Con la producción de Fast and Furious 8 en La Habana, el cine nacional se coloca ante un fenómeno inédito: el rodaje de un blockbuster de Hollywood en nuestras narices. Ello, dentro de un contexto donde Cuba apenas actúa como locación y en una perspectiva que calificó desde los años 90 dentro de la categoría de “servicio a la producción” extranjera. Tal esquema permitió que sobre todo producciones europeas se valieran de los ambientes naturales y patrimoniales, así como de una comunidad de profesionales autóctonos, para realizar puestas en escena de películas de aventuras, thrillers, policiales, géneros en general ajenos al repertorio del cine nacional.
Era de esperarse: la avidez de exotismos del cine metropolitano se remonta a los orígenes del cinematógrafo, a los célebres camarógrafos viajeros de la empresa Lumière que recorrieron el universo en busca de imágenes de culturas lejanas, de parajes primitivos y costumbres pintorescas con que alimentar un deseo de otredad que sustentaba la idea de centralidad del sujeto occidental moderno.
Esto fue completado por un cine etnográfico de muy diverso carácter, que alimentó la curiosidad tanto de las políticas de autor (desde Flaherty hasta Jean Rouch) como de la producción comercial más artera (desde las películas de Tarzán hasta el western que alimentó el mito de los perversos pieles rojas), o incluso de las aproximaciones de cineasta solidarios (desde Eisenstein y su ¡Que viva México! hasta Mikhail Kalatozov y su Soy Cuba).
Para la altísima conciencia ideológica de los cines nacionales (cuya esencia es dar cuenta de idiosincrasias culturales, de marcas antropológicas, de la autoconciencia histórica de una comunidad que a través de esa forma de imaginario contribuye a su necesario proceso de producción de identidades), servir de paisaje para la mirada ajena siempre ha supuesto un conflicto moral. El fenómeno de apertura al capital extranjero en la producción cultural ha sido visto a menudo como una rendición, como una mácula, debido a las mismas razones que explican la dependencia económica en los flujos globales de la riqueza.
Los modelos transnacionales del cine comercial de alto presupuesto evitan la especificidad problemática de lo nacional y privilegian los estereotipos. Ninguna demanda de carácter simbólico va a evitar lo esencial de la lógica de la franquicia: su mecánica iterativa, su lógica redundante, la obediencia a un modelo de marca comercial, que ofrece el placer del consumo de ingredientes esperados por el destinatario. Y que responde a un diseño estándar, globalizable, ajustado al consumo masivo.
En el caso de Fast and Furious, la iteración responde a una noción vinculada al exceso: más choques, más persecuciones, más vértigo, más sobresalto cinético y más “efecto wow”. Como también eluden la focalización ideológica: su lustre y cinetismo las hacen ideales para el censor inculto del cine cubano, vigilante ante cualquier guiño de impugnación del status quo vigente; menos atento a la fábula moral presuntamente desideologizada, cuyos protagonistas son autos y conductores suicidas que luchan por el bien.
En esa dirección, el guion de Fast and Furious debió resultar inocuo para sus lectores-evaluadores cubanos. Porque en el universo del blockbuster de la era del poscine, la regularidad indica, como señala la estudiosa norteamericana Kristin Thompson, que el relato fílmico sirve apenas como contenedor de los momentos de espectáculo mayúsculo, de sobrecarga efectista, de goce del cine ilusionista que ofrece un flujo emocional cada vez más intenso y que aspira a ser disfrutado acríticamente. Y que no tiene interés por el sistema político o el modelo democrático, ni por la figura del líder máximo. Porque es cine de paisajes. Y porque su verdadera función ideológica se ejerce en el entorno de las chequeras empresariales.
Se dice que Fast and Furious deja a la economía cubana una cifra que rondaría los 20 millones de dólares. Ello resumido en el pago por derechos de imagen al país, varios miles usados para poner a punto zonas vehiculares y áreas de locación, más salarios pagados a alrededor de mil cubanos empleados durante esas jornadas.
En apenas unos días, el país obtiene un ingreso bruto semejante al que brindarían varias caballerías de tabaco vueltabajero y miles de arrobas de caña (si nos es benigno el clima). He aquí un argumento incontestable para aceptar semejante transacción. Pero, ¿estamos preparados para acoger las implicaciones que supone el rodaje de un blockbuster de esta categoría en la ciudad? La experiencia presente sugiere que no.
