Teresa Paz, directora del Conjunto de Música Antigua Ars Longa, conversa con OnCuba a propósito de las dos décadas cumplidas por el grupo.
Hace 20 años, surgió el primer grupo cubano especializado en las partituras de antaño, el cual se convertiría en el principal promotor del Movimiento de Música Antigua en nuestro país: el Conjunto Ars Longa.
La agrupación debe su nombre al pensamiento del médico griego Hipócrates, “Ars longa vita brevis” (el arte es duradero, la vida es breve). “Nos inspiramos en esa frase para nombrar al conjunto, pues hacemos el arte que ha perdurado desde la Edad Media”, comenta Teresa Paz, directora del grupo.
Con el deseo de rescatar todo el patrimonio musical que se encontraba olvidado, la agrupación comienza a indagar en repertorios que se ubican entre el Medioevo y el Barroco, para trabajarlos y difundirlos.
Un año más tarde de la fundación, en 1995, la Oficina del Historiador de La Habana, acoge al conjunto para formar parte de su programa cultural.
Teresa Paz nos ilustra acerca de los inicios: “Todo comenzó con un dúo entre mi esposo Aland López y yo; pero se iba notando la falta de más integrantes e instrumentos, y de ahí se llegó a lo que es hoy”.
De esa aspiración, germinó una mezcla de sonidos con laúdes, oboes, violas, flautas dulces, guitarras, violines, arpas, cañas y otros, que en un acto de complicidad con el tiempo, nos trasladan a épocas pretéritas sin dejar de cuestionar e informar el presente.
Las interpretaciones de villancicos, cantadas y pastorelas del período virreinal y colonial, constituyen un ejemplo de las antiguas manifestaciones de la música culta americana llevadas a nuestros días por el conjunto.
Tal vez sea por el esfuerzo y la dedicación constante a este tipo de música, que Ars Longa ha conseguido tanto prestigio en la Isla y a nivel internacional. Conquista alcanzada, en gran medida, gracias a la labor de la soprano que lo dirige, quien ha accedido a dialogar con OnCuba.
Actualmente existen otros conjuntos que trabajan en la misma dirección que Ars Longa, pero ustedes tuvieron la primicia…
Somos pioneros en el movimiento de interpretación de la música antigua en Cuba, porque no existía antes un grupo especializado en ese repertorio; pero no negamos antecedentes como Isaac Nicola, quien se mandó a construir una vihuela, por ejemplo; también estaba el maestro Jesús Ortega, el grupo Exaudi, entre otros.
Desde el comienzo, no pensamos solamente en nosotros, sino que tratamos de involucrar a los demás, de crear una proyección a otras agrupaciones, compartir con los músicos cubanos; por eso surge Festival de Música Antigua Esteban Salas.
El impulso del conjunto hacia afuera ha despertado el interés de músicos por estos repertorios, por las maneras de interpretar; ya existen otros grupos, está Exulten y Ars Nova de Santa Clara, por solo citar algunos.
Nos ha parecido oportuno realizar talleres, porque en nuestro país no se estudian en la academia los instrumentos antiguos. Tales carencias necesitan ser cubiertas, al menos, con talleres o conferencias que vienen a hacer músicos de Europa y América.
Lo que más nos interesa ahora, es tratar de implantar una enseñanza de los instrumentos antiguos y sus técnicas de interpretación en nuestras escuelas de arte. Ya hemos hecho experimentos en la Amadeo Roldán, en la Escuela Nacional de Música, así creamos la Orquesta Barroca que es como un proyecto que reúne todo lo que se hace alrededor del tipo de música en esa escuela.
Si en Cuba no se estudia la interpretación de música antigua, ¿cuál es la formación de los integrantes del conjunto?
Aunque en nuestro país no hay una escuela de música antigua, la preparación que reciben los músicos en los conservatorios, nos ha permitido que, con ese nivel tan alto, puedan asumir los instrumentos antiguos. Nos hemos nutrido de la escuela cubana, que es buenísima. Siempre tratamos de hacer aproximaciones: si tú eres violinista, tocas un violín barroco y así.
