Seth Panitch es un soñador, un apasionado de las utopías. Por eso regresa una y otra vez a los escenarios cubanos. En esta ocasión vino a mostrar, durante dos fines de semana, la más reciente producción de su Compañía HavanaBama.
Alcestis Ascending, estrenado por Panitch en la habanera sala Raquel Revuelta, es una fábula con visos mitológicos donde se mezclan danza contemporánea y un texto del dramaturgo griego Eurípides, todo condimentado con una pizca de doble sentido y humor.
El plato fuerte: un grupo de jóvenes actores cubanos y norteamericanos dialogan con el público en perfecto inglés y en un español cercano al de los cubanos de a pie. Todo se adereza con la música del experimentado compositor Tom Wolfe.
En los roles protagónicos debutan el norteamericano Jeff Horger como el rey Admetus. Su esposa, la reina Alcestis, es interpretada por la cubana Alianne Portuondo. Fiel a la estética del maestro Tony Díaz, director de Mefisto Teatro, Raissel Cruz se lleva las palmas del público con su simpático personaje de Hércules.
En la pieza brindan su arte varios bailarines de la Isla que provienen de agrupaciones como Danza Abierta y el Ballet de la Televisión Cubana. A la concreción del arte danzario contribuye el cubano Osnel Delgado, bailarín y coreógrafo con una promisoria carrera por delante.
Luego de 75 minutos de presentación, conversamos en el lobby de la sala Raquel Revuelta con Seth Panitch quien tiene a su cargo además la dirección de programas de maestrías y la Licenciatura en actuación en la prestigiosa Universidad de Alabama.
Asistidos en la traducción por el asistente de dirección de la obra William Ruiz -representante del Consejo Nacional de Artes Escénicas, (CNAE)-, conocemos detalles sobre este proyecto inédito en las relaciones teatrales entre Cuba y los Estados Unidos, que en los últimos seis años ha producido exitosas funciones de El mercader de Venecia, Sueño de una noche de verano y Más que terapia, todos presentados anteriormente en la Isla.
“Es la primera vez que una compañía mixta de cubanos y norteamericanos se presenta en la ciudad de Nueva York. Por eso hubo tantas personas interesadas en el espectáculo y como les gustó tanto seguramente van a querer ver otras obras nuestras”, explica Panitch.
¿Cómo surgió la idea de este intercambio cultural entre la Universidad de Alabama y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas de Cuba?
Este intercambio cultural data de hace diez años. Fue una iniciativa de Robert Olin, decano de la Universidad de Alabama, quien lo concibió para apoyar proyectos de investigación con una contrapartida cubana en áreas como las artes, las ciencias y las humanidades.
Mi interés, por supuesto, se centraba en el teatro y por eso, en 2007, creé este proyecto con Cuba. El cubano William Ruiz es mi asistente de dirección.
¿Qué criterio de selección siguieron con los actores cubanos y norteamericanos involucrados en el proyecto?
A los actores cubanos los seleccionamos años atras. Tratamos de mantener una compañía estable donde el proyecto y el montaje de las obras están en función de los actores involucrados. A ese tipo de trabajo en los Estados Unidos se le conoce como compañía de repertorio.
En el caso de los actores norteamericanos todos son estudiantes de postgrado o aún están cursando conmigo la carrera de actuación.
¿Cuán difícil puede resultar el montaje de una obra bilingüe con actores de dos naciones tan distintas?
Por supuesto que necesitas la ayuda de un buen traductor, en este caso mi asistente William.
También inviertes tres veces más tiempo en los ensayos, que para el montaje de un espectáculo sin esas características porque tienes que hablar en dos idiomas con los actores. Sin embargo uno disfruta muchísimo con este proyecto tan particular. Cada experiencia es diferente.
¿Dónde se realizó el estreno en los Estados Unidos? ¿Cómo fue la recepción del público?
Nos presentamos en un teatro fuera de Broadway, en la calle 42. El espectáculo fue muy bien recibido en los Estados Unidos. Por supuesto, el público norteamericano se ríe de situaciones distintas a las que le provocan risa a un cubano.
En esas funciones los actores dijeron mayor cantidad de parlamentos en inglés que aquí en Cuba. Para nosotros es como tener montados dos espectáculos diferentes pero todo el mundo dice que puede seguir la fábula de la historia.
Estoy muy satisfecho porque hemos tenido éxito en los dos países, lo cual nos hace sentir que ha valido la pena tanto esfuerzo. En los Estados Unidos hay algunos teatros interesados en la obra y aunque varias compañías trabajan para públicos que solo hablan español quizás Alcestis Ascending tenga una vida más larga después.
¿Tuvieron algún tipo de trabas para viajar los actores cubanos a los Estados Unidos y lo mismo a la inversa?
Por supuesto. A veces es más difícil que montar la obra y estrenar el espectáculo. Cada vez que haces algo nuevo, por primera vez, cuesta mucho esfuerzo echarlo adelante.
¿Estaría abierto a la presencia de directores cubanos en su compañía?
Normalmente dirijo todas las piezas de la compañía pero si un director cubano quisiera dirigir algunos de mis obras sería algo muy interesante.
No he tenido la oportunidad de conocer a muchos directores de la Isla porque cuando venimos a Cuba siempre estamos trabajando y eso nos roba mucho tiempo.
¿Qué nuevos proyectos lo inquietan desde el punto de vista creativo?
Todo el tiempo me gusta hacer cosas diferentes. Ahora mismo me cuesta trabajo imaginarme un espectáculo tan difícil como este. Cuando encontremos algo más grande empezaremos a trabajar otra vez.
Lo que más nos enorgullece es que esta compañía nos permite tener un lugar para encontrarnos de una manera diferente como actores, directores, escritores, sin ningún tipo de máscaras ni otros vestuarios inventados. El teatro es un reflejo del sueño de las personas y de cómo quisieran ser realmente.
El público se une a esta experiencia y no mira a un actor cubano o uno norteamericano sino lo que está pasando emotivamente entre ellos dos. Para mi eso es lo más interesante del proyecto.
Por Maya Quiroga
Fotos: Internet