Cuando se habla de orfebrería experimental e innovadora en Cuba Osvaldo Castilla es un nombre imprescindible. En sus piezas el diseño es más importante que los materiales, lo precioso de los elementos se subordina al concepto y a la estética. Desde su primera exposición el año 1979, revolucionó la forma de hacer y de concebir la joyería en el país. Muchas de sus muestras se convierten en verdaderas acciones plásticas donde fusiona la concepción de las piezas y el performance. Modelos y bailarines ostentan sus creaciones al unísono que sus esculturas cinéticas brindan una visión más compleja de cómo concibe la orfebrería este creador: lo esencial en su arte es el movimiento.
Osvaldo es astrólogo y esotérico. Sus piezas también. Desde el más simple anillo hasta el más elaborado colgante poseen el aura, el misticismo de su creador muy imbuido de las antiguas filosofías y ancestrales culturas. Todo ese acervo late en su obra. Las piezas de este maestro tienen alma. Son joyas originales que portan las buenas vibraciones del creador como amuletos energéticos que nunca pasan de moda.
Irreverencia, riesgo, abstracción, son ingredientes básicos de estas obras que transitan de la artesanía manual a la joyería más sofisticada.
Castilla es uno de los grandes maestros de la joyería cubana. Junto a José Rafart fue fundador de la orfebrería cubana contemporánea. Irrumpió en la visualidad cubana de los setenta con una propuesta sui genéris, muy diferente a lo que se realizaba en esos años. Sus piezas son muy contemporáneas, pues lo abstracto y lo exótico las dominan. Su material predilecto es la plata, aunque ha doblegado a otros metales que han aparecido fusionados a diversos elementos en sus distintas etapas creativas.
Desde una perspectiva experimental y transgresora se mueve entre los entorchados, las superficies corrugadas, las texturas y volúmenes en sintonía con las gemas, caracoles, conchas, maderas preciosas, huesos, entre otros elementos naturales. Ha obtenido durante su vasta trayectoria disímiles reconocimientos tanto dentro como fuera de Cuba. Su obra escultórica se encuentra en importantes colecciones tanto privadas como institucionales al igual que sus prendas, preferidas por muchos.
“Que algunas de mis piezas tengan movimiento no quiere decir que el movimiento sea lo único que importa en mi obra, hay otras estáticas”, comenta Castilla. “Otra de las inquietudes de mis piezas se refiere a la escala, a la dimensiones, porque una escultura no debe ser apreciada solo por su tamaño sino por sus valores estéticos y diseño. Empecé a interesarme mucho por dos líneas de joyería que me fascinaban: la de África del Norte que tienen muchos elementos que se mueven y la de los países nórdicos con sus vikingos y sus celtas. Me he interesado por estas culturas no solo por los estudios que he realizado sino por la afinidad que siempre he tenido por esas civilizaciones”.
Si tuviera que etiquetar o definir su obra ¿cómo lo haría?
“Soy cubano y como cubano soy barroco, mi obra está pautada por el eclecticismo. Ahora me encuentro en un punto más sosegado de mi obra, antes era más efervescente y más anárquico. Estoy más calmado porque he ido encontrado mi camino y soluciones dentro de mi propio estilo. Por otro lado, aun me quedan muchas cosas por hacer y siento una imperiosa necesidad de crear y estudiar cada día. Hay artistas que me influyen mucho como Miró, Lam y Gaudí. Soy un poco de todos y a la vez soy yo mismo, los seres humanos somos un cúmulo de experiencias y nuestras creaciones también”.
De lo mejores ofebres de cuba…. me encantan su obra!!!