También brindamos ayuda a agrupaciones de fuera de La Habana, ha habido una colaboración, por ejemplo, hacemos donaciones de instrumentos y realizamos talleres con sus integrantes. Por ello la conciencia de que es un movimiento, no un grupo que se va desarrollando sin mirar el progreso de la música antigua en general.
Coméntenos del papel de Ars Longa como anfitrión del Festival de Música Antigua Esteban Salas, que ya tiene 10 años.
En realidad, lo más importante es proyectar el interés que tenemos en que los músicos conozcan nuestras maneras de ejecución. Este año tuvimos la particularidad de tener el simposio Músicas antiguas y tradicionales: convergencias, un encuentro teórico con especialistas y musicólogos. Esto es muy importante porque se va asentando un pensamiento teórico acerca de todo lo que se refiere a la interpretación.
Hay que tener en cuenta que los músicos de este tipo de repertorio somos como investigadores también, tenemos mucha dedicación a esto. Justamente, al movimiento de música antigua, se le ha llamado de varias formas, entre ellas, “interpretación históricamente informada”, lo que muestra que todo lo que puedas estudiar de una obra va a acercar mucho más al oyente a lo que realmente era la idea original de ella. De eso se trata: sin dejar fuera nuestros propósitos artísticos, lograr toda la veracidad para que la gente entienda qué función tenía la música. Esa ha sido nuestra investigación en estos 20 años.
Háblenos de la labor comunitaria y del grupo Coral Infantil Cantus Firmus.
Desde el año 2000, realizamos este trabajo sociocultural en el centro histórico, que tiene su base en el propósito de la Oficina del Historiador de La Habana de involucrar a los habitantes del centro en la restauración del patrimonio. Los pobladores de la villa, viven en edificios que se recuperan y entonces deben tener una conciencia de lo que es el rescate patrimonial. Por eso hacemos el trabajo con los niños de aquí, le enseñamos lo que es una partitura antigua, cómo se puede tocar un instrumento de ese tipo, etc. Es un trabajo muy lindo, que ocupa un gran peso dentro de la labor del grupo.
En estos momentos, ¿cuál es el mayor objetivo que tiene propuesto Ars Longa?
Recién acabamos el festival, que fue una meta bien grande, con 34 conciertos, una exposición bellísima de la plástica de lujo cubana. El propósito es continuar trabajando, haciendo la programación especializada de la Iglesia de Paula, grabar… Tenemos propuestas de discos muy interesantes, de hecho, pronto salen dos que creamos entre el año pasado y este. Además, nos interesa rescatar la música que están transcribiendo los investigadores, y que es importante divulgar, sobre todo en Europa, pues la gente no conoce que existen patrimonios tan valiosos en América.
Luego de 20 años, ¿qué han logrado y qué les falta por hacer?
Primero, alcanzamos la difícil tarea de hacer interpretación históricamente informada en Cuba, cuando realmente es un lujo por la falta de condiciones. Tener una agrupación con todos los requerimientos, a pesar de lo costoso que es, constituye un logro que agradecemos, pues hallamos un espacio para realizar nuestro trabajo: esa es la alegría mayor. Además, que esta labor haya tenido repercusión no solo en Cuba, sino a nivel internacional, es maravilloso. Hemos llegado a salas importantes, como el Konzerthaus de Viena, también a los más reconocidos festivales de Francia. Es una recompensa que las personas puedan conocer que existe un patrimonio de este lado del mundo.
Lo que nos queda es afianzar un poco más la enseñanza y la confección de los instrumentos en la Isla. Se han dado pasos, pero todavía nos falta mucho camino por andar. Este es el inicio, no creo que podamos abarcar todo, pero con el esfuerzo, con encender la antorcha y llevarla de generación en generación, quizá logremos que en el futuro se pueda hablar de un movimiento de música antigua fortalecido: ese es nuestro sueño.
Por Carolina Rodríguez Castellanos
Foto: Roberto Ruiz