El cine documental cubano del ICAIC toma las salas del British Film Institute durante agosto. “Por un Cine Imposible: Documental y Vanguardia en Cuba” es el nombre de esta muestra de unas treinta obras. La selección expone la diversidad de métodos formales y temáticas de la no ficción cubana en el periodo épico, así como sus cruces con la ficción y las miradas de realizadores extranjeros sobre la Revolución. Es un panorama abarcador de un momento paradigmático de la cinematografía nacional.
El ciclo, que fuera inaugurado y concebido por el Museo Reina Sofía de España en colaboración con la Cinemateca de Cuba en junio de 2016, reúne un grupo de documentales cubanos perteneciente al periodo entre 1955 y 1972. El título de la muestra juega con el conocido ensayo del cineasta cubano Julio García Espinosa: “Por un cine imperfecto”, a quien se le hace un homenaje especial.
Esta selección ha recorrido durante todo 2016 festivales como DocLisboa International Film Festival, el de San Sebastián, entre otros, se atiene fundamentalmente a aquellos filmes que prestan atención a los cambios que estaban sucediendo en Cuba durante los primeros años de la Revolución.
La muestra fue curada y preparada por el historiador, escritor, profesor, y realizador de cine británico Michael Chanan, autor, entre otros libros, de The Cuban Image: Cinema and Cultural Politics in Cuba, texto esencial dentro de la crítica anglosajona para comprender el cine cubano. Es además un relevante investigador del cine documental latinoamericano y cubano de la década de los 60.
Chanan contó para realizar su trabajo con el apoyo de Lola Calviño, Vice Directora de la Cinemateca de Cuba y viuda de Julio García Espinosa, y con Chema González, Jefe de Actividades Culturales del Museo Reina Sofía.
Además de esta retrospectiva, la muestra contará con dos conversatorios especiales. El 1ro de agosto, Dunja Fehimović, de la Newcastle University, presentó su conferencia “Inicios y batallas”. En el encuentro se habló de la película El Mégano, realizada por Julio García Espinosa y Tomás Gutiérrez Alea en 1955, considerada por el ICAIC como precursora del cine revolucionario y prohibida por el gobierno de Batista. El filme es una fábula narrada por intérpretes no actores, cuenta la dura vida que llevaban los carboneros de una región del sur habanero.
Otra de las películas a presentarse en esta sesión será Historia de una batalla (1962), de Manuel Octavio Gómez, que trata sobre la campaña de alfabetización de 1961. De 1962, Cuba, pueblo armado es un retrato del espíritu militante de la milicia voluntaria luchando contra los contrarrevolucionarios en el Escambray, realizado por el documentalista holandés Joris Ivens. Y por último los dos primeros cortometrajes Ciclón (1963) y Now (1965), con los que el director Santiago Álvarez reinventa el noticiario fílmico.
La cultura cinematográfica cubana en la década de 1960 fue realmente única, tanto en términos de producción como de exhibición. ¿Cuáles fueron los contextos históricos, culturales y teóricos que permitieron al cine cubano florecer? ¿Cómo los cineastas claves produjeron un cine radical que sirvió tanto a sus propias ambiciones artísticas como para modificar el gusto de la audiencia? Estas interrogantes tendrán respuestas el 23 de agosto, con el grupo de expertos –entre ellos los académicos Michael Chanan y Jean Stubbs, y el comisario e investigador Chema González– quienes explorarán la naturaleza experimental, artística y revolucionaria de estas películas en el panel “Por un cine imposible: documental cubano en los años 1960”.
Los documentales de esta muestra se presentan agrupados según las siguientes secciones:
Visitantes extranjeros
Se ofrecerán algunas de las múltiples perspectivas de cineastas extranjeros sobre la Revolución Cubana. De 1960, Yanki No!, filmado por los pioneros del cine directo Richard Leacock y Albert Maysles para la televisión ABC. Del francés Chris Marker se incluye La batalla de los diez millones (1971), una aproximación que se convierte en una pieza eficaz de contra-propaganda ante la desinformación occidental.
