Alejandro Gil afirma que La emboscada -próximo estreno cubano para la gran pantalla y que marca su regreso al cine- no es una película de guerra aunque el título lo sugiera. “En el filme lo primordial es el modo en que resisten y actúan un grupo de personas que se enfrentan a una situación límite, desde una perspectiva humana que trasciende lo bélico”, expresó a OnCuba el director de La pared sobre su más reciente largometraje. El filme cuenta con las actuaciones de Patricio Wood, Tomás Cao, Caleb Casas y Armando Miguel Gómez.
Gil dio a conocer que inicialmente, en los años noventa del pasado siglo, el guión de La Emboscada, fue previsto para un corto de ficción producido por los Estudios Cinematográficos de las FAR, hoy TRIMAGEN, pero la llegada del Período Especial, lamentablemente deshizo esta posibilidad.
“Pasaron los años, hasta que le presenté el argumento al realizador y guionista Ernesto Daranas, quien me comentó, en ese entonces, que la historia ofrecía opciones para ir más allá del corto de ficción. A partir de este momento, Daranas se entregó con esmero hacia la consecución de un relato abarcador y con aristas argumentales concentradas más en la arista humana del conflicto, que a la reverencia de lo épico. El tiempo comenzó a sumar años de espera, casi doce, y el texto fue adquiriendo madurez conceptual y dramatúrgica.”
¿En qué se inspiró fundamentalmente?
La obra se inspira en historias de vidas, vivencias personales y anécdotas de hombres cercanos a episodios y situaciones que recrea la película; donde cuatro hombres escapan de una emboscada, y sus historias personales comienzan a develarse a partir de una angustiosa situación límite, donde la escasez de recursos, el desgaste físico y las contradicciones, provocarán conductas inesperadas que pondrán en peligro cualquier posibilidad de sobrevivencia.
¿Qué tiene en común y qué lo diferencia de sus anteriores entregas fílmicas?
Las diferencias radican en sus temáticas, pero no tanto en los intereses conceptuales que las amparan. El hombre en el centro de las resonancias de sus entornos y su tiempo, las complejidades de su comportamiento ante situaciones que lo comprometen como ser social; sin dejar de observar su dinámica personal dentro de los conflictos que lo cuestionan. Así me he comprometido, sin importar los géneros, desde mi primer documental Piensa en mí (sobre las cartas de José Martí a María Mantilla), un video clip como El Revólver (realizado a Gerardo Alfonso), hasta Extravíos, mi última ficción antes de emprender La Emboscada.
El mayor reto del filme, aclara Gil, es llegar al último día de rodaje con el mayor por ciento de los propósitos alcanzados. La Emboscada te enfrentaba a un rodaje con el 90% de sus secuencias en exteriores. Una película con estas características, siempre es difícil de filmar pues nuestras condiciones meteorológicas son muy variables. Por ejemplo, aquí el sol es un elemento crucial para la progresión dramática de la historia, es como si fuera otro personaje, protagónico por demás. Sin él, era imposible avanzar, y nos fue esquivo en múltiples ocasiones. Su ausencia redoblaba las tensiones.
Fotos: Adolfo Izquierdo Mesa/Still del filme