Entre palomas, perros de pelea y niños que viven su realidad, la nueva película cubana Conducta, del director Ernesto Daranas, evoca el esplendor y la decadencia de una Habana trazada por los márgenes, La Habana que él vivió. Mucho se ha hablado por estos días del estreno de la cinta, pero pocos conocen que Carmela, personaje protagónico que interpreta la actriz Alina Rodríguez, es real.
Carmela Martínez Echevarría, quien fue hace mucho tiempo “la profe” del hijo mayor de Daranas, constituye la inspiración de Conducta. Ahora, en su aula verdadera de la escuela Angela Luanda, en la Habana Vieja, entre libros, pupitres y niños que nos miran extrañados, Carmela narra las alegrías y tristezas de una vida dedicada, como dijera el apóstol a “hacer hombres piadosos y útiles”.
“Me incorporé al magisterio por un llamado de la Revolución en 1967. Entonces pensé que sería algo pasajero, y con las prácticas docentes, cambié de idea. Al graduarme me ubicaron como directora en una escuela de la Hata, en Guanabacoa. Fue difícil al principio, me trataban como una niña, pues yo era muy flaquita y joven. Pero me gané a la población de la Hata, visitaba sus casas, preparaba actividades culturales donde todos los niños participaban. Hasta hicimos cuatro aulas más en la escuela, y fueron los padres quienes buscaron los materiales y trabajaron día y noche.
“A los dos años volví a las aulas, en mi municipio, que era Plaza de la Revolución. De ahí pasé a El Platanito, en el Cerro, donde me fue muy bien a pesar de ser también un barrio marginal. Como yo vivía cerca me aparecía en casa de los niños a comprobarles las tareas o con cualquier pretexto. A algunos los buscaba para llevarlos a la escuela y después le decía a los delincuentes del barrio que me indicaran la salida porque había cada recovecos, pero me respetaban”.
Carmela trabajó en otros lugares periféricos de la ciudad como San Miguel del Padrón y San Agustín. Fue alfabetizadora en la isla, en Nicaragua en 1979 y desde 1995 radica en la escuela Angela Luanda, donde fundó el proyecto Aulas-Museo patrocinado por la UNESCO. Su historia es la de muchas maestras que entregan cada día lo mejor en las aulas y es también, ¿por qué no? la nostalgia de todos los que tuvimos una “profe” como ella alguna vez.
¿Quién es la verdadera Carmela?
“La verdadera Carmela no tiene ninguna diferencia con el personaje. Eso fue lo que más me impactó de la película, y aunque Alina es muy buena actriz no pensé que fuera capaz de interpretarlo así. Realmente no hay diferencia, yo también exijo mucho a mis alumnos y me familiarizo con sus problemas. Esta semana me dio mucha alegría que una de mis antiguas estudiantes viniera porque había visto la película. Dice que encontró tantas coincidencias, que quería verificar si era yo”, revela con una sonrisa.
¿Ha tenido algún Chala en su aula como el de la película?
“Hay muchos Chalas y casos peores en tantos años de trabajo. Recuerdo un alumno que venía de la escuela de conducta. Cuando ese tipo de centros dice que el niño está superado, hay que reincorporarlos en la misma escuela y aula donde antes estaba. Pero su maestra dijo que si el niño volvía, ella se iba. Entonces yo pedí que me lo dieran a mí. El muchacho discutía con todos los maestros y con los alumnos, te viraba la clase al revés. Incluso tuve que ir a la escuela de conducta a pedir consejo porque me sacaba de quicio.
“Pero fue cambiando poco a poco. En las vacaciones me llamó a mi casa para adelantarme que me traía una sorpresa cuando se incorporara. A él le gustaba avanzar solo en los ejercicios de Matemática y que yo usara pensamientos martianos en mis clases. ¿Cuál era la sorpresa? Había hecho todo el libro de Matemática y llenado una libreta de pensamientos martianos. Llegó a coger la vocacional Lenin, pero lo expulsaron. Pasaron los años y un día me llamó y me dijo: “Su alumno malo, el pésimo, cogió Medicina. Cuando me gradúe, le llevo el título”. Y me lo trajo.
“Él es solo uno de muchos, y no solo casos conductuales, también niñas que quedaron embarazadas en la primaria, con madres alcohólicas como la de Chala, y otras historias muy tristes”.
¿Usted fue maestra de uno de los hijos del realizador Ernesto Daranas?
“Los dos hijos de Daranas, Laura y Juan Pablo, estudiaron en esta escuela, y yo fui la profesora del varón en 5to y 6to grado. A Juan Pablo, como a miles, también lo salvé de la escuela de conducta. Él era muy buen estudiante, pero era la candela, aunque conmigo se portaba bien, porque ¡pobre del que no se porte bien!, así mismo como es Alina.
