Hace mucho que la vida me ha regalado la presencia bucólica, inmanente, de Eduardo Heras. Primero, fui su alumna en el séptimo curso de técnicas narrativas; luego, comencé a trabajar para el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, que él dirige.
Por eso esta entrevista me fue fácil; nació a partir de conversaciones de pasillos, de esos lacónicos encuentros en su casa, auspiciados por los dulces exóticos de su esposa Ivonne, en los que Eduardo habla de literatura y sueños.
¿Por qué usted funda el Centro Onelio?
Es que había una necesidad tremenda de un Centro como el nuestro. Imagínate, antes de fundar el Centro Onelio, por allá por el año 1998, no existían en Cuba centros de formación, a no ser la que se intentaba en talleres de algunos escritores y los de las casa de las cultura, muy deprimidos hoy día. Había mucha necesidad de un Centro Onelio.
De cierta manera el Centro Onelio es la Facultad que le falta al ISA, porque la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana forma críticos y profesores de literatura, pero no escritores. Y nuestro programa abarca la creación, no la crítica.
Hay quien dice que los escritores no se fabrican.
Pero los que dicen eso sencillamente no entienden el proyecto que es el Centro. Nosotros no los hacemos, no los fabricamos; no. Nosotros buscamos el talento a partir de un proceso de selección que hacemos anualmente, cuando convocamos al curso de Técnicas Narrativas, que es la razón fundamental del Centro. A partir de esa convocatoria se presentan cientos de jóvenes escritores de todo el país. Ahí en el curso les enseñamos algunas herramientas; les añadimos las técnicas del oficio. Si sales escritor es genial, si no, aprendiste, saliste con más cultura, sabes leer de otra manera.
De todas maneras creo que hemos seleccionado bien: hay por lo menos una veintena de escritores que se están consagrando que pasaron el centro Onelio, que hoy son egresados del cuarto, quinto, sexto curso, que son hoy indispensables de la literatura cubana.
Nosotros escogemos por la calidad literaria de sus textos quiénes tienen madera de escritores. Son elegidos tan solo por su calidad literaria. Entonces esos muchachos, y digo muchachos porque un requisito del Centro es que sean menores de 35 años, pues son ellos los que pasan el curso.
Ese requisito de la edad molesta a algunos.
Siempre se concibió al Centro Onelio con un límite de edad. Nosotros aceptamos a alumnos en el curso de técnicas narrativas desde los 18 años hasta los 35 años. Para las personas fuera de ese rango existen otros mecanismos, pero nosotros no podemos abarcar toda la necesidad de enseñanza; no podemos ocuparnos de todas las generaciones. No es nuestra intención; nunca lo ha sido.
La mayoría de esos muchachos entre 18 y 35 que han pasado el Centro Onelio ostentan hoy lauros que ha transformado el mapa de la narrativa cubana.
De lo cual estamos Ivonne, López Sacha y yo, que somos los tres fundadores del Centro, muy contentos. Muy orgullosos. Le hemos dedicado las casi dos últimas décadas de nuestra vida al Centro, y claro, nos alegra tener resultados.
¿Qué prefiere usted, escribir o enseñar?
Ya no me concibo sin dar clases. Siempre estoy en una especie de conflicto… porque por un lado quiero escribir, pero para eso se necesita tiempo, energía, tranquilidad. Pero por otra parte tengo que ocuparme del centro, que lleva mucha entrega. A mí mismo a veces me sorprende las casi dos décadas ahorita que llevo enseñando en el centro. Se dice fácil pero ha pasado el tiempo.
Para enseñar en el Centro hacen falta escritores de prestigio que estén dispuestos a sacrificar su obra para enseñar los jóvenes y dedicarse a ello; se necesita desprendimiento y vocación.
Por ejemplo, mi vocación es ante todo la de maestro. Creo que incluso antes de ser escritor ya era yo maestro.
¿Qué concurso o convocatoria está en el panorama actual del Centro Onelio?
El Concurso Internacional de Minicuentos El Dinosaurio está ahora mismo la convocatoria. Es un concurso que convoca a escritores de todo el mundo, no solo de Cuba sino de todo el mundo a escribir mini cuentos, o sea, cuentos breves de menos de veinte líneas, sobre el tema que quieran.
Tan solo en el minicuento el Centro Onelio ha logrado un desarrollo vertiginoso de ese género narrativo, que resulta particularmente atractivo para escritores y aficionados de todas las edades.
Estoy seguro de que Augusto Monterroso, quien conoció este certamen y lo saludó con entusiasmo y alegría, estaría muy feliz con su éxito. Como sabes, Augusto es el maestro de los minicuentos, un gran escritor de cuentos y fábulas breves.
Los ganadores de ese certamen los publicamos en la editorial del Centro Onelio, que se llama Caja China. Salen libros con una riqueza de matices, un acercamiento a la realidad desde todos sus flancos tan grande, que se convierten en una muestra verdaderamente antológica del minicuento contemporáneo.
CONVOCATORIA
IX Concurso Internacional de Minicuentos
El Dinosaurio 2015
El Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, el Centro Provincial del Libro y la Literatura de Sancti Spíritus y el Instituto Cubano del Libro convocan al IX Concurso Internacional de Minicuentos El Dinosaurio 2015, que se organizará de acuerdo a las siguientes:
BASES
1) Podrán participar todos los escritores de habla hispana, mayores de 18 años.
2) Los participantes podrán competir con un solo minicuento que no exceda 20 líneas.
3) Se debe entregar en un sobre:
a) Original y dos copias, en letra Arial 12 puntos, a doble espacio, identificados con lema o seudónimo.
b) un sobre pequeño, identificado por fuera con el lema o seudónimo y el título del cuento, que contenga los datos del autor (nombre completo, número del carné de identidad, dirección particular, teléfono, correo electrónico y un breve currículo).
4) Los minicuentos deben ser inéditos y no estar sujetos a compromiso editorial en Cuba o en el extranjero, ni concursando en otro certamen.
5) Los originales no serán devueltos ni se remitirá acuse de recibo.
6) El plazo de admisión de las obras vence el viernes 15 de enero de 2016. El matasellos del correo dará fe de la fecha del envío.
7) Las obras deberán enviarse a:
Centro Onelio
El Dinosaurio 2015
5ª Ave. #2002 esq. a 20, Miramar, Playa
Ciudad de La Habana, CP 11300
8) Los participantes no residentes en Cuba podrán enviar sus obras por correo electrónico a dinosaurio@centro-onelio.cult.cu, adjuntando dos archivos Word: uno que contenga el minicuento identificado con lema o seudónimo, y otro que contenga los datos del autor (nombre completo, dirección particular, país, teléfono, correo electrónico, breve currículo). No se aceptarán envíos por correo electrónico de participantes que residan en Cuba.
9) Se concederá un Primer Premio de 300 USD (CUC si corresponde) al mejor minicuento, que se dará a conocer en la XXV Feria Internacional del Libro de La Habana.
10) Los participantes residentes en Cuba podrán optar además por un Premio Especial, ofrecido por el Centro Provincial del Libro y la Literatura de Sancti Spíritus, consistente en 500 MN.
11) El jurado, integrado por destacados escritores, podrá entregar las menciones que considere pertinentes, y su fallo será inapelable.
12) Los autores que sólo deseen aspirar a los premios y no a las menciones deberán aclararlo al final del cuento.
13) La participación en el concurso implica la aceptación íntegra de estas bases.
Por más información escribir a: rpublicas@centro-onelio.cult.cu
Muy breve pero buena la entrevista al Maestro. Un ser contradictorio pero lleno de bondad. Alguien que a pesar de los premios nacionales no ha sido reconocido como lo que es, en buena medida, el artífice de la literatura cubana contemporánea, no por la influencia ejercida en sus alumnos del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, sino por la paciente y perseverante labor de magisterio, modulando, que no moldeando, a los escritores en formación. Un privilegio para mi, que fui su alumno en el 15to Curso de Técnicas Narrativas. Gracias por los consejos Maestro. De todos modos, Diana Cazadora, querida, podrías escribir sus memorias. Todos, incluida tú, saben lo mucho que tiene que contar con la novela de su vida. Un título de trabajo propongo: Un chino atrás. Te lo regalo. Hasta pronto.
La mayor virtud de la entrevista, me parece, es que desde el inicio la entrevistadora deja claro su parcialidad así que uno ya sabe a qué atenerse mientras la lee.
Que el Onelio sea la carrera que le falta al ISA es absurdo. ¿Sería una licenciatura en qué? ¿En narrativa? (Dado que el centro no enseña nada sobre poesía o ensayo.) ¿Necesitamos licenciados en “escritura”? ¿Los necesita algún país? Y claro que Artes y Letras no gradúa escritores. Aunque el nivel ha descendido muchísimo, aún queda algo de sentido de común en el centro. Forma investigadores, editores, críticos (lo que menos produce es profesores de literatura, salvo que se queden en la propia facultad) y especialistas para los centros que lo necesiten. Lo peor de Onelio es que no enseña casi nada, pero te da un diploma que te permite creerte que sabes algo.
Existe un problema, además, en tener a Heras León de instructor. Por un lado, es un mal escritor. Premio Nacional de Literatura o no, su obra es mediocre. “Los pasos en la hierba” puede que consiga cierta transcendencia en los programas de historia de la literatura cubana por una cuestión temática: trata sobre la lucha contrabandidos. Pero será el tipo de transcendencia de “El Mío Cid” o “Espejo de paciecia”: clavos que nadie se lee voluntariamente, que sólo sufren quienes pasan ese semestre en literatura. Luego tenemos a un señor que trata de enseñar lo que él no sabe hacer bien.
Claro que eso no es imposible. Se puede enseñar a escribir mejor sin ser uno escritor. Pero eso implica una cultura literaria y una calidad de pensamiento que Heras no parece tener. Su obra ensayística es inexistente y nadie lo ha acusado nunca de ser un pensador. Su conversación lo traiciona como un lector mediocre. Y el libro que solía tener el centro (no sé si todavía exista) era una mezcla de decálogos de escritores y retazos de narratología mal entendida. Pocas cosas hay más cómicas para alguien que sepa de literatura que oír a un graduado del centro hablando de esas inefables “técnicas narrativas”, cuyo mayor defecto es no existir (¿o es esa una virtud?). Uno
preferiría, si va a seguir existiendo, que al menos enseñaran ortografía, gramática y mínimo de lógica (para que mejore la coherencia interna de los cuentos que producen) a sus estudiantes. O a usar un diccionario porque no me queda claro en qué acepción de “inmanente” y “bucólico” estaba pensando la autora cuando se los achacó a la “presencia de Hera” (sea eso lo que sea).
El mayor peligro del Onelio es estar sentando las bases de una futura mafia literaria que a 30, 40 años controle la escena literaria cubana, donde sólo encuentren espacio los graduados del centro, quienes, en su gran mayoría, probablemente nos harían un favor si dejasen la literatura tranquila.