Hay niños que ríen y hombres a punto de llorar en las fotos de Peter Turnley. También hay mujeres que amamantan, gente que muere de un balazo, otros que fallecen de hambre, un padre con las fotografías de sus hijos desaparecidos en medio de la guerra, y parejas que bailan o se besan. Una niña y un conserje juegan a la pelota en las calles de París.
Peter Turnley es el primer artista estadounidense que expone en el Museo de Bellas Artes de La Habana, en más de cincuenta años. Esta es, además, la primera vez que un fotógrafo norteamericano realiza una exposición personal desde que se fundara el museo en 1913. La muestra “Momentos de la condición humana” estará disponible desde hoy viernes 13 de noviembre hasta febrero de 2016, y es una retrospectiva de su obra, que abarca cuanto ha visto y experimentado en su recorrido por noventa países.
Se podría decir que 130 instantáneas son pocas, para quien durante cuatro décadas trabajó como fotorreportero para revistas tan prestigiosas como New Yorker, LIFE, National Geographic o Newsweek, de la cual hizo portada en 43 ocasiones. En su archivo están las imágenes de la caída del muro de Berlín y las revoluciones de Europa del Este, la hambruna en Somalia, catástrofes y la mayoría de los conflictos militares de los últimos tiempos.
Sin embargo, al buscar una definición para sí mismo, Turnley se observa como un fotógrafo de las calles, de la gente corriente y su vida diaria. Le interesa explorar lo que tiene de universal la condición de ser humano, en aquellos sitios donde se sufre ante la injusticia, como también cuanto hay de inspirador en momentos dulces y poéticos.
Un americano en París
Peter Turnley aprendió a crear imágenes en los barrios de negros, hispanos y trabajadores de clase media estadounidenses. Había descubierto el encanto de la fotografía en un libro de Henri Cartier- Bresson, Face of Asia, mientras se recuperaba de un accidente que le impidió durante buen tiempo practicar deportes, especialmente el fútbol americano.
Nació en el estado conservador de Indiana, en el Medio Oeste de los Estados Unidos, pero habla de París como su ciudad adoptiva. Se mudó a la capital francesa a mediados de la década de 1970 para estudiar Ciencias políticas y cuando decidió definitivamente seguir el camino de la fotografía. Allí trabajó como asistente de Robert Doisneau.y aprendió la técnica de impresión con Voya Mitrovic, el impresor de Cartier –Bresson, y quien ha impreso hasta hoy las fotos de Turnley.
Otro impulso decisivo en su carrera se lo había proporcionado Eugene Smith, el fotorreportero estadounidense de la agencia Magnum, considerado como el padre del ensayo fotográfico. Luego de documentar la pobreza en California durante meses, Turnley decidió mostrar su trabajo a Smith, quien elogió su sensibilidad y le motivó a dedicarse profesionalmente a crear instantáneas.
Fue también en París donde conoció fotógrafos que le incentivaron a viajar por todo el mundo, y donde definió su interés por las imágenes tiernas y sensuales, que hacen el equilibrio con la dureza de las realidades que documenta el fotoperiodismo.
Cuba: La gracia del espíritu
Turnley llegó a la isla por vez primera en 1989, en un viaje junto a Mijaíl Gorbachov. Desde entonces ha regresado continuamente, y solo en los últimos cuatro años, más de 20 veces.
“Las fotografías que he hecho en Cuba durante los últimos 30 años son una reflexión sobre lo que he visto y sentido cuando camino por La Habana y Cuba. Lo que me impresiona tanto es el poder del espíritu de los cubanos, que me parece una esencia muy elegante, alegre, vibrante, perseverante, llena de esperanza y determinación, siempre con visión de futuro”, dice Peter Turnley en entrevista exclusiva para OnCuba.
“No hay nada más emocionante para un fotógrafo que tener la impresión de que aprende algo al observar a las personas. Cada día que he estado en La Habana he tenido la impresión de estar aprendiendo de la gente, porque los veo demostrando amor no solo hacia sí mismos, sino a la vida en general, la sensación de vivir no individualmente, sino junto a los demás, como parte de un colectivo.
“Esta sensación de hermandad que siento aquí es muy inspiradora y me hace sentir como en casa.”
¿Cómo describiría la esencia de la identidad cubana en una toma fotográfica?
