A Tomás Gutiérrez Alea, referente del séptimo arte en Cuba, estará dedicado un centro de investigación y promoción de la obra cinematográfica de reconocidos realizadores de la Isla.
La actriz Mirtha Ibarra, viuda del cineasta fallecido en 1996, anunció este jueves la creación del futuro centro a partir de un proyecto, que, según explicó, es un “sueño personal” que busca sobre todo conservar la obra de “Titón” –como también era conocido Gutiérrez Alea– y otros grandes directores del cine cubano.
Los libros de la biblioteca personal del director del aclamado filme Memorias del subdesarrollo, junto a su papelería y patrimonio fotográfico, conformarán los fondos de la nueva institución cultural para su consulta por parte de los visitantes, aseguró Ibarra.
Un edificio situado en La Habana Vieja albergará el centro “Tomás Gutiérrez Alea”, donde se impartirán talleres de creación para jóvenes que se inician en el cine, así como de otras manifestaciones artísticas con las que el proyecto prevé vincularse en la zona más antigua de la capital cubana.
Ibarra dijo que el inmueble está en proceso de reparación con el apoyo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y del Dr. Eusebio Leal, un reconocido y activo impulsor de la restauración y conservación del patrimonio arquitectónico y cultural de la Isla.
Tomás Gutiérrez Alea (1928-1996), uno de los más destacados cineastas en la historia del cine cubano y latinoamericano. Escribió guiones y dirigió más de veinte largometrajes, documentales y cortos, varios de los cuales se consideran clásicos de la cinematografía de la Isla.
Entre sus títulos más sobresalientes figuran Las doce sillas (1962), La muerte de un burócrata (1966), La última cena (1976), Los sobrevivientes (1978), Fresa y chocolate (1993), que marcó un hito artístico y social en Cuba, y Guantanamera (1995), su último trabajo, en coautoría con Juan Carlos Tabío al igual que su filme anterior.
La obra cumbre de Titón es Memorias del Subdesarrollo (1968), película basada en la novela homónima de Edmundo Desnoes y en la que analiza utilizando una narrativa fragmentada los cambios sociales ocurridos en Cuba tras el triunfo de la Revolución de 1959. Por sus altos valores estéticos ocupa, en opinión de críticos e investigadores, un lugar entre las 150 mejores de la historia de la cinematografía mundial.
EFE / OnCuba