Desde hace cinco décadas atrás, el acto de disfrutar de los filmes de estreno en los cines principales de la Isla, acompañados por cortos y documentales de producción nacional, se convirtió en un hecho habitual para el público cubano. Una tradición que se remonta a los años en que la presencia del Noticiero ICAIC Latinoamericano y los muy recordados Filminutos (animados) eran motivos suficientes para el rencuentro de los espectadores con la pantalla grande.
Este verano, el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), felizmente retoma de forma estable, esa añeja costumbre, ausente en los últimos años. Al finalizar agosto, se habrán exhibidas 18 obras de 14 realizadores del cine cubano, que servirán de antesala a los esperados filmes de estrenos de diversas cinematografías; una muestra del retorno, al circuito de exhibición del país, de cortos, animados y documentales a su espacio -pudiéramos llamarle- natural.
Como parte de esta programación se incluyen los cortometrajes Exit (2011) y Casting (2013), últimas producciones del polémico actor, narrador, guionista y director cubano Eduardo del Llano. Dos cintas en las que la cámara no es demasiado arriesgada, no existe un alarde de efectos visuales, ni se intenta revolucionar la estructura. Se trata de un contar y leer al modo tradicional, donde el director no se plantea innovar, sino más bien escudriñar en la psicología del ser humano y en los procesos sociales que le rodean.
En estas obras audiovisuales encontramos –una vez más- esa mirada irónica y mordaz que caracteriza al autor del largometraje Vinci (2011). Un humor inteligente y cuestionador, que convida a la catarsis y a la reflexión sobre los problemas más candentes de la sociedad cubana. En esta ocasión, su flecha aterriza en la diana de la ética de los artistas en la Cuba actual.
Nicanor O’Donell, personaje fetiche y alter-ego de Eduardo del Llano, retorna en su cortometraje Exit. Esta vez, el personaje interpretado por el popular actor Luis Alberto García, se trasmuta en una suerte de “verdugo asalariado”, bajo las órdenes de un artista extranjero que intenta captar el dolor de los artistas cubanos (como metáfora de sus angustias creativas). Bajo tales condiciones O’Donell, no le quedará otra que estamparle un puñetazo en la cara, a una larga lista de personalidades de la cultura.
Dirige así su mirada cuestionadora hacia aquellos artistas extranjeros que, inescrupulosamente, manipulan y entretejen realidades tercermundistas con fórmulas “artísticas” que jamás tendrían cabida en sus países del primer mundo. Al mismo tiempo el filme arremete contra aquellos artistas cubanos que sienten la necesidad de trascender en el mundo del arte… a cualquier costo.
Por su parte, Casting, intenta reproducir fielmente una prueba donde varios actores aspiran a interpretar un personaje dentro de una coproducción cubano-alemana. Sus diferentes personalidades salen a flote, así como las luchas intestinas que engendran tales competiciones. Es una suerte de metáfora, que a través de esta historia y de las miserias humanas de sus protagonistas, intenta develar el mundo interno de los artistas, sus motivaciones, incertidumbres, contradicciones y frustraciones. Pero no sólo de los actores: se hurga también en la ética de los artistas detrás de cámara, que ante las penurias financieras, son capaces de violar cualquier pauta moral con tal de llevar adelante el proyecto. Es un relato sobre la coexistencia entre lo digno y lo necesario, y sobre los niveles de una estructura del simulacro que va más allá de la simple visión del “cine dentro del cine”.
Guionista de títulos tan reconocidos –y a la vez controvertidos- del cine cubano institucional como Alicia en el pueblo de maravillas de Daniel Díaz Torres, La vida es silbar y Madrigal de Fernando Pérez, así como La película de Ana de Daniel Díaz Torres, Eduardo del Llano ha incursionado en la dirección en múltiples cortometrajes de ficción con su productora independiente Sex Machine Producciones: Monte Rouge, High Tech, Photoshop, Homo Sapiens, Intermezzo, Brainstorm, por sólo mencionar algunos. Cortos caracterizados por una lacerante crítica socio-cultural, con una mirada irónica y mordaz, acompañada de un humor muy criollo empleado para diseccionar nuestra realidad, características que le valieron en el pasado no pocos detractores.
Afortunadamente, parece que los lastres del pasado van cediendo y cortos como Exit y Casting vuelven a tener cabida en los cines de estreno en la Isla. Haciendo cumplir la máxima de quien fuera uno de los más prestigiosos cineastas de Cuba, Tomás Gutiérrez Alea (Titón), quien siempre defendió que “amar a un país significa también ejercer la crítica.”
Escrito por: Amanda Guerra
Fotos: Fotogramas de Exit y Casting