Dentro del diseño de la producción de campo, Universal Pictures usó como contraparte la experiencia de Island Films, empresa de capital mexicano con años de experiencia coordinando servicios a la producción extranjera en Cuba. Como se trataba de un proyecto monumental, se hizo la contratación de alrededor de 250 asistentes de producción, salidos de un universo tan amplio como es el de los estudiantes del Instituto Superior de Arte, alumnos de la Universidad de La Habana y buena parte del cine joven cubano (entre ellos, varios realizadores laureados).
A este grupo correspondió, entre otras labores, el trabajo de contención de curiosos en sitios de rodaje, cierre de calles y repartición de agua. A menudo fueron usados además como figurantes o extras –sin compensación por ello. Su salario (30 CUC diarios) fue mucho menor que el de los choferes de producción (alrededor de 80) y el de los extras (unos 100).
El contrato que firmaron –pero del que no les fue entregada copia– subrayaba la demanda de confidencialidad, pero no incluía cláusula alguna referida a la seguridad física o a algún tipo de indemnización en caso de accidente. Ojo: FF8 no se trata de un filme de autor con dos intérpretes y muchos diálogos, sino de una historia de autos y motos como bólidos. Muchos de estos contratados llegaron al proyecto movidos, aparte de por la excepcional remuneración, por la natural curiosidad de aproximarse al rodaje de un proyecto de esta magnitud. Pero permanecieron en general aislados de los acontecimientos.
Luego, en este manejo turbio hubo toda clase de conflictos: almuerzos descompuestos o mal elaborados, demoras injustificadas en los pagos de los salarios convenidos, separación de los equipos de trabajo entre un puñado que tenía acceso a los profesionales estadounidenses y una mayoría segregada a una función secundaria. Estos profesionales empleados como mano de obra barata comenzaron a preguntarse a quién dirigirse, quién los defendía en una situación y contexto nuevos para su trabajo.
Algo semejante se había producido pocos meses antes. Según reportó AP, durante la grabación en La Habana del capítulo de la nueva temporada de la serie televisiva House of Lies titulado “No es fácil”, y que empleara a unos 120 cubanos, el retraso en el cronograma de producción durante la semana final hizo que el director, Matthew Carnahan, dijera a los cubanos que no podrían tomarse completa su hora de almuerzo porque resultaba imperioso ganar tiempo. Su asistente le comentó que ello no iba a funcionar: “Aquí no almuerzas así”. Dice la anécdota que los cubanos se tomaron todo el tiempo necesario y el trabajo culminó sin dificultades mayores.
Bob Yari, el director de Papa, largo dedicado a la figura de Ernest Hemingway y que fuera producido en Cuba, había comentado acerca de su propia experiencia de este género: “Tienen buenos equipos, pero ellos simplemente no están acostumbrados al ritmo de filmación de películas como se hace en Estados Unidos. En un país comunista, las personas en realidad no tienen prisa de hacer nada”.
Curiosamente, House of Lies trata de esta experiencia del capital mundializado. Su trama se enfoca en un grupo de consultores financieros inescrupulosos que buscan los mejores mercados y oportunidades para colocar el dinero de sus inversores, siempre buscando obtener rendimiento rápido y seguro. En el mencionado capítulo de la serie, el equipo persigue aprovechar el emergente mercado cubano.
Carnahan contó a CNN: “Ellos simplemente van a venir, destruir, saquear, comer el fruto y hacer que les corra por sus rostros. Ese es el plan. Van a tomar Cuba y la extraerán despiadadamente. Y Cuba, por supuesto, no lo aceptará”. Bien mirado, parece una metáfora magnificada de esto que ya sucede. Que no merece mejor calificativo que el de situación colonial.
Arturo Arango lo comentaba con agudeza en un texto publicado en OnCuba. “Hollywood aspira convertir a Cuba en un gigantesco plató de bajo coste”, citaba refiriendo un artículo publicado en la revista de la industria Variety que hace referencia a las enormes posibilidades de negocio que Hollywood detecta en nuestro país. Entre las ventajas enumeradas se incluían la cercanía geográfica, las bellezas naturales, esa cualidad de museo de la memoria de algunos de sus entornos –congelados en los años 50–, su seguridad, el legado cultural en torno al cine y un personal calificado.