“Estos muchachos no son culpables del medio en que viven, a veces solo les falta cariño. Y como dice Carmela en la película, una escuela de conducta es una mancha en el expediente. Es verdad que allí hay especialistas y otros métodos, y si tengo dudas voy y les pido ayuda pero mis alumnos siguen en mi clase.
“A Juan Pablo lo vi en la premier de Conducta, al final demostró ser un buen alumno. Ahora está haciendo la tesis para graduarse de la Facultad de Medios Audiovisuales (FAMCA), siguió a su papá”.
¿Cuándo la contacta Daranas para comentarle que planeaba una película sobre usted?
“Daranas me llama un día y me dice que necesitaba que le contara de mi experiencia como maestra porque quería hacer algo de la pedagogía cubana. Yo no sabía bien la ocupación del papá de Juan Pablo, ni él tampoco me dijo que era para una película.
“Intercambiamos unas cuantas veces sobre mi vida. Pasó el tiempo, hasta que me volvió a contactar para reunirse conmigo. Entonces pasé por su casa y me entregó un papel dobladito. Me dijo que lo leyera cuando pudiera para darle mi opinión. Eché el papel en mi jaba y me fui. Cuando llegué me sorprendió ver que era un guión. Me bañé, comí rápido y esa misma noche lo leí completo. Fue una fusión de emociones tremenda, cosas de mi persona de las que ni me acordaba, vivencias que no le dije y que él había averiguado no sé cómo.
“No estuve de acuerdo con algunos fragmentos como el motivo del infarto, que no es real, yo no tengo una hija, aunque me sucedió algo parecido. Daranas me explicó que siempre hay algo de ficción y yo lo entendí”.
Entonces ¿qué más es real en la vida de Carmela Marínez Hechevarría?
“Casi todo es real, no tengo una hija, pero existe un joven a quien quiero como si lo fuera que se fue de Cuba. Él era maestro emergente y yo tuve que tutorarlo en su vida profesional. Luego nos dimos cuenta de que éramos vecinos y me convertí en su mamá.
“Cuando vi la película por primera vez, y observé a Chala tocándole la puerta a la maestra, recordé a ese joven. Él también se aparecía a cualquier hora en mi casa cuando tenía un problema. Yo le decía: – Llora ahí el tiempo que quieras, cuando te calmes, si quieres me cuentas – . Otras veces nos sentábamos a conversar hasta que amanecía. Que él se fuera de Cuba significó un golpe muy grande para mí, me lo dijo un día antes a las 11 de la noche, y aún seguimos en contacto.
“También es real que tuve un niño en el aula que murió de cáncer en 6to grado. Y cuando trabajé en La Corea del Cerro dos hermanos se me ahogaron en una de esas pocetas que abren para hacer las bases de los edificios. Son hechos que recuerdo con mucha tristeza”.
¿Existió alguna interacción entre usted y la actriz que interpreta a Carmela, Alina Rodríguez?
“Alina y otros actores estuvieron varias veces aquí a la escuela, tenían que ver cómo yo era. También vinieron el día del Cojín Literario para poder hacer el que se ve en la película. Esta idea fue en un principio para los alumnos con mayores dificultades en Lengua Española, pero ahora lo hago para todos. Los martes por la tarde cambiamos el aula, hacemos un círculo y nos sentamos en el piso sobre los cojines. Cada uno escoge un libro para intercambiar y analizar su enseñanza. Además, las pizarras que sale en el aula de la película las preparé yo, yo escribí todas las frases”.
Según su experiencia ¿Qué cualidades debe tener un educador de estos tiempos?
“El maestro debe saber que es maestro donde quiera que esté, no solo en la escuela. También en la cola de la bodega, en todas partes porque te va a estar observando la sociedad, y los padres de esos niños a quienes das clases.
“No se puede exigir lo que no somos capaces de hacer. Por eso lo primero es la ejemplaridad, y luego también el dominio de lo que haces, la maestría pedagógica, la constante superación pues los muchachos de hoy saben mucho más que los de antes. Y en el aula hay que dejar los problemas personales a un lado, pues ahí nos toca entender el problema de los demás”.
La mayor gratificación de ser maestra…
“La recompensa de verlos convertidos en buenos hombres y mujeres un día por la calle. Yo soy muy mala fisonomista y eso es grave, pero cuando los miro a los ojos, los reconozco. Es lo que hago cuando estoy dando clases: miro a los ojos y a través de la vista sé dónde y cómo están sus mentes. Esas miradas son las que no olvido. Las caras sí porque cambian”.
