Apenas finalizada la premiere de Omega 3, el jueves 21 de agosto de 2014, un conocido me dijo que quería presentarme a alguien importante y allí mismo, en el foyer del Chaplin, me llevó ante un flaco que hablaba por su móvil. “Eduardo, te presento al tipo que hace el paquete semanal”, dijo con orgullo, “está interesado en sacar tu película en la próxima entrega.” Le pregunté cuánto pagaría su amigo por ello; pestañeando, el tipo me dijo: “mira, es al revés, la gente le paga a él para que incluya sus trabajos en el paquete.”
Hace poco volví a ver al artífice del compilado; esta vez su foto encabezaba un artículo en Forbes acerca de cubanos emprendedores con negocios boyantes. Y no cabe duda de que si una frase describe adecuadamente al paquete es esa: todo el mundo lo compra o lo copia de quien lo ha comprado, todo el mundo lo consume, la relación del espectador cubano con la TV y las salas de cine ha cambiado desde la estabilización del fenómeno.
Ese nativo emprendedor y sus epígonos han montado una organización increíblemente eficaz que todas las semanas pone al alcance del cliente alrededor de un Terabyte de materiales audiovisuales. Junto con la revista digital VISTAR, ha marcado un antes y un después en el terreno de la comunicación.
La reacción de las autoridades ha sido de obvia incomodidad. Tal vez no se hayan empleado a fondo en detener el negocio, pero desde luego tratan –sin éxito hasta ahora- de emularlo, con remedos como La mochila. Los argumentos son del cariz de “lo el paquete ofrece suele ser de muy baja calidad artística, empobrece y obnubila el criterio estético de la población, la atiborra de materiales tendenciosos e inútiles y le impide apreciar lo que vale, es competencia desleal para nuestras ofertas”. La alarma, más que nada, parte del hecho de que la idea no se les ocurrió a ellos y no pueden, por tanto, controlar su aplicación y sus alcances.
A mi modo de ver, si bien lo acentúa, el paquete semanal no es tanto causa como consecuencia del divorcio entre el espectador y las ofertas audiovisuales estatales.
Una televisión empobrecida, con novelas que a menudo edulcoran la realidad y noticieros que la edulcoran siempre, una programación en sala oscura exhibida en formato DVD, o Bluray en el mejor de los casos, con proyectores que rebasaron hace tiempo su vida útil y deficientes sistemas de audio -en todo el mundo la afluencia de público al cine acusa una reducción sistemática, pero en otros predios al menos se intenta seducirle- considerando además lo que implica moverse hasta cualquiera de esas salas –por demás, un exiguo puñado en comparación con las que existían hace unas décadas- teniendo por otro lado la posibilidad de ver en casa lo que te gusta, tranquilo, deteniendo la película cuando se te antoja… vamos, la elección no es demasiado difícil.
La lealtad del espectador se ha encogido hasta abarcar, en el mejor de los casos, los estrenos nacionales, el Festival en diciembre y la programación en la Cinemateca.
El argumento de que el consumo del paquete conspira contra la sublimación del gusto no es demasiado convincente, toda vez que el gusto se confecciona a partir de lo que la gente quiere y no de lo que necesita, argumento, por otra parte, esgrimido por representantes de instituciones que históricamente se han creído con derecho y criterio para decidir lo que “se necesita”.
Como todo competidor el Paquete aprovecha las carencias del sistema con el que emula; cualquiera puede ver que en una entrega promedio la selección incluye desde la frívola noticia de qué actor sale con cuál modelo hasta las mejores series, documentales y música, los últimos estrenos y películas viejas y raras; desde los más abominables capítulos de Caso Cerrado hasta las sofisticadas comedias del sueco Roy Andersson; en una palabra, el espectro del sistema de televisión en cualquier país.
El paquete deviene, en consecuencia, la suma de los trescientos canales de televisión que no tenemos, y cada ciudadano escoge de él lo que se acomoda a sus intereses, de la misma manera que en otras latitudes lo hace zappeando frente al receptor o navegando por la red. Escoge, esa es la palabra clave: tú puedes recomendarle a alguien lo que en tu opinión enriquece su espíritu, pero no lo conviertas en obligatorio, no le escamotees la alternativa.