Abrirse a esta clase de intercambio sin antes proteger el sector interno es mucho peor que pecar de ingenuo. Esto, cuando hay tantas harramientas posibles. Arango menciona algunas: “Por ejemplo, si esas productoras que desembarcarán en la Isla estuvieran obligadas a pagar salarios mínimos decorosos a los artistas y técnicos cubanos. O si existieran comisiones fílmicas encargadas, incluso, de atraer esos rodajes, negociar los pagos por el uso de los espacios y, aún más, si esos ingresos, o una parte de ellos, se reinvirtieran en el audiovisual cubano”.
Agrego otras: regularizar legalmente las empresas independientes con una ley y reglamento para productoras (del cual existe un borrador adelantado en el Ministerio de Justicia hace bastante tiempo), que permita un proceso de licitación de esta clase de proyectos; crear un Fondo de Fomento para el Audiovisual, a donde se dirijan los recursos con destino a la reinversión; generar mecanismos de protección legal de los recursos humanos involucrados y diseñar formas de supervisión que lleguen más lejos y profundo que leer los guiones y aprobarlos cuando no son lesivos a la imagen de Cuba.
El presidente del ICAIC, Roberto Smith, declaró en una entrevista reciente que “Aunque todavía no tenemos las cifras definitivas, las utilidades del rodaje de Rápido y Furioso 8 para el ICAIC se utilizarán, como ocurre con todos los ingresos de los servicios a la producción, en el sistema de la cultura y en el cine nacional, tanto para la producción de nuestras películas, como para el fortalecimiento de la capacidad industrial del cine cubano. Es una aspiración, por ejemplo, que el país complete las costosas tecnologías necesarias para el cine digital, sobre todo para la posfilmación, proceso de creciente complejidad”.
Pero, ¿no sería de semejante utilidad lanzar una discusión en torno a esta nueva situación colonial? Un debate en el cual participen las películas cubanas, no como trofeos del entusiasmo nacionalista que confunde lo cubano con las palmas, sino por su necesaria dosis de autoconciencia y radicalidad, capaz de burlar cualquier encantamiento con la cultura de las celebrities y con el oportunismo obediente del sujeto subdesarrollado que oficia su subalternidad porque le conviene.
El primer blockbuster de Hollywood rodado en Cuba nos pone ante la verdad definitiva del proyecto sociopolítico local encarado al escenario de las relaciones globales de dependencia, ahora en una situación de normalización creciente, de diálogo entre “semejantes” en el concierto global de las naciones. Un escenario donde, finalmente, la retórica discursiva es lo de menos y se hace evidente el verdadero sentido de lo ideológico en su relación con la economía. Quiero decir: que no hay cosa más ideológica que el dinero, como bien sabía Marx.
Por ello, si queremos sostener nuestra singularidad, deberíamos aspirar a producir un cine sustancial, de vanguardia, que sitúe al espectador en una posición incómoda, que proponga relatos complejos y abarcadores sobre las zonas más recónditas de la condición humana y que consiga producirlas a bajo presupuesto. Un cine capaz de fomentar una esfera pública donde se reitere con buenos argumentos que Fast and Furious es cine pueril. Y que la dignidad humana está primero que todo lo demás.
¡¡Bravo por Dean!! En ese sentido, algo similar ocurre con la historieta cubana. Aquí en OnCuba publiqué una entrevista al dibujante Montos (https://oncubanews.com/cultura/la-historieta-cubana-es-un-fosil/), y ante esta pregunta: ¿Podrá hacerle frente la historieta cubana al cómic estadounidense?, contestó:
¿Qué historieta cubana? Estás hablando de un fósil. No hay una historieta cubana. La historieta ha sido generalmente un producto cultural de Primer Mundo; se necesitan recursos para su producción y publicación. La industria del cómic norteamericano tiene muchos años de existencia exitosa, […] ¿Cómo vamos a enfrentar eso nosotros aquí? Creando personajes icónicos, productos culturalmente relevantes que conecten con esta generación. Esa batalla la ganó Elpidio Valdés.
Y luego: ¿Entonces serán absorbidos nuestros dibujantes por la industria del cómic?
En México, Argentina y Brasil existen muchos creadores que trabajan para el mercado norteamericano. Allí es legal iniciar tu propio sello editorial y aún así, muchos de los historietistas han preferido asalariarse con aquel mercado antes de desandar los escabrosos caminos de la autopublicación. En Cuba es distinto. Aunque yo quiera, no creo que pueda fundar mi propio sello editorial, pues todo lo que implica distribución y comercialización estará sujeto a prioridades políticas. Es cierto que muchos recursos están a nuestra disposición, pero no la libertad de lo que se publique. Si tú quieres publicar al seguro, llegas a las editoriales con una gesta heroica o una biografía de algún mártir. No hay mucho rango de riesgo. Quizá con la democratización que trae consigo internet eso se pueda revertir un poco, pues hay artistas que se sostienen económicamente porque ellos mismos gestionan la promoción, distribución y comercialización de sus productos.