Mujeres
La mujer cubana se desarrolló y dio un salto adelante con la Revolución. Este programa incluye dos películas de cineastas europeos: de la francesa AgnèsVarda, Saludos Cubanos (1964), y Ellas (1964), del danés Theodor Christensen. De Sara Gómez, la primera mujer directora de cine en Cuba, se mostrarán los documentales Iré a Santiago (1964) e Y tenemos sabor (1967), en los que plasma las celebraciones de la cultura afrocubana y las tradiciones de la música popular cubana.
Perspectivas I
Inicia este programa Hombres del cañaveral (1965), de Pastor Vega, documental que registra un día en la vida de los voluntarios de la ciudad que trabajaban en la cosecha de azúcar, y refleja el debate ideológico sobre la moral revolucionaria encabezada por el Che Guevara. El otro filme, Guantánamo (1964), de José Massip, ofrece una inventiva exploración de la base naval estadounidense ubicada en ese territorio, vista desde la perspectiva de los cubanos que trabajan allí.
Santiago Álvarez
Este ciclo dedicado a Santiago Álvarez cuenta con las obras Cerro Pelado (1966), Hanoi martes 13 (1967) y Hasta la victoria siempre (1967). En el primero, Santiago sigue a los atletas cubanos que estarían compitiendo en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Puerto Rico, cuya participación los Estados Unidos trataba de impedir. El segundo, es un sutil y poético anti-reportaje sobre Vietnam del Norte. Y el tercero, la emotiva respuesta instantánea de Álvarez ante la noticia de la muerte del Che Guevara en Bolivia.
Cultura
En este programa se presentan dos películas de Octavio Cortázar. En Por primera vez (1967), un cine móvil lleva películas a un pueblo remoto. En el otro, Acerca de un personaje que unos llaman San Lázaro y otros Babalú (1968) se ofrece una mirada a sincretismo religioso afrocubano, donde el Lázaro bíblico se funde con Babalú. Nuestra Olimpiada en La Habana (1968), de José Massip, es un informe de un torneo internacional de ajedrez en la capital cubana (donde los jugadores aficionados incluyen a Fidel). Por último, una de las películas más extraordinarias de Sara Gómez: En la otra isla (1968), que ofrece una colección de retratos de personas que viven en la Isla de Pinos, dibujando sus historias y reflexiones, tocando temas como el racismo y la delincuencia.
Perspectives II
Acá se reúne un cuarteto de películas de estilos y temas contrastantes. Hombres de mal tiempo (1968), de Alejandro Saderman es una meditación sobre la historia y la memoria, contada a partir del testimonio de cinco centenarios veteranos de la Guerra de Independencia de Cuba. LBJ (1968), de Santiago Alvarez, es una pieza de sátira explosiva sobre el asesinato como un arma política en los años 60 en Estados Unidos. Hablando del punto cubano (1972), de Octavio Cortázar, es una investigación alrededor de las competiciones tradicionales de canto improvisado, con el comentario cantada por el popular Joseito Fernández. Completa el programa Isla del Tesoro (1969), breve evocación poética de Sara Gómez sobre la isla donde Fidel Castro y los asaltantes al cuartel Moncada fueran encarcelados por Batista.
Largas luchas
79 primaveras (1969) es el tributo lírico de Santiago Alvarez a Ho Chi Minh. Los programadores lo combinan con la obra de Manuel Octavio Gómez, La primera carga al machete (1969), que se distingue por la impresionante fotografía de Jorge Herrera, y por el uso de recursos como el cine encuesta y el reportaje verité para referir, con técnicas documentales, un relato de ficción inspirado en hechos históricos.
Perspectivas III
Con ¡Viva la República! (1972), Pastor Vega utiliza un enorme volumen del archivo del cine cubano desde los primeros días de la República de 1902 para deconstruir la prehistoria de la Revolución.
Angulo Ancho
Girón (1972), de Manuel Herrera, mostró lo lejos que llegó el documental cubano a principios de los años 70. Este largometraje refiere la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos, contada a través de los recuerdos de los combatientes, con archivo y mucha reconstrucción, filmada en pantalla ancha como si se tratase de una película de guerra, que surte el efecto de subvertir el modo dominante del cine como espectáculo y en su representación del heroísmo.
Finalmente, se incluye Soy Cuba (1964), del director ruso Mikhail Kalatozov, coproducción entre la Unión Soviética y Cuba considerada una de las películas más destacadas de la década de 1960. Esta obra será proyectada para complementar la temporada de cine cubano documental y vanguardista.