Todo lo demás es muela bizca.
Tanto van a dar los canales de ultraderecha de Miami y ahora uds con el paquete que lo van a joder,
y los Cubanos y estos chamacos van hacer los perjudicados,dejen la gente vivir ,sin el govierno no se
ha metido con ellos, por que seguir pinchando con los mismo.
Eduardo, solo una palabra para describir tu artículo,”Genial”. Al que le duela pues que se sobe. Como vas a criticar como superfluo y Banal a algo que le esta dando posibilidad de escoger al espectador? Además lo banal según sus Sinónimos: Entre los sinónimos de la palabra banal se encuentran: corriente, normal, común, cotidiano, diario, etc. Las novelas y dramatizados de factura nacional están cargados de mensajes “educativos” muy forzados, el ejemplo más extremo lo tenemos con la novela actual donde meten a la fuerza casos de ludopatía, rechazos ante el amor con diferencias de edades , discapacidades etec. Más que una telenovela que tiene su formula y a pesar de ser banal y repetitiva esa es la que funciona y busca el espectador de este genero la han transformado en un programa mas como cuando una mujer y similares cuyo objetivo es tratar esos temas. Agobiar por repetición no educa, cansa. Te has cansado de repetir y en gran parte creo que con razón que el pueblo cubano esta cultivado y tiene “instrucción” (no confundir con educación) pues dejale que cada cual dependiendo de sus gusto e instrucción escoga lo que quiera ver, ya sea instructivo o banal. Si ya cierto periodista nos comparo con pichones que debiamos dejar el nido esperando a que nos dejen la comida en el pico, pues comportese de la misma manera y deje que cada “pichón” elija que ver y que pensar, ya basta de decidir por nosotros, dejenos abrir las “alas” y volar fuera del nido.
Carlos, no se preocupe,el paquete no lo quita nadie,si thepiratebay no lo han podido quitar de la red no creo que Cuba tenga la posiblidad de eliminar el paquete.
RESPUESTA RÁPIDA
A la pregunta suspicaz/tonta de un com(-o-sim)patriota sobre nuestra opinión -como si a alguien importase- acerca del famoso (tan llevado/traído por todo el islote) PAQUETE SEMANAL, no encontramos otra definición que lo englobara mejor y le soltamos: es ¡TREMENDO PAQUETÓN!
Porque estamos haítos de escuchar llamarle “El internet cubinski del de a pie”, insinuando gravemente que el montado en carro, que lo baja entero porque lo tiene a full en casita o en la pinchita gratuita de papá, ni lo disfruta. Ávidos como andamos del dinero, que ni se comen, excepto las polillas.
Y acto seguido rectificamos:
Bueno, el por mí intitulado “Weekly Review Criollo-D’-fuera” no es más que el sonado fracaso de todas las ideologías juntas (o revueltas) para felicidad mundial. Y frote de manos local.
Porque ya asistimos al entierro de las vetustas doctrinas [de/por/sus] descarriados vástagos.
Viva la Libertá.
Mueran los Paqueteros.
Quien controls , lo que estos bisoños empresarios elijen para el paquete ?
Los movera solo lo comun $.
CUIDADO ! . Necesitan control estas personas.
SI ,No VA a pasar lo de E U , aqui solo los mueve el lucro del $ , para nada les interesa Ni juventud Ni niños ni nadie.
Los canales peores de aqui de Miami , Los de la extrema derecha , el. 41 y el 22 se Han dado cuenta que Los ponen en el paquete agora la falta de respeto es peor , especialmente el de Carlos Otero y los otros que vinieron de Cuba a envenerar x $ .Es el paquete de ellos en Miami, con Ileana ,Ninoska ,Balard , Roura ,Marcos R , Las damas de blan. , Antunes y algunos que no tienen ningun pudor en retratarse con el asesino del CHE.