Declaración de cineastas cubanos: “¡Gracias, Festival!”

Un grupo de cineastas cubanos sale en defensa del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano y de la existencia de "cineastas que no necesitan ni admiten que nadie les diga de qué deben hablar sus películas ni con qué estética."

Durante la presentación de su película Bajo un sol poderoso, el pasado martes, el director cubano Kiki Álvarez hizo pública una inusual declaración firmada por un “Grupo de cineastas cubanos en el Festival”, saludando la existencia del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano que se desarrolla por estos días en su 43a edición.

En el texto no se explicita su motivación, pero puede inferirse que fue provocado por las opiniones del decano de la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual del Instituto Superior de Arte, en las que Javier Gómez señala críticamente a un “supuesto nuevo cine latinoamericano” y fustiga al cine cubano juzgándolo como “un arte en decadencia” y “un mundo en decadencia”, donde predomina como “enfermedad extendida”, “la superficialidad, la deshonestidad, la doble moral, el empobrecimiento intelectual, el llamar ‘exilio’ a la migración, ‘censura’ al olvido, buscando el discurso más conveniente.”

Para Gómez, “es necesaria una generación cubana de realizadores verdaderamente nuevos, sin los vicios que padecemos” y “desde una visión ideológica que beba de la Revolución cubana, y que no esté intoxicada contra ella… El anticomunismo que campea en nuestro ambiente cinematógrafico no lo va a producir… Solo un cine militante se puede cuestionar en Cuba la destrucción del socialismo.” Al terminar su reflexión, clama por “un cine iluminado por ese sol del mundo moral.”

Los duros juicios de Gómez son replicados de forma indirecta en la declaración de los cineastas cuando, glosando las palabras de éste, saluda al Festival por, precisamente, “ponernos ante el cine iluminado por ese sol del mundo moral que asume nuestra diversidad y libertad de creación como premisas.”

O cuando, insistiendo en la diversidad, elogia el “cine que llama exilio al exilio, migración a la migración, olvido al olvido y censura a la censura”.

Según conoció OnCuba, entre los redactores de la declaración de los cineastas, que no ha buscado adhesiones, figuran algunos de los más importantes creadores del cine cubano actual.

Se trata de una polémica que hasta ahora ha evitado la frontalidad, en la que los actores no se nombran directamente, pero dejan ver y representan dos visiones muy contrastadas sobre la función y los derroteros que deberían seguir el cine y los cineastas en el contexto cubano. 

El poeta, dramaturgo y ensayista Norge Espinosa, aportó también al debate, que por el momento transcurre fuera del circuito institucional, al recordar que “a través de polémicas y crisis sucesivas, la historia del cine cubano ha sido también la de cómo sus creadores reaccionaron a ataques y sospechas, uniéndose por encima de diferencias personales o divergencias estéticas para defender una causa mayor cuando ese gesto resultaba necesario.”

“De eso deberíamos aprender, como quien sabe que ese ataque puede ser dirigido mañana contra cualquier otro, porque el extremismo no distingue matices, ni sabe dirimir ciertas sutilezas. Pero esa lección se olvida fácilmente, hasta que se llena el sueño de los peores dinosaurios. Desde el Festival de Cine, en el cual este año he sido parte de uno de sus jurados, y desde la voluntad de discutirlo y defenderlo, para sentirlo mejor y hacerlo crecer aún mejor, les comparto ahora esta declaración que recoge el sentir de sus cineastas cubanos.”

OnCuba reproduce íntegramente el texto de la Declaración:

“¡Gracias, Festival!”

Ha transcurrido la mitad del Festival y uno siente ya su peso cultural profundo, popular, colectivo, de amplia y diversa convocatoria; un Festival fiel a sí mismo y al cine cubano en su historia y su presente; profesional, de alegría, de reencuentros y planes; revolucionario en el sentido activo y de futuro de esta palabra.

Gracias, Festival, por mostrarnos un cine diverso; un cine que llama exilio al exilio, migración a la migración, olvido al olvido y censura a la censura. ¡Qué alegría ver al público en las cuatro salas disfrutando cada filme, sin que nadie le dicte lo que debe pensar sobre ellos!

¡Qué gusto ver títulos cubanos en la pantalla, independientes o realizados gracias a los aportes de nuestro Fondo de Fomento del Cine Cubano! ¡Qué felicidad reencontrarnos con nuestras actrices y actores, tan queridos! Ya está en activo una generación de nuevos y capaces realizadores cubanos, junto a los de otras generaciones, asumiendo todos críticamente la realidad, cuando de eso se trate en la obra, más allá de posicionamientos ideológicos preestablecidos.

Basta no cerrar los ojos frente a las obras para comprobar que nuestro cine tiene futuro porque tiene talento, ganas y los apoyos posibles. Cineastas que no necesitan ni admiten que nadie les diga de qué deben hablar sus películas ni con qué estética.

Hay que poner en circulación muchas obras de dentro y fuera que esclarecen nuestra historia y realidad continentales. El público, con su asistencia a las salas y sus aplausos, muestra su necesidad de disfrutar de este arte en su diversidad y libertad.

Qué satisfacción comprobar que la familia cinematográfica cubana sigue en pie: todos aquellos que aman y sienten por nuestro cine, profesionales y estudiantes; todos decididos a continuar la creación con honestidad e imaginación.

Gracias, Festival, por el aliento, por esta fiesta, y por ponernos ante el cine iluminado por ese sol del mundo moral que asume nuestra diversidad y libertad de creación como premisas.

Gracias, Festival, porque estás. ¡Feliz cierre! Ahí estaremos, celebrando los Corales, soñando con el siguiente, enfrentando los desafíos.

Grupo de cineastas cubanos en el Festival
En La Habana, el 6 de diciembre del 2022.

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