“Un cine capaz de fomentar una esfera pública donde se reitere con buenos argumentos que Fast and Furious es cine pueril. Y que la dignidad humana está primero que todo lo demás.”…buen final para un ladrillo producido por los hombres nuevos que solo confunden conceptos en matria de “dignidad”,”creacion” que hacen possible,decir cosas como estas hablando de cine,filmaciones,diversiones :” la verdad definitiva del proyecto sociopolítico local encarado al escenario de las relaciones globales de dependencia” Que distorsion mental es capaz de producer articulos como este !!Por que no lee un poco acerca de cine de la produccion de Cabrera Infante o se dedica a Filosofo,sociologo,economista o Politico.Fast and F…no es arte ??No es cine ???no es entretenimiento ??Eso quiere decir o que donde se metio el dinero?? No veo claro en definitiva el mensaje del ladrillo programatico !!!
Blah, blah, blah!, Otro artículo con lenguaje rebuscado.
FF puede ser muy “pueril”, pero hay tipos de cine para todos los gustos’. Hay quien gusta del horror, del drama, de la tragedia, del policíaco, de las artes marciales y de la acción. FF tiene 7 producciones que han sido supertaquilleras todas, dentro de su género tiene una factura excelente. ¿ Por qué intentar desacreditarlo?
Pero además estas producciones son las que darían (en teoría) vida al casi muerto cine nacional y es además la 1ra vez, so ¿porqué no darle un voto de confianza y arreglar las cosas para que existan experiencias mejores en vez de tanta queja inútil?
Serái ideal que el dinero de R y F se usara para arreglar las calles y las aceras de La Habana.
Tal mente parece que te leíste el diccionario anoche , tú mal-escrito es aburrido , sobretodo fuera de contexto , no puedes leer dos líneas sin saltar , es cierto que es cine pueril , pero tú escrito parece un capítulo del manifiesto comunista ….qué pena siendo tan joven que como periodista estés tan mál enfocado .
Llevamos décadas cobrando salarios miserables. ¿Cómo convencemos al empleador foráneo de que 30 cuc (por ejemplo) es un salario minúsculo e inmerecido si hemos soportado medio siglo reibiendo el salario más bajo del planeta de parte de quienes se suponen que nos quieren mucho (porque somos su pueblo) y de quienes no ven o no quieren ver que la dignidad también pasa por recibir un salario decoroso?
bien dicho!!!
Si en Cuba cobraramos 400 cuc como salario mínimo, sería sencillamente imporsible que vinieran los de Fast and Furious 8 a “mancillarnos” con una propuesta de salario de 30 cuc diarios, pues nadie arriesgaría sus 400 cuc fijos por un contrato de una semana que le reportaría un promedio menor de ganancia. Pero no es el caso, aquí ya demostramos que somos eternos complacidos con 20 cuc MENSUALES y como tales nos ve el mundo. Ya estamos tasados y no nos tasaron desde otro país u otro gobierno
Tanto.bla bla.bla.eso es negocio.no se exploto.a nadie.fue un acuerdo.y tuvo.un poco d Alegria a ese pueblo.triste. Ojala.men se Hagan mas producciones.
Ok, es justo que le exijan a los de ‘afuera’ pagar salarios dignos y garantizar buenas condiciones de trabajo ¿pero y al ICAIC quién se lo exige? ¿El SINDICATO? ¡No meeeedigaaaaa! El ICAIC cobra en dólares o moneda fuerte, los servicios y el personal que pone y paga en M.N. una parte sustancial de esos salarios y en CUC, una menos importante. A veces más, a veces menos, según los malabares que hagan los productores para bañarse y salpicar (y claro, ante todo, cumplir con el encargo estatal). Sé que el órgano lucha garantías para su gente, pero al mismo tiempo… Por otro lado, lo que se dice de los trabajadores cubanos. Es lógico ¿por ese dinero? (aunque por él ‘matan’). Pero es parte del espíritu de desidia que reina hace tantos años. Sin contar la cabroná… pues muchas veces tratan de dilatar los llamados para cobrar horas extras. Esa y otras dificultades de orden práctico, como las tarjetas que menciona CNN, la falta de recursos, habiendo dinero y otras muchas cosas, harán difícil que cuaje aquí una ‘industria’ de prestación de servicios (y parece que esa es la vocación definitiva de Cuba… vean a los médicos).