Mi libro Cuba: una gracia del espíritu contiene 130 fotografías. Yo no creo que sea imprescindible expresarlo todo en solo una toma, sino que me gusta la idea de utilizar un conjunto de fotos para crear una gran historia.
Pienso muy a menudo que existe un momento realmente poderoso e inspirador cuando conectas con los ojos de otra persona. Y cuando conecto mi mirada con la de un cubano tengo la sensación de ser bienvenido, siento que ellos desean compartir conmigo su vida y su alegría de vivir. Cuando ven que yo aprecio y agradezco lo que me ofrecen, hay entonces como una celebración.
¿Qué personajes y temas le han cautivado más en Cuba durante estos 30 años?
En muchos sentidos, y más allá de este momento de cambio que se vive hoy en Cuba, lo que me ha interesado siempre es el día a día, la vida en las calles. Pienso que el espíritu de los cubanos trasciende la política, y cambia. Sin embargo, hay una constante en la dinámica de ese espíritu, marcada por la elegancia y la alegría.
Entre muchas, la fotografía de la madre que amamanta a su hijo es una de mis favoritas. Un día entré a la iglesia de las Mercedes en la Habana vieja, y había una joven sentada con su bebé en los brazos. En ese momento ella me miró, y no necesitamos decir una palabra. Sin hablar, yo pude pedirle permiso para tomarle esa foto. Y ese ha sido de los momentos más hermosos que he visto. El bebé tenía solo 10 días de nacido. Hubo algo bastante sagrado en esa experiencia. Ahora estoy muy emocionado porque esta madre y su hijo vendrán a la inauguración de mi exposición en Bellas Artes, este 13 de noviembre.
Usted ha presenciado conflictos y momentos difíciles alrededor del mundo durante cuarenta años. ¿Cuál sería la foto que preferiría olvidar, o no haber tomado?
Hay muchas realidades que yo desearía poder olvidar. He visto lo más hermoso y lo más terrible de la vida. Algunos de esos momentos que siempre estarán conmigo son el ver gente morir de hambruna durante la guerra civil en Somalia en 1992, el resultado del genocidio en Ruanda, o momentos de conflicto en Irak y Chechenia, también en Bosnia, Afganistán. Preferiría olvidar muchos de los momentos más duros de las guerras que he visto. Pero no puedo. Y tampoco creo que deberíamos olvidarlos. Pienso que la fotografía es muy importante porque puede ofrecer voz a quienes no la tienen.
¿Es esa la razón por la que hace fotografías?
Sí. La fotografía para mí es una oportunidad para decir y para permitirles a otros que se expresen.
Peter Turnley ha fotografiado también a líderes como Nelson Mandela, Fidel Castro y Barack Obama. ¿Cómo describiría la experiencia de retratar a estas personalidades?
He fotografiado ahora durante cuarenta años a personas de la vida cotidiana y también muchos líderes mundiales. Tuve la oportunidad de retratar a esos que mencionas y a otros como Clinton, Mohamed Alí, el Papa Juan Pablo Segundo, la Madre Teresa de Calcuta, muchas personas que han realizado contribuciones importantes para defender las realidades de nuestro mundo. Pero cuando retrato personas muy famosas y con mucho poder, lo que más me interesa mostrar no es lo que les hace célebres, sino su humanidad. Siempre busco al ser humano, lo que pueda reflejar quiénes son realmente.
Yo asistí a la toma de posesión de Nelson Mandela, en Sudáfrica en 1994. Y al terminar la ceremonia, había una fila de líderes internacionales, que esperaban por sus autos para retirarse. Entonces vi a Fidel. Caminé hacia él, me presenté, nos estrechamos las manos, y le pregunté si podía tomarle una foto. Él fue muy espléndido y amable. Siento mucho orgullo de haberlo fotografiado.
¿Qué consejo tiene para los jóvenes que se inicien en la fotografía?
Que intenten aprender tanto de la vida como de la buena técnica fotográfica.
¡Qué bien! Hoy cumplo 44 años. Tomaré como un regalo la inauguración de su expo, aunque no pued asistir porque vivo en Sancti Spíritus.
Excelente propuesta a los amantes de la foto y a los demás también. Como el espíritu ano que arriba a los 44, felicidades! Me encantaría ir pero, yo si estoy lejos. Muy lejos. Gracias a In Cuba y otras vías me acerco un poquito todos los días