Grandes títulos del cine europeo pasados por el tamiz de quince jóvenes artistas gráficos cubanos son el eje temático de una exposición abierta este sábado en La Habana y en la que los carteles de filmes eternos como Bella de día o Ladrones de bicicletas cobran nuevos y contemporáneos bríos.
La muestra “Clásicos restaurados del cine europeo” forma parte de la programación cultural paralela al 40 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano y, con el auspicio de la Unión Europea, da un espaldarazo a una nueva hornada de diseñadores que lucha por revivir esa gráfica cubana que un día fuera la punta de lanza de las artes visuales en Cuba.
Los creadores han trabajado con títulos como El tercer hombre (1949), de David O’Selznick; La Caza (1966), de Carlos Saura; Un verano con Mónica (1953), de Ingmar Bergman; Los 400 golpes (1959), de Francois Truffaut; Las tres luces (1921), de Fritz Lang; o Mudar de vida (1966), de Paulo Rocha.
Son grandes largometrajes de la cinematografía del viejo continente que han sido restaurados en los últimos tiempos, y que ahora también reviven en estos carteles en los que, según la especialista en Gráfica Sara Vega, se puede comparar cómo ha cambiado la codificación del mensaje desde su estreno hasta la actualidad.
En la veterana y recién recuperada Galería 23 y 12, cada nuevo cartel –quince en total– se muestra junto al original, lo que permite comprobar cómo ambas obras atrapan la esencia de la película, pero con elementos, colores y símbolos diametralmente distintos.
Es el caso de la joven Liz Capote, que ha reinterpretado Ladrones de bicicletas (1948), de Vittorio de Sica, “huyendo” de lo figurativo del cartel original hasta llegar a una imagen de líneas mucho más simples e inspiradas en la inocencia del hijo del protagonista.
Capote ha anclado su propuesta en la escena en que el niño rompe a llorar y “salva a su padre”, jugando con las lágrimas y con un suave tono amarillo que evoca la infancia, según explicó la artista a la agencia Efe.
También es por completo distinta del afiche de 1967 la creación de Javier G. Borbolla, “feliz” de que le haya tocado repensar un título tan mítico como Bella de día, de Luis Buñuel, a quien admira inmensamente.
Este diseñador ha cambiado el claroscuro del cartel original por una casi tropical combinación de púrpura, verde y amarillo, y a Catherine Deneuve desnuda de espaldas por una sugerente orquídea de la que tres colibríes intentan libar.
“He tratado de adivinar las sensaciones de la protagonista y plasmar el contraste entre su deseo sexual y su ternura”, relató Borbolla, para quien el color púrpura simboliza la alta cuna de la protagonista y el amarillo de la flor, la luminosidad del día.
El fotograma en blanco y negro de una barca llena de personas que hace las veces de cartel de Mudar de Vida se convierte, en manos del artista Miguel Alejandro Castro, en una amalgama de suaves curvas en una gran paleta de azules, con las siluetas en contraste de una lejana barca, un nadador y un remo.
Castro, que vio la película por primera vez cuando le asignaron este título para repensar su cartel, ha conectado el contenido del filme con una constante de la realidad cubana, la migración, y ha visto en la silueta de la barca un mensaje recurrente: “móntate y vete”.
“Al final, es inmigración”, apostilló.
Durante la apertura de la exposición, el embajador de la UE en Cuba, Alberto Navarro, consideró que se trata de una “idea preciosa” y recordó que la Revolución cubana es “una revolución muy gráfica” que ha tenido en la tradición cartelera una de sus mayores herramientas de comunicación.
“Admiramos la libertad artística y el valor de la creatividad en un entorno a veces difícil”, agregó el diplomático, quien subrayó la apuesta del bloque europeo por impulsar la cooperación cultural con Cuba dentro del recién estrenado escenario de diálogo y cooperación.