Lo siento…..pero tu artículo me parece un tanto hipócrita. ¿Explotación por 30 cuc diarios “sin una copia del contrato”? ¿Cuba escenario de bajo costo? Ya quisieras tu cobrar ese salario….ya quisieran muchos!!! Y segura estoy de has visto toda la saga de FF y que verás la 8va…..por muy vanal que la consideres.
Vamos poco a poco. Que Dean Luis Reyes tampoco es un niño. Nadie nacido en 1972, con casi 44 años en las costillas, es un ingenuo inexperto. Por demás ahora mismo es uno de los que más sabe en Cuba sobre el tema del cine. Descontando lo anterior. Este es un artículo de opinión. La idea es promover el debate alrededor de un tema. Pero siempre centramos la atención en la descalificación del autor del texto, su estilo, en establecer su supuesta filiación ideológica de izquierdas, de abrazo incondicional a las ideas del marxismo y otras sandeces parecidas. Que ciertamente, a pesar de su formación como periodista por la Universidad de La Habana, Dean Luis Reyes se siente mucho más cómodo investigando y escribiendo en los predios de la teoría del cine es cierto. Entiendo los reclamos que le hacen algunos de los miembros de esta comunidad de lectores, que tiene que ver con el supuesto carácter denso del discurso, pero entonces pierden de vista lo más importante, la esencia del mensaje, que tiene que ver, también, por supuesto, con la denotación de cierto tipo de cine, no digo que no, pero sobre todo con la necesidad de entender que algunos fenómenos, artísticos y estéticos, supuestamente inocuos, son la expresión de los avatares y dificultades por venir. Es bueno que alguien recomiende la lectura de Guillermo Cabrera Infante, un crítico y escritor que no le hacía ascos al cine comercial pero que también detentaba un gusto exquisito, un detector de mierda para saber cuando una película resultaba una mierda industrial de baja ralea o una pequeña obra maestra. No es ocioso recordar sus inicios como cronista de cine y publicista, por lo que se movía muy bien entre dos aguas. Es cierto que en Cuba, desde el discurso y la retórica cultural oficial, se ha satanizado el cine como entretenimiento de masas y espectáculo visual, una deformación y exigencia profesional propia de los que nos movemos en el campo de la crítica del cine, priorizando en teoría una producción cinematográfica de búsquedas e ínfulas sociales, fallida a ratos, sin que el debate al respecto vaya más allá. Quizás es que intentamos comprender el muerdo desde nuestra perspectiva ética limitada, sin complejizar un asunto con muchas aristas de análisis. Del artículo me quedo con la idea de que es necesario un mayor activismo estético e ideológico por parte de la ciudadanía. De lo que advierte el autor es de que podemos convertirnos, nunca hemos dejado de serlo en muchos sentidos, una locación exótica para filmar historias truculentas. Dean Luis Reyes habla de apostar por el cine nacional, no sólo el que factura el ICAIC, notoriamente defectuoso y desfasado, sino también por la obra de aquellos que tienen una comprensión menos estática y mucho más combativa de la realidad, aunque precisamente por eso sean invisibilizados o forzados a marchar fuera del país. También nos advierte el autor, que todo pasa por el filtro ideológico de la lucha por el poder y la hegemonía. Vamos, en un ejercicio de humildad y paciencia, a aprender a leer entre líneas. No es tan difícil. Es cuestión de proponérselo. Al final de lo que está hablando Dean Luis Reyes es de ideología, no de izquierdas o derechas, sino de algo que va mucho más allá, Cuba, la Patria, ese gran relato que nos cuesta tanto aprehender y ayudar a construir entre todos. Cuba no es solo palmeras, playas y el Malecón habanero, es también, por encima de todo, su gente. Un saludo a todos los cubanos, de cualquier filiación ideológica, donde quiera que estén.
Cuando uno escribe debe tener bien claro lo que quiere decir para no hacer el rìdiculo, este trabajo es contradictorio, ridículo y oportunista en muchos aspectos, ?No hay un editor que se lo señale al autor antes de publicarlo? Oli
El socialismo es el camino más largo para llegar al capitalismo. En el caso de Cuba (y utilizando la freseología del gobierno en el poder), salimos del neocolonialismo, para llegar el neocolonialismo, pero más descuarejingaos que cuando arrancamos. Y con los mismos jefes.
