La populosa Plaza de Marte de Santiago de Cuba ya no solo acogerá a los paseantes y a los fanáticos del béisbol que se congregan en sus predios para, muchas veces a grito destemplado, dar sus opiniones sobre el desarrollo del pasatiempo nacional.
Ahora el entorno que circunscriben las calles Enramada y Aguilera también será propicio para hablar, sentir, disfrutar la tarde o la noche a ritmo de jazz pues dentro de pocos días quedará inaugurado el Complejo Cultural Iris Jazz Club.
A los acordes de la trompeta china, de las guitarras y las voces profundas de la trova tradicional cubana que reinan en esta ciudad cubana se sumarán los acordes inapresables del jazz, cuyas esencias trataron de atrapar artistas de la provincia en placas de bronce dispuestas en la acera perimetral y el portón de la entrada de la edificación.
El Iris Jazz Club no solo dará cabida a la música pues es sabido que el jazz ha logrado insuflar bríos a otras manifestaciones artísticas. En este sentido contará con dos salas expositivas: la galería “Jazznamá” para la exposición de caricaturas y fotografías y la sala “Don Emiliano” para otras variantes que refieran al mundo de jazz.
Emiliano Salvador es uno el ángeles tutelares de esta casa para los amantes del género, de ahí que el lobby-bar-galería sea reconocido por su nombre. Este espacio funciona como antesala del salón principal diseñado con una ambientación intimista y que recoge hitos de la pasada centuria en perfecta conjunción con el presente.
En él, de acuerdo a lo previsto por el arquitecto José Antonio Limonta y el escultor Alberto Lescay, podrán disfrutar las evoluciones de los artistas invitados, sus fraseos e improvisaciones alrededor de 90 personas.
Desde ya este espacio santiaguero despierta el interés de reconocidos jazzistas cubanos como Chucho Valdés, Bobby Carcasés y César López, quienes seguramente regalarán a los asistentes del Iris Jazz Club sesiones musicales para recordar.