Abundan los enigmas sobre Leonardo Da Vinci: la sonrisa de la Mona Lisa, por qué el pintor más famoso del mundo dejó tantas obras sin terminar y, más recientemente, quién adquirió el Salvator Mundi. Pero una nueva exposición en el Louvre, que abrirá este jueves con motivo de los 500 años de la muerte del maestro italiano, trata de pintar un retrato del artista y pensador lo más completo posible.
Con obras provenientes de la colección permanente del Louvre y otras instituciones alrededor del mundo, la exposición reúne unas 160 piezas. Incluye obras maestras de Da Vinci, docenas de estudios y bocetos científicos, y piezas de otros artistas en su órbita. Los visitantes también pueden sumergirse en una experiencia de realidad virtual que indaga en la historia detrás de la Mona Lisa.
“Quisimos, con el fin de rendir homenaje al artista, poder mostrar la carrera completa de Leonardo Da Vinci y su desarrollo y explicar, por último, el sentido de su vida”, dijo el curador Vincent Delieuvin a The Associated Press.
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La exposición estará abierta hasta el 24 de febrero del 2020. Los visitantes pueden reservar boletos por adelantado en internet. El Louvre dijo que para el lunes por la mañana ya había prevendido 220.000 entradas.
El proyecto, que tomó más de 10 años de trabajo, comenzó cuando Louis Frank, el otro curador de la muestra, tradujo una biografía de Da Vinci de la era del Renacimiento para completar conocimientos existentes sobre la vida del pintor. Ese énfasis biográfico es evidente en el diseño de la exposición, que sigue la trayectoria del artista desde que era un aprendiz del escultor florentino Andrea del Verrocchio, hasta su muerte en Francia en 1519.
Con toda una sala dedicada a sus estudios científicos, busca capturar la sed de conocimiento y perfección de un hombre al que Delieuvin llamó “un genio universal”.
“Leonardo Da Vinci es uno de esos hombres raros, de esas personalidades que nos fascinan, porque era universal”, dijo Delieuvin. “Estaba interesado en todos los aspectos de la naturaleza. Todos nos vemos reflejados en su personalidad”.
“Matemáticos, especialistas en geometría, médicos, artistas, todos ven una parte de sí mismos en Leonardo”, agregó.
Varias de las pinturas terminadas de Da Vinci se exhibirán, incluyendo La Belle Ferronniere y La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana. La Mona Lisa permanecerá en su caja, arriba. Los visitantes podrán ver el Retrato de un músico en préstamo del Vaticano y Benois Madonna de San Petersburgo, entre otras.
Algunas piezas fueron más difíciles de obtener. El Hombre de Vitruvio, el famoso dibujo de Da Vinci de las proporciones ideales del cuerpo humano, llegó a Francia de la Gallerie dell’Accademia de Venecia apenas unos días antes de la inauguración.
La organización Italia Nostra, dedicada a la protección y promoción del patrimonio de esa nación, había tratado de bloquear el préstamo argumentando que la obra era demasiado frágil para el viaje. Una corte italiana originalmente suspendió el préstamo antes de decidir la semana pasada que podía ir a Francia por ocho semanas. A cambio, el Louvre le prestará a Roma varias obras de Rafael el próximo año.
La disputa generó un debate más amplio sobre el legado de Da Vinci y su identidad nacional italiana.
“Una exposición de Leonardo Da Vinci es muy difícil de realizar, pues Da Vinci se ha convertido en un símbolo”, dijo Delieuvin, quien calificó de “natural” que algunos museos sean reacios a prestar piezas de sus colecciones.
Aunque Da Vinci murió en Francia, Delieuvin dijo que los directivos del Louvre reconocen y celebran las raíces italianas del pintor.
Descubren una huella dactilar de Leonardo Da Vinci en uno de sus dibujos
“Le aseguro a todos que los franceses nunca se han apropiado de Leonardo Da Vinci”, dijo. “Leonardo es un genio que es evidentemente italiano, se formó completamente en Italia, y no hubiera llegado a ser Leonardo Da Vinci en Francia”.
Otra pieza aún ausente también generó gran atención. El Louvre hizo una solicitud para obtener en préstamo Salvator Mundi, pero aún no ha recibido la pintura. La obra fue adquirida por un comprador anónimo por un precio récord de 450 millones de dólares en 2017.
No está claro dónde se encuentra, pero se especula que el príncipe heredero saudita Mohammed Bin Salman es el nuevo dueño. Expertos en arte, mientras tanto, se mantienen divididos sobre si Da Vinci de hecho la pintó.
Por ahora, una variación de esa pieza creada en el estudio de Da Vinci cuelga en la exposición del Louvre. Delieuvin dijo que no sabe quién posee el original, pero que aún tiene esperanzas de que lo envíen al museo.
El curador ha dicho que el Louvre no emitirá juicios sobre su proveniencia hasta que tenga la pintura en sus manos.