Ahora si estamos arreglados, muy arreglados. Alguien escribe un artículo, otro tiene q venir a explicarlo, la mayoría lo lleva a su orilla ideológica, unos a la izquierda y otros a la derecha, nadie se pone de acuerdo, nadie convence a nadie y quedamos todos en las mismas.
Lo que necesitamos es que todas las películas de Hollywood sin excepción se filmen en cuba generando empleo y promoviendo el desarrollo de compañías productoras privadas internas y oportunidades para artistas y cineastas cubanos de insertarse en el mercado. Señor mío 33 dólares diarios en cuba es un salario de marajá de la india no de extra ¿que fue eso de los contratos sin copia y demás paparruchas? aquí hay mucha gente que le encantaría un salario así .Lo último que necesitamos es a nadie metiendo las narices en esto dejen que vengan y suelten dinero que es lo que necesitamos le garantizo que las condiciones de trabajo de quienes participen son ya mejores que las del 95 por ciento de los trabajadores estatales y con el aumento en la demanda de mano de obra calificada aumentara espectacularmente , si nadie ,repito , mete la nariz en el natural desarrollo de la actividad.
Dean es un excelente artìculo, con la profundidad que te caracteriza como conocedor del tema, que alerta con honestidad sobre la gravedad de ciertas torpezas institucionales frente a novedades que como tu indicas requieren de preparaciòn y sentido de defensansa de los creadores cubanos y el propio cine cubano.
excelente articulo, quizás denso pero real.No nos podemos dejar colonizar por tres quilos .Tenemos que ser inteligentes y hacer todo bien para que nuestros trabajadores se sientan más respaldados y ganen más.
Dean, tu articulo esta interesante si pero con verdades a medias y te lo dice alguien q trabajo en las dos filmaciones de extras… te digo mas me lei el contrato completo antes de firmarlo tengo un alto nivel cultural y no firmo nada sin leerlo. Me llama la atención como te asombras de lo que pagan consideras que 30 CUC, nos explotan… por favor, no seamos hipocritas nosotros mismos. cuanto cobras tu al mes, cuando nuestras estadisticas del ultimo censo de población apuntaban q el salario promedio en cuba es de 445, y cienfuegos era la provincia con salario medio mas alto… o sea, que en un mes cobra la media casi 20 dolares. Te digo mas, cobró mas que la media o sea rondo los 60 al mes, y aun asi pedi vacaciones para trabajar en las 2 filmaciones, y con la 2da filmacion te diria q desorganizado quizas estuvo el cobrar, auqnue hacer colas en Cuba es algo cultural, pero con placer deje mi oficia, el aire, el pc, y trabaje por 9 dias de filmacion cobrando 30 diarios, Si, y eso me permitira arregalr el baño de mi casa y la cocina, cosas que con el salario que cobro sin explotacion que recibo por el estado cubano no podria haberlo hecho por lo menos en mas de 2 años… entonces me puedes explicar tu…. Como dice uno de los que comenta… si el salario en cuba o al menos el mio fuera de 1200 dolares como minimo y no te dire mi profesion ni de que me he graduado proque seria mas salario, quizas no iria por 30 a ninguna filmación…. asi que felicito a todos los cubanos que dignamente trabajaron por 30 cuc y mas los dias de filmacion de FF8 y House of lies
Bueno, tienen que decidirse sobre este tema. Es lo mismo que en la economía en general. Si el gobierno quiere atraer inversiones extranjeras vendiendo bajos costos de producción, con todo tipo de facilidades y pagando salarios de miseria y es quien controla todas las empresas, no veo razón para que en la industria del cine sea diferente. El responsable y a quien tienen que protestarle es al gobierno, no al “capitalismo”. ¿No hay en Cuba como en todos los países que tienen industria de cine Sindicato de Actores?
Por muy loable que sea que el dinero recaudado vaya a otras instituciones culturales, no deja de estar algo “cachicambiado” la asignación de los fondos. En todas partes quien cobra y se queda con el dinero es la Ciudad donde se realiza estas películas. Después de todo los que tuvieron la molestia del cierre de las calles y todo eso fueron los habitantes de ellas y tiene sentido que el dinero se quede en la ciudad y no vaya a otra parte. Me imagino que los salarios de los extras varