Elpidio Valdés regresa. Cuarenta y tres años después de su creación y luego de haber hecho reír a varias generaciones de cubanos, el más famoso de los personajes nacidos de la imaginación del dibujante Juan Padrón tendrá también su propio videojuego.
La noticia, anunciada por la prensa nacional, explica que el proyecto de llevar el personaje a esta nueva plataforma es posible gracias al trabajo conjunto de varias instituciones, entre las que destacan el Instituto Cubano de Cine y los Joven Club de Computación y Electrónica.
El mambí cubano, luego de ser un rotundo éxito como historieta y dibujo animado, buscará próximamente ganar su espacio en la nueva plataforma digital. Un reto complejo ante la gran competencia que enfrentará en el mundo de la programación, y en el cual Cuba tiene un evidente retraso con respecto a los cánones de producción y comercialización de videojuegos.
Este fenómeno de exportar historietas y dibujos animados a plataformas de videojuegos es una práctica extendida en todo el mundo, y que en Cuba tiene el antecedente más conocido en la aplicación dedicada al Capitán Plin, otro personaje del dibujo infantil cubano. Sin embargo, este precedente no tuvo gran consumo entre los más pequeños, quienes están permeados por la estética y planteamientos de otros productos similares de procedencia extranjera.
Ante tales circunstancias, el nuevo producto, para conseguir insertarse entre los más jóvenes, deberá apelar entonces al rescate de las raíces del personaje, a reacomodar la forma de contar las historias que por más de cuatro décadas han mantenido frente al televisor a familias enteras.
Las esperanzas para confiar en el éxito del videojuego, que busca insertar al país en la producción digital de entretenimiento, se basan esencialmente en la aceptación que han tenido, tradicionalmente, entre el pueblo cubano las historias de Elpidio Valdés.
Hablar entre cubanos de Elpidio siempre levanta risas, y es que el dibujo animado retrata una época de grandes acontecimientos en la Isla sin renunciar a la jocosidad que identifica a quienes habitan o han nacido en este país.
La singularidad de permitir el acercamiento a una parte muy importante de la historia cubana a través del divertimento le ha permitido al reconocido mambí, y al resto de los personajes de sus aventuras, ganarse un espacio en el imaginario popular cubano. Espacio que no ha mermado, incluso, ante la apertura a la amplísima programación internacional de animados que se exhibe hoy en Cuba.
Por ahora lo cierto es que Elpidio regresa. Por suerte para todos, incluso para aquellos que preferirán seguir disfrutando de él en el tradicional formato de dibujos animados en dos dimensiones. Esperemos entonces que sepa readecuarse a los exigentes gustos de las nuevas generaciones de cubanos que han crecido consumiendo videojuegos de gran factura.
Por: Julio Batista Rodríguez