Por: Mariateresa Hernández Martínez
Fotos: Javier Tamayo
Felicidades a la Profe Carmela, por su trayectoria como Maestra y la huella que ha sido capaz de dejar en tantas generaciones de sus alumnos.
La película magistral, desde la actuación de los niños y los actores, como la fotografia, la dirección, en fin todo.
Q lindo ojala todos los maestros fueran asi
cuando vi la pelicula, pense al momento en el tiempo de estudiante y recorde que en esa fecha los profesores eran asi, y dije que pena en estos momentos no es asi, aunque cuento con la dicha de tener la maestra de mi hija muy buena, de ese tiempo fue maestra de mi hermana. hoy tengo 38 años.
feclictar al director, una pelicula bien contada con un guion que conducia al espectador a no perder detalles, las actuaciones excelentes, la fotografia excelentes y el maquijalle ideal, hacia rato que no veia una pelicula con la cual quedara encantada con todo. hojala y este filme sirva de rescate a la educion cubana.
Vivo a escasos metros de esa escuela y mi hija estudió hasta el año pasado en otra muy cerca, donde sucedían y siguen sucediendo casos similares como los que se cuentan en la película. Del 1ro al 4to grado todos los sucesos fueron tratados con muy poco tacto tanto por la maestra actuante como por la dirección de la escuela. Y las reacciones eran tremendamente exageradas al igual que en el film que de una postalita religiosa hacen una tormenta huracanada. Solo a partir del 5to Grado los tomó una “Carmela” y entonces fue que el aula de mi hija pudo avanzar. Parece que definitivamente no todos hoy día están preparados para interactuar con el entorno de la Habana Vieja y las cosas y reacciones de esos niños. Ojalá y hubiese más Carmelas que en mi época de estudiante eran muy común. Felicidades a todo el equipo de dirección de esa película y sobre todo a esos niños llenos de talento y a Alina.
Ante todo deseo felicitar a esa mujer tan brillante y humana que inspiró la mejor película cubana de estos tiempos, FELICIDADES Carmela, gracias por existir te deseo muchos años de vida, esta película refleja una realidad que hasta ahora ningún cienasta había reflejado, porque siempre cuando se trataba este tema ponían la escuela ideal, los niños ideales y los trabajadores de educación ideales y eso desdichadamente no es asi, quisiera hacer llegar a Daranas mi respeto y admiración por su valentía al hacer este film que pone al desnudo esta triste realidad que vivimos en las escuelas, muchos hemos conocido maestros como Carmela y muchos hemos conocido maestros completamente distintos a Carmela, sobre todo en estos ultimos años que son la verguenza de la enseñanza, espero que esta gran película sirva de enseñanaza para todos aquellos que tienen esta profesión y para los que trabajan en esta rama, gracias Daranas por regalarnos este tesoro de película que estoy segura trascenderá en el tiempo.
La película es extraordinaria…si la mueven por los festivales será igual un éxito, porque si bien retrata a la Cuba de hoy, el tema de la educación es global. Carmela me recordó a mi maestra de primaria, de Letras, una mulata (por mi percepción infantil, era gigante…quizás era bajita como Carmela) pero aprendí con ella todo lo que hoy sé del español y el interés por la historia, no sé si viva, no recuerdo su nombre, pero sé que fue MI MAESTRA.
Yo tuve el placer de ser alumno de Carmela,por 3 años lo fui,les puedo contar q es una de las mejores educadora q tiene mi isla,y q todo lo que narra es muy cierto,ayudo a muchos y fue partícipe de mucha tristeza con sus alumnos,yo personalmente quisiera volver el tiempo atrás para volver a vivir esa época y apreciar y valorar mas esa hermosa profesión
Carmela fue mi maestra en la primaria, estudie en la escuela Angela Landa y la verdad al principio la maestra Carmela me caia un pokito mal xk es exigente pero con el tiempo le fui cogiendo mucho cariño, ella la verdad q es una excelente maestra y mas q todo madre para todos sus alumnos, motiva a todos hacer mejores cada dia. La primera ves q vi la pelicula al momento me vino ella a la mente xk la verdad se parece mucho la actriz a la maestra real… un excelente trabajo y muchas gracias profe x todo lo q me enseñastes el dia q valla a cuba no dudes q t voy a ir a visitar
Super orgulloso de haber sido su alumno,super exigente,demasiado en ocaciones pero que clase maestra.
Mi profe Carmela!! Mi maestra en el 5to y 6to grado! Exelente educadora y pedagoga! Gracias profe por tantas enseñanzas!! Cuando vi la película casi lloré porque aunque la vida de ese niño no se reflejaba del todo en mi, si hubieron varios aspectos que me reflejaban mi niñez. Un beso grande y recuerde siempre que todos somos sus hijos!!
La escuela es Angela Landa, no Luanda