Aún no se apaga el eco de los aplausos en el Lincoln Center neoyorquino, cuando ya Jimmy Jean-Louis escucha nuevas ovaciones que premian su interpretación del prócer haitiano Toussaint Louverture, un nuevo desafío superado en su intensa y dura vida.
El actor, reconocido en Cuba por su personaje El Haitiano de la serie Héroes (NBC), presentó la megaproducción sobre la vida del influyente prócer, proyectada en el Cine Chaplin en función única, como preámbulo del cercano Festival de Cine Francés.
Más allá de los personajes que más fama le han dado, Jean-Louis es en sí mismo un héroe y un ejemplo de superación de las adversidades: nació en un hogar sin agua ni luz eléctrica de Petionville, emigró a Francia siendo niño, dio mil tumbos por el mundo, pero logró labrarse una carrera en un entorno tan hostil como el “hollywoodense”.
En diálogo con OnCuba, el carismático y sonriente moreno reconoció que tuvo una infancia muy dura, pero que lo hizo un luchador y lo dotó del temple necesario para triunfar en tan competitivo mercado. “Hacer carrera en Estados Unidos fue difícil, pues no solo soy negro, sino que vengo de Haití, y hay un estigma con mi país. Pero como vengo de un lugar donde hay poco, estoy acostumbrado a luchar, a sobreponerme y nunca dar nada por sentado. Nunca rechacé nada. Hice filmes independientes, teatro aficionado, tomé cada oportunidad posible para llegar a un nivel superior”, nos relató.
Vestido en una extraña -si bien atractiva- combinación de traje y botas urbanas, Jean Louis tiene por norma nunca ser lineal. “El secreto está en el cambio, viejo”, me contó sonriente, tras atender a la prensa en el centro cultural Fresa y Chocolate. Habla francés, creole, inglés y algo de español, pobre para dar entrevistas, pero lo suficientemente rico para expresar su gratitud y respeto por Cuba.
“Los cubanos son como el vecino de al lado, tenemos una tremenda conexión entre nuestros pueblos. Algún día esperamos retribuir tanta solidaridad y amor”, dice.
Desde que Jean Claude Van-Damme le ofreció un papel que le hizo pensar que podía vivir de la actuación, Jean-Louis ha trabajado con astros como Jane Fonda, Bruce Willis, Harrison Ford, Jennifer López y Gerard Depardieu. Y aunque a todos los respeta como colegas, no se ha sentido sobrecogido ante ninguno. “Si voy a admirar a alguien, admiro a luchadores como Louverture o Nelson Mandela”, aseguró.
Respecto a la película que lo trajo a La Habana, confesó que le fue difícil interiorizar toda la grandeza del prócer para hacerle un homenaje digno. Encarnó al Héroe Nacional de Haití como esclavo, como hombre libre, como general y como gobernador, y cada etapa le revelaba nuevas facetas de un personaje muchas veces subvalorado –con premeditación y alevosía- por el pensamiento occidental.
Para el filme, aprendió a cabalgar y a dominar el sable, leyó abundante bibliografía histórica, estudió infinidad de documentales y habló con familiares, colegas y amigos sobre cómo sentían a esta personalidad cuyo legado fue mucho más allá de liberar a los esclavos: con Louverture nació la primera república negra del mundo.
Por lo pronto, espera que este acercamiento cinematográfico a tan inmensa figura ayude a darle visibilidad a Haití, un país que fue grande, precursor e iluminado, y hoy es el más pobre del continente. Jean-Louis, por otra parte, espera que los espectadores se hagan la misma pregunta que él:
“¿Qué le pasó a mi Haití?”