Las historias de una niña en medio de un torbellino familiar y la de un par de amigos que para sacudirse la rutina deciden robar un banco sedujeron de tal manera al jurado de ficción del 44 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que les concedió tres premios Coral a cada una.
Dirigida por la mexicana Lila Avilés, Totem fue distinguida con el Coral por Mejor guion, Mejor largometraje de ficción y Mejor dirección artística.
La argentina Los delincuentes, de Rodrigo Moreno, cosechó Mejor dirección, Mejor fotografía y Mejor edición.
La premiación, realizada este viernes en el cine Charles Chaplin, cerró la competencia en esta edición del festival de La Habana que desde el 8 de diciembre ha proyectado cientos de películas y que terminará oficialmente el domingo.
La pantalla verdeamarilla
Brasil, con ocho galardones, entre Corales y premios especiales, resultó el máximo ganador y refrendó su potencia fílmica con lauros en numerosas categorías, entre ellas la de Música Original por Fafa Nascimento y Uirá dos Reis para la película Extraño Camino; Mejor Ópera Prima: Levante, de Lillah Halla; Mejor Cortometraje de ficción: Paraíso Europa, de Leandro Goddinho y Pablo Meneses; y Coral Especial del Jurado al Animado: Teca e Tuti: una noche en la biblioteca, de Thiago Mal, Eduardo Perdido y Diego Doimo.
En un hecho poco común, el drama colombiano de inspiración biográfica El otro hijo, de Juan Sebastián Quebrada, levantó los sendos premios Coral en la categoría de actuación que fueron a manos de Ilona Almansa y Miguel González.
El viento que arrasa, de Paula Hernández (Argentina-Uruguay), conquistó el Premio Fripresci y el Coral al Mejor Documental fue logrado por la también argentina El juicio, de Ulises de la Orden.
Cuba
La cinematografía nacional tuvo en La mujer salvaje, de Alán González, su mejor caballo de carrera, al obtener tres premios: Coral Especial del Jurado, Signis y Don Quijote, este último de la federación internacional de cine clubes.
El Premio Coral de cortometrajes y mediometrajes documentales recayó sobre El final del camino, de Ariagna Fajardo, mientras El mundo de Nelsito, el más reciente film del cineasta Fernando Pérez se tuvo que conformar con el Coral de Carteles gracias al poster de Vladimir Pérez.
Asimismo, en la segunda edición del premio Arrecife, para la obra que mejor recoge la realidad de la comunidad LGBTIQ+, el lauro fue capturado por la franco-colombiana Transfariana, de Joris Lachaise.
Homenajes
Con unas doscientas películas de una veintena de países, la edición 44 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano mantuvo su cosmopolita vitrina paralela.
Sus propuestas permitieron asomarse a filmografías tan distantes y exóticas como la iraní, libanesa, kazaja e india.
La edición 44 homenajeó al director francés Max Linder (1863-1925) y al hispano-mexicano Luis Buñuel (1900-1983) del que se proyectaron dos de sus películas restauradas y el documental Buñuel, un cineasta surrealista, de Javier Espada.
El programa del evento también rindió honores a la película Fresa y Chocolate, que hace treinta años abrió una brecha en favor de la pluralidad y la convivencia de la diversidad ideológica en la isla, llegando a ser candidata al Oscar en la categoría de mejor cinta extranjera.
Asimismo se realizó un panel sobre el director y teórico cubano Julio García Espinosa (1926-2016), y el Foro de Animación Juan Padrón (1947-2020), que resultó un tributo al autor de clásicos de la historieta fílmica cubana como Elpidio Valdés y Vampiros en La Habana.
Una de las novedades del certamen fue la apertura del Centro del Cartel Cubano de Cine, lugar que expone parte de la colección inscrita en mayo en la lista de Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Luz verde, luz roja
Con menos cines y un público no tan masivo y eufórico como en años anteriores, el Festival de La Habana, nacido en el invierno de 1979, se desarrolló bajó el lema Luz verde, ¡acción!, y cobijó 199 películas seleccionadas a concurso de un total de 19 países en categorías como cortometraje de ficción, óperas prima, documentales y obras de animación.
Durante el evento se reanimó el desacuerdo entre gran parte del gremio de cineastas cubanos agrupado en la Asamblea de Cineastas, y las autoridades del Festival y el Icaic, tras la exclusión del evento de La Habana de Fito, de Juan Pin Vilar, y Llamadas desde Moscú, de Luis Yero.
Sin reconocimiento oficial y con centenares de adherentes, el gremio ha intentado desde su surgimiento y, hasta el momento sin éxito, un proceso de diálogo con las autoridades para replantear las reglas del juego entre arte, libertad de creación y poder.
“Todo mi amor y mi apoyo a la Asamblea de Cineastas que está dando esta pelea tan noble y maravillosa en este momento tan difícil de Cuba, defendiendo sus valores, sus verdades , y defendiendo la libertad, en definitiva, que es: quiero contar lo que quiero, como quiero y como puedo, también”, dijo el cantautor argentino Fito Páez en un mensaje colgado este jueves en la página de los asambleístas en Facebook.