|
Getting your Trinity Audio player ready...
|
La Fondation Brigitte Bardot anunció este domingo con “inmensa tristeza” el fallecimiento de su fundadora y presidenta, la actriz y cantante francesa que decidió abandonar su prestigiosa carrera para dedicar su vida a la defensa de los animales. El comunicado no especificó ni el momento ni el lugar exacto del deceso.
Brigitte Anne-Marie Bardot nació el 28 de septiembre de 1934 en París. Su irrupción en la escena internacional se produjo en 1956 con la película Y Dios creó a la mujer, dirigida por Roger Vadim, entonces su esposo. La cinta no solo la catapultó al estrellato mundial, sino que marcó un antes y un después en la representación de la sexualidad femenina en el cine occidental.
De la pantalla grande al activismo animalista
A lo largo de casi dos décadas, Bardot protagonizó más de 45 películas y grabó más de 70 canciones. Trabajó con algunos de los cineastas más destacados de Francia. Su filmografía incluye títulos emblemáticos como La verdad (1960), papel que le valió el David di Donatello, y El desprecio (1963), bajo la dirección de Jean-Luc Godard.
Sin embargo, en 1973, cuando se encontraba en la cúspide de su popularidad y con solo 39 años, Bardot tomó la decisión de retirarse del cine tras batallar con lo que describió como una “prisión dorada”. A partir de entonces, canalizó toda su energía en la defensa de los animales.
Un legado de compromiso animalista
En 1986 fundó la Fundación Brigitte Bardot, que desde entonces ha trabajado en el rescate de animales y campañas contra el maltrato, la caza y el abandono. Su activismo tuvo repercusión global. Una de las imágenes más representativas fue su aparición en 1977 abrazando una cría de foca en Terranova, Canadá, fotografía que recorrió el mundo y contribuyó a que varios gobiernos adoptaran restricciones sobre la caza de estos animales.
La Fundación Brigitte Bardot “ha rescatado a más de 12 mil animales en su ‘Arca de BB’, opera en 70 países, gestiona cuatro refugios, emplea a 300 personas y cuenta con cientos de voluntarios y 40 mil donantes”, según se informa en su sitio web.
Su casa en La Madrague, en Saint-Tropez, se convirtió en santuario donde convivía con decenas de animales rescatados. Hasta el final de su vida, Bardot mantuvo dos luchas principales: prohibir el consumo de carne de caballo en Francia y evitar el sacrificio de animales sin sedación en los mataderos.
Vida personal y controversias
La vida personal de Bardot fue tan intensa como polémica. Contrajo matrimonio en cuatro ocasiones y mantuvo relaciones sentimentales que acapararon la atención de la prensa internacional. Fue musa de artistas como Serge Gainsbourg, quien compuso para ella la canción Je t’aime… moi non plus, grabada en 1967.
La intelectual Simone de Beauvoir dedicó a Bardot el ensayo Brigitte Bardot y el síndrome Lolita (1959). Su estilo personal revolucionó la moda internacional y su influencia perdura hasta la actualidad.
En la vida pública, Bardot fue siempre una figura controvertida. Apoyó a la política ultraderechista Marine Le Pen y fue acusada por incitación al odio debido a declaraciones sobre inmigración e islam en Francia.
Sus últimos años
Bardot había ingresado y salido del hospital Saint-Jean de Tolón en repetidas ocasiones desde octubre, cuando fue sometida a una intervención quirúrgica por lo que se describió como “una enfermedad grave”. En ese contexto, ella misma tuvo que desmentir rumores sobre su muerte a través de redes sociales.
En mayo de 2025 apareció en televisión por primera vez en 11 años, confesando su soledad tras la muerte de amigos como Alain Delon y de su perro ET. En esa entrevista con BFMTV, dijo que vivía como “una campesina”, lejos de La Madrague, en otra propiedad rural llamada La Garrigue.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, rindió homenaje a la legendaria actriz en redes sociales: “Sus películas, su voz, su gloria deslumbrante, sus iniciales, sus penas, su generosa pasión por los animales, su rostro que se convirtió en Marianne, Brigitte Bardot encarnó una vida de libertad”.
La muerte de Brigitte Bardot marca el final de una era para el cine francés y el activismo animalista. Su figura continuará siendo objeto de admiración y controversia, reconocida tanto por su legado artístico como por su férrea defensa de los animales y sus posturas contundentes en la vida pública.











