Ni juez ni gladiador
soy un silencio atroz que clama desde el templo
amo la luz que extiende sus hilos sobre el cauce y echa raíces
llevo una antorcha que arde como el pájaro de plata
Roberto Chile
Cauces, 1991
Al reconocido fotógrafo Roberto Chile le brota la emoción cuando habla de uno de sus proyectos más recientes, donde se funden en un fructífero diálogo sus imágenes fotográficas y los versos de veinte poetas cubanos. Dicho así, pudiera parecer que los autores convocados cedieron obras ya conocidas que enlazaban muy bien con las fotografías seleccionadas. Sin embargo, la idea de Chile va más allá y deja bien claro que se trata de un proyecto donde poesía visual y poesía escrita van de la mano en un mismo empeño. Una no puede separarse de la otra, pues en esa comunión nace una obra nueva, que nos lleva a encontrar otros significados.
Así, como un todo, se revela este proyecto que lleva por nombre “Donde anida la poesía”, integrado hasta el momento por una exposición y un libro. A este sueño se han unido reconocidos bardos del universo letrado del país, quienes, en su inmensa mayoría, han entregado textos inéditos. En palabras de Rafael Acosta de Arriba, prologuista y uno de los poetas del libro: “Las miradas otras sobre la mirada original del fotógrafo se producen con la voluntad expresa de desentrañar el enigma de las imágenes, de hacer copular esas diferencias de visión y de que el lenguaje escrito en comunión con el visual nos aporte una nueva dimensión cultural. Hay, por tanto, dos posibles lecturas en este libro: la de las imágenes y los textos en sí mismos y la de la relación que se establece entre ambos; atravesarlas y cotejarlas puede ser un apasionante ejercicio para el degustador”.
La idea de este proyecto surgió de repente, como surge la poesía, y fue tomando forma con el paso del tiempo, confiesa el también realizador audiovisual. “Primero le comenté la idea a mi amigo, el investigador, escritor y crítico de arte Rafael Acosta de Arriba, y casi al unísono, a la poeta y amiga de los años, Marilyn Bobes. A ambos les pareció interesante y se sumaron a mi entusiasmo. Entonces comencé a seleccionar las imágenes, a la vez que se las proponía, primero a ellos, y después a otros poetas, todos cubanos. El primer poema fue el de Marilyn: Resistencia. Fue la primera emoción, el disparo inicial. Después llegó Humo de siglos, de Rafael. Y días después, Navegantes del joven escritor Sender Escobar. Así fue llegando uno tras otro hasta llegar a veinte. Entonces, a modo de intro, decidí incluir mi poema Cauces, escrito en 1991. No puedo negar que disfruté el camino, la llegada de cada nuevo poema, que leía y leía hasta el cansancio. Donde anida la poesía es un acto de amor espontáneo y sincero, lo cual quedará claro para quienes se acerquen primero a la exposición y después al libro”.
Esta pasión por la fotografía y por la poesía condujo a Chile a seleccionar las imágenes, cual punto de partida de un proyecto que descubre algunas de las vertientes de su trabajo fotográfico, desde lo conceptual o experimental hasta lo puramente documental. “El conjunto no salió de golpe, fue surgiendo paso a paso, según iban apareciendo los poemas, decidía una nueva imagen. Una suerte de sortilegio hilvanado por ambas poéticas, la visual y la escrita. Variedad temática, estilística y conceptual, hasta cierto punto azarosa, donde predomina, por encima de todo, el diálogo entre ambas poéticas”. Las fotografías pertenecen a varias series: Guanabacoa, SOMOS, Fidel es Fidel y Convergencias (en progreso), además de que aparecen imágenes disímiles de La Habana, la gente, la vida, tomadas entre 2011 y 2020.
Son fotografías a las que acude Chile frecuentemente y que han sido interpretadas o traducidas en palabras por poetas de la talla de Marilyn Bobes, Miguel Barnet, Víctor Casaus, Alfredo Zaldívar, Nancy Morejón, Rafael Acosta de Arriba, Alexis Díaz Pimienta, Alex Pausides, David López Ximeno, Yanelys Encinosa Cabrera, Víctor Fowler, Basilia Papastamatíu, Soleida Ríos, Norberto Codina, Ricardo Acostarana, Sender Escobar, Maylan Álvarez, Waldo Leyva, Miguel Alejandro Hayes y Giselle Lucía Navarro. Todos entregaron poemas que despertaron en Chile emociones diversas. “Algunos me pusieron a pensar, hubo los que me desvelaron, y hasta los que me hicieron reír, soñar, dudar, hurgar en lo más hondo de mí. No siempre hubo coincidencias entre fotógrafo y poeta, lo que sí hubo todo el tiempo fue transparencia y comunicación. Todos los poetas se inspiraron en la imagen elegida y de ella surgieron sus versos. El mundo interior de los poetas es inmenso y eso es lo que le dio riqueza al conjunto. De alguna manera, tanto en las fotografías como en los poemas, hay certezas, dudas, anhelos, angustias, esperanzas, frustraciones, luces que enaltecen, sombras que conmueven. Algunas fotografías son simples miradas. Otras traen consigo estados de ánimo, incertidumbres, destellos. ¿Será que así las veo porque son mías? No. Los poetas también vieron y encontraron, y a través de sus sentidos y perspectivas, plasmaron las sensaciones que estas les provocaron, y no solo eso, hurgaron más, y hasta pusieron en los versos trozos de sus propias existencias”.
Quedan ahora otras interpretaciones, las de los lectores del libro con el sello Ediciones Bachiller (que saldrá a la luz próximamente) y las de los espectadores de la exposición que estará desde el primer día de julio de 2022 en la galería “El Reino de este Mundo”, de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. Auspiciada por el Fondo Cubano de Bienes Culturales y Ediciones Collage y con el apoyo del Banco Sabadell y del multimedio argentino Resumen Latinoamericano, la muestra será la primera estación de este proyecto que rinde homenaje también a poetas como Roberto Fernández Retamar, Sigfredo Ariel, Pablo Armando Fernández y Carilda Oliver, esta última en su centenario.
En esta diversidad temática, tanto de fotografías como de poemas, destaca la evolución de quien se reinventa cada vez. Fotógrafo, documentalista y gestor cultural, Roberto Chile pone en el centro a la poesía y nos invita a desandar el sendero del arte, un camino en constante movimiento y transformación. Tal es su dinámica que, en medio de un proyecto aún no consumado, ya trabaja en una segunda edición, “yo diría, en el segundo acto, que no será exactamente igual… Ya estoy trabajando en la selección de imágenes y en la convocatoria. Tal vez sea muy pronto para anunciarlo, no me gusta hacer promesas, pero me provocaste. Si lo logramos, porque como este, sería un proyecto colectivo, no un proyecto personal, será una interesante manera de darle luz a nuevas y viejas imágenes e inspirar nuevos versos. No se puede dejar de soñar, mucho menos cuando se vive en busca de la poesía”.