Después de todo, Daniel Chavarría y Leonardo Padura no son tan diferentes: ambos gozan, lo quieran o no, de un status de divos en la literatura cubana, y como buenos predicadores de sus respectivos credos, tienen una extensa legión de acólitos que los defiende a rabiar…
Ambos ganaron con sobrados méritos el Premio Nacional de Literatura, y ambos se escudan en la novela policial para contarnos a Cuba, y cada cuál es revolucionario al hacerlo, porque los dos rompen moldes y, como buenos sofistas que son, saben contar su verdad.
Este año protagonizaron la Feria Internacional del Libro, Chavarría porque se la dedicaron, y Padura porque le entregaron el máximo premio de las letras cubanas, por eso los han querido entrevistar más que de costumbre, pero igual para preguntarle lo mismo…
Por eso cuando los tuve cara a cara, intenté hacerles la pregunta que nadie les hubiera hecho en esas mil y una entrevistas, que ya ellos conceden como quien sale a recitar los poemas de su vida. Como si les bastara presionar un “play” cerebral para soltar la respuesta que toca.
De entrada, Chavarría me negó las declaraciones cuando se las pedí en la Casa del ALBA, vísperas de la Feria, y le solté un fresco “te voy a preguntar lo que nadie te ha preguntado”, que lo hizo titubear y luego ahuyentar a otros periodistas que venían a colar sus grabadoras.
A Padura lo trabé una invernal tarde de sábado en el Pabellón Cuba. Le cacé la pelea al pie de la tarima, y no más terminar su presentación del Hombre que amaba los perros, subí al escenario antes que sus muchos fans, y accedió a responderme “solo una pregunta”.
Claro está, yo les hice dos o tres… Aquí se las dejo, a ver si sirvo de paparazzi…
Daniel Chavarría (Uruguay, 1933)
laff es una cinta emblemática del cine cubano… ¿Volvería a escribir para cine?
A mi no me gusta escribir para cine, cuando lo hago me siento amarrado. Hay que escribir diálogos telegráficos, la descripción la hacen las cámaras y no uno, y yo soy un individuo retórico, un poco ampuloso y verborreico. El cine me gusta verlo, y lo respeto, y tuve la suerte de escribir Plaff con un director extraordinario (Juan Carlos Tabío). Salió algo muy bueno, pero igual pudo haber sido malo. Uno nunca sabe en cine qué hace hasta que lo ve proyectado y con público… Con la literatura siempre sé lo que estoy haciendo, si es bueno, regular o malo…
¿Por qué es Plaff una película tan actual?
Porque tocaba dos temas muy vigentes en Cuba siempre: la santería y la burocracia. Y será vigente por muchos años más…
¿Qué piensa de quienes lo consideran el Stephen King de Cuba?
No sé… Quizás sea un intento de elogiarme, pero no me gustaría que se me vea así…
Y qué piensa de la literatura policial contemporánea?
En general tengo prejuicios. Yo la escribo, pero soy consciente de que quizás el 96 por ciento de la literatura policíaca que se escribe en el mundo es pura basura. Pero haya un cuatro por ciento que es absolutamente genial. Tengo poco tiempo, por eso cuando leo un libro policiaco, siempre busco lo que estoy seguro que es excelente.
Leonardo Padura (La Habana, 1955)
Desde su libro El Alma en el Terreno, no ha salido otro que le haga tanta justicia al béisbol, ni se leen ya cronistas como Eladio Secades…
La crónica deportiva es un género muy complicado. Creo que uno de sus problemas fundamentales en Cuba es el compromiso que han establecido los cronistas con las instituciones deportivas. No se puede hacer un periodismo verdaderamente crítico y reflexivo desde el compromiso con las instituciones, pues le falta libertad. Yo no soy cronista deportivo, por eso puedo escribir de béisbol lo que me de la gana. Pero uno siente que faltan espacios para respirar, aunque en los últimos meses he visto un crecimiento en esas posibles funciones.
¿Y qué le parece el equipo Cuba al Clásico?
No he podido analizarlo, pero creo que está bien…
¿Entonces es Victor Mesa el director que necesita el Cuba?
Je, je… De eso no hablaré… No voy a hacer como Victor Mesa…