“No voy a cantar sola esta noche”, insistió Haydée Milanés en el Karl Marx ante casi 5 mil espectadores que asistieron para escuchar “Amor, un concierto a dúo con Pablo Milanés” –ese nombre encumbrado en la música cubana e hispanoamericana; y para Haydée, además, su padre–.
Ha sido su primer concierto juntos: antes, dentro o fuera de los escenarios, solo se habían acompañado en algunos temas, algunos momentos.
“Esto es cumplir un sueño”, dijo Haydée a propósito de la oportunidad de homenajear “las canciones con las que crecí“. Y abrió el repertorio de veintiún obras poco cantadas por Pablo y que fueron compuestas entre finales de los 60 y principios de los 80: canciones que estaban en el baúl, ha dicho el cantautor. Si bien, por supuesto, agregarían clásicos como “Hoy la vi”, “Ya ves”, “Para vivir”, “Ya se va aquella edad”, “Yolanda”, “Ámame como soy”…
A “la altura” de “Si ella me faltara alguna vez”, la segunda canción, entraba Pablo a escena para ser acogido por una ovación que se encendería aún más cuando su voz se escuchó.
Escuchar a Pablo es como ser abrazado; su voz toca y rodea, sumerge y abarca como brazos amantes que dan confort y refugio. Esta noche acompañaba a su hija: acaso entonces más paternal, más abrazador.
Pablo y su voz que abraza, Pablo otra vez con guitarra, después de casi una década. “Es su instrumento, el que lo ha acompañado toda su vida y tiene que ver con su esencia como compositor y como artista” dijo Haydée. El compositor había contado en entrevista que se trata para él de un retorno “muy agradable, me hace recordar los años pasados cuando empecé con mi guitarrita en los 60. Tocábamos en las esquinas y siempre la llevábamos encima. Nunca la dejábamos: era parte de nuestro cuerpo, incorporada absolutamente. Dejarla hace ocho años me dolió mucho, pero fue necesario; así tocar de nuevo me da mucha alegría”.
Interpretó en solitario “Matinal”, antes de hacer dos estrenos: “Día de luz” y “Vestida de mar”. Luego Haydée se le unió nuevamente.
“Hoy estás quizás más lejos” la dedicaron a Marta Valdés, artista homenajeada por el disco anterior de Haydée, Palabras, y quien andaba “tras bambalinas” en el teatro, queriendo asistir al concierto desde dentro, más intimamente, entusiasmada como está con este proyecto, cuenta Haydée. “Esto viene a cubrir una laguna, a hacer justicia a una parte de la obra de Pablo que merece ser conocida”, dijo Marta a OnCuba.
“Amor”, tema que titula el disco y el concierto, la dedicaron a Zoe Álvarez, la madre de Haydée y musa de esta canción. Haydée había contado que cuando era niña y se sentaba junto a su madre en los conciertos de Pablo, a veces la veía llorar. ¿Cómo habrá sido esta vez?
Al final, después de haberse despedido bajo un aluvión de aplausos, volvieron con “Yo no te pido”, que cerró una velada de canciones entrañables, entrañablemente interpretadas al cabo de treinta años de ensayos espontáneos y más o menos informales entre un padre y una hija, unidos por la voz, por la música.
Video: Claudio Pelaez Sordo