, sobre todo los músicos, los escritores, los actores y en general todos los que basan sus formas de expresión en ese reconocimiento recíproco que pervive en la exposición pública y los vínculos sociales.
Conciertos desde casa y arte independiente
En la Isla se vivieron varios hechos que confirmaron que la cultura se ha diversificado, expandido y pluralizado. Los músicos ofrecieron conciertos de forma online desde sus casas —una experiencia que tiene en contra los altos precios de la conectividad—, grabaron discos en estudios propios y encontraron nuevas formas de ejercer su disciplina y de mantenerse en contacto con su público.
En este sentido los que han sufrido en mayor grado la pandemia son los artistas más jóvenes o independientes. Al no tener vínculos con instituciones no recibieron ayudas económicas del Ministerio de Cultura y dependen de sus conciertos en vivo para cubrir su economía personal y tener la posibilidad de seguir creando.
Grammy Latinos
Varios artistas cubanos de calibre resultaron nominados a la más reciente edición de los Grammy Latinos, que estuvo rodeada por la polémica en torno a la canción Patria y Vida, interpretada por Yotuel Romero, Descemer Bueno, Gente de Zona, El Funky y Maykel Osorbo, actualmente en una prisión de la Isla.
Entre los nominados estuvieron La Orquesta Aragón, Issac Delgado y Alain Pérez con el disco Cha cha chá: homenaje a lo tradicional; Jon Secada y Gonzalo Rubalcaba, con el álbum Solos; Leoni Torres con Alma Cubana; Manuel Barrueco por Music from Cuba and Spain, Sierra: sonata para guitarra; Alex Cuba con Mendo; Omara Portuondo con Bolero a la vida; Gloria Estefan, con Brazil 305; Pedrito Martínez, con Acertijos; e Iván “Melon” Lewis con Voyager.
En el proyecto colombiano Canto alegre, nominado a Mejor Álbum de Música latina para niños, participaron por la Isla Tony Ávila, Rita del Prado, así como Xóchitl Galán y Rodolfo Hernández (Fito), del Dúo Karma.
Finalmente resultó premiada Patria y Vida en dos importantes categorías, Canción del Año y Mejor Canción urbana. El tema ha sido tomado como estandarte por sectores que se oponen al gobierno cubano y formó parte de las consignas de los cubanos que se manifestaron el 11 de julio en la Isla. La prensa oficial ha calificado de “bodrio” el tema mientras la revista Rolling Stone la ubicó entre las mejores canciones del año.
Lo cierto es que el título ha gravitado en las polémicas políticas y culturales surgidas tanto desde el país como desde su diáspora. En ese entramado destacó la participación del dramaturgo Yunior García Aguilera, quien creó la plataforma Archipiélago como un método de oposición cívica al gobierno según sus propias expresiones, y convocó marchas que el gobierno declaró ilegales y no llegaron a realizarse por la intervención de cuerpos de la seguridad. García, de 39 años, se marchó a España y radica actualmente en Madrid, junto a su esposa. Su compañía, Trébol Teatro, fue cerrada en Cuba por el Consejo de Artes Escénicas.
Un disco de altos kilates, Cha cha chá: Homenaje a lo tradicional, grabado por la disquera estadounidense Cerrito Records junto a la Egrem, ganó en la categoría de Mejor álbum tropical tradicional. Al recoger el premio un entusiasmado Alain Pérez expresó ante el auditorio: “Estoy en el jardín de la música, tengo por dentro un carnaval de emociones. Que viva la música, el amor y el público que es la respuesta de todo lo que soy y siento. Viva Cuba, viva el cha cha chá”.
Grammy Latino para la Orquesta Aragón, Alain Pérez e Isaac Delgado
Otro de los hechos que vincularon este año a artistas cubanos a los más altos estándares de la industria de la música fue la nominación para los llamados Grammy americanos de Alex Cuba por su disco Mendó; Aymée Nuviola con Sin salsa no hay paraíso; Chucho Valdés por Mirror, grabado junto a Chick Corea, fallecido en febrero de 2021; Dafnis Prieto con Transparency y el cubanoamericano Arturo O’Farril, junto a The Afro Latin Jazz Orchestra, con su fonograma Dreaming in Lions.
Bienal de La Habana
Cuando los casos de la pandemia comenzaron a disminuir de forma considerable, después de una grave situación sanitaria, se inauguró La Bienal de La Habana, en marcha hasta los primeros meses de 2022 con la presencia de notables artistas internacionales y la cancelación de otras personalidades del arte, que declinaron por su apoyo a una campaña de artistas contra el evento como la consagrada Tania Bruguera, una de las líderes de llamado movimiento 27N.
En su declaración para oponerse a la realización del evento, que ha permitido expandir internacionalmente la obra de muchos creadores del país, los promotores de la campaña alegaron, entre otros temas, la situación de la Isla a raíz de las detenciones del 11 de julio: “Decimos NO a la participación en la Bienal de La Habana, porque artistas cubanos han estado, y otros aún permanecen, en prisión; porque docenas de profesionales del arte están bajo reclusión domiciliaria; porque más de mil de nuestros conciudadanos fueron arrestados durante las protestas masivas que tuvieron lugar el 11 de julio”.
Festival de Cine
El Festival de Cine fue otro de los hitos que se lograron este año. Digo hitos porque cuando la difícil situación sanitaria amenazaba la realización del evento, suspendido anteriormente por el elevado número de contagios de COVID-19, sus organizadores pudieron realizarlo y transcurrió con toda la normalidad que permiten los ramalazos de una pandemia que ahora vuelve a mantener en jaque al mundo y, por supuesto, a la cultura, entendida como un reservorio de manifestaciones artísticas.
13 películas para espantar la mala suerte en el Festival de Cine de La Habana
Pérdidas
La muerte inevitablemente marcó este año en Cuba. Miles de familias viven en luto por la pérdida de sus seres queridos, y entre esa larga lista de cubanos que fallecieron debido a complicaciones del coronavirus y por otras causas se encuentran conocidas figuras de la cultura y el mundo intelectual cubano, a los cuales ya hemos hecho referencia en anteriores textos.
Hay ocho, sin embargo, que me gustaría volver a mencionar por su especial significación para la historia de los cubanos y las relaciones que han establecido con su identidad nacional en todo el significado de la palabra. Manuel Porto, Enrique Molina, Adalberto Álvarez, Juan Carlos Tabío, Enrique Pineda Barnet, Vicente Feliú, Raúl Rivero y Arturo Cuenca. Fueron creadores que desde sus perspectivas individuales y su prisma creativo, político y social contribuyeron a la consolidación, expansión y anclaje internacional de la cultura cubana. Varios de ellos, con sus obras, marcaron a fuego a generaciones de cubanos.
Silvio Rodríguez con Diákara y Pablo con Días de Luz
El cantautor Silvio Rodríguez estrenó su nuevo disco Diákara, con grabaciones realizadas originalmente en México en 1991. El fonograma ha sido considerado como una especie de joya en su repertorio por la confluencia entre el trovador y el legendario grupo cubano de jazz rock ya desintegrado, el cual se situó en su momento entre las vanguardias musicales de la Isla. Sobre el álbum, el autor de Ojalá dijo a la investigadora Rosa Marquetti: “Es un disco que pasó por muchos avatares. Son 10 canciones que pudimos grabar en unas tres o cuatro sesiones mañaneras, después de una gira por México, locos por volver a Cuba. Puse 8 de las 10 voces en una sola mañana, el día antes del regreso. En nuestra tierra no había Dolby y estuvimos cayéndole atrás a uno hasta en otro país, y no apareció. Como yo estaba ahorrando para convencer al Estado de que construyera estudios nuevos, usé parte de ese dinero para comprar el dolby y una multipista de 24 canales, que estuvo usando la EGREM hasta que pudimos tener Ojalá, años después. Siempre aparecía una nueva dificultad; tantas que llegué a pensar que el disco tenía una maldición o algo así. El año pasado pude haberlo terminado, pero preferimos esperar a este para redondear la fecha y que fueran 30. Hasta que no lo vea editado no lo creeré”.
Pablo Milanés no ha dejado de aumentar su leyenda a pesar del encierro y los conflictos de la pandemia. El cantautor retomó su gira Díaz de Luz por España y Estados Unidos cuando las condiciones sanitarias lo permitieron. El trovador presentó ante su legión de seguidores los clásicos de su repertorio y sus nuevos temas en los que no deja de llamar a la reflexión sobre la condición humana. A principios de año Pablo estrenó Esperando el milagro, una canción con la que indaga en los nuevos conflictos que ha provocado en el mundo esta situación pandémica y a lo largo del 2021 ha presentado su Antología personal, un proyecto que aúna toda su discografía a través de la cual se puede observar no solo la historia del trovador sino la de todo un país. Acerca de Esperando el milagro dijo el trovador: “Creo que el milagro se puede traducir de distintas formas y el milagro, en este caso, se traduce en la forma que pueden trabajar los pueblos, los países, los gobernantes para hacer que todo funcione mejor, que la sanidad funcione mejor, que la ciencia funcione mejor, todo eso puede resultar en un milagro para la humanidad”.
Un artista, un disco. Cimafunk.
Cimafunk, con su segundo álbum El alimento, siguió cuesta arriba de forma expansiva su carrera, giró por Europa y Estados Unidos, grabó con leyendas de la música cubana y estadunidense como Chucho Valdés y George Clinton y la crítica le lanzó flores desde las páginas de varias de las principales revistas especializadas. Para rematar lo que diríamos “un año de oro”, la Rolling Stones situó El alimento entre los mejores discos del 2021. Un año, sin dudas, definitivo para la consagración del autor de “Terapia”.
Cine
En el cine no faltaron noticias que impactaron (impactan) favorablemente sobre todo a las nuevas generaciones de cineastas. Se alcanzaron diversos acuerdos con el ICAIC que favorecen la creación independiente; la actriz Blanca Rosa Blanco continuó su ejercicio como directora con el estreno del documental Retorno sobre la emigración entre Canarias y Cuba, y se estrenó la cinta El Mayor, que su director Rigoberto López dejó inconclusa ante su muerte en enero de 2019.
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El resultado final del filme ha dividido a la crítica. Están los que la consideran una relevante obra y los que han lamentado el producto final porque esgrimen que tanto la altura de López como cineasta y la figura de Ignacio Agramonte merecían una obra convincente, de mayor calado creativo.
Cinco acusaciones de abuso sexual contra Fernando Bécquer
Un caso que removió el mundo cultural cubano, sobre todo la escena trovadoresca de la Isla, fueron las acusaciones de delitos sexuales contra el trovador Fernando Bécquer, aparecidas originalmente en la revista El Estornudo. En el trabajo, firmado por el periodista Mario Luis Reyes, cinco mujeres cubanas acusan a Bécquer de abusos sexuales contra ellas mediante el uso oportunista de la religión yoruba que él práctica. El caso ha llegado ya a los tribunales y el trovador tiene prohibido presentarse en escenarios públicos hasta que se esclarezcan los hechos y la justicia dictamine, según conoció este redactor. El hecho ha conmocionado a muchos artistas cubanos, a los medios y en general a la opinión pública de un país poco habituado a lidiar en el ámbito nacional con este tipo de conductas violentas y de denuncias aparecidas al margen de los canales oficiales.
#YoSíTeCreo: repercusiones, ramificaciones y contextos del “caso Bécquer”
Cuba, es cierto, se ha recuperado de la pandemia gracias a la producción de vacunas propias y también a la inmunidad alcanzada por los miles de pacientes contagiados por COVID durante el alza de casos. Este contexto favorable le ha permitido anunciar para el próximo año eventos históricos de gran resonancia como el festival Jazz Plaza y La Feria del Libro, los cuales tienen un amplio poder de convocatoria entre cubanos y extranjeros. Sin embargo, estos anuncios han quedado obviamente entre paréntesis por el alto de nivel de propagación de la variante ómicron del virus, que ya llegó a la isla, y los crecientes números de la enfermedad en los últimos días.
Es difícil vaticinar qué podría suceder durante los próximos meses, aunque la nueva situación mundial con ómicron indica que los pronósticos no son del todo halagüeños. En Cuba ya han sido canceladas las actividades que impliquen aglomeraciones de personas. De ahí que podría decirse que las expresiones artísticas podrían volver, al menos durante un tiempo —quizá no tan largo como el anterior—, a crearse de puertas para adentro, en la soledad de las habitaciones o en esa extrañeza que aún producen las interacciones y los conciertos virtuales. Esperemos que el escenario no sea tan extremo como lo fue durante el pico de la pandemia y que los artistas y el público vuelvan retomar esa vida “en vivo” que tanto edifica el espíritu y la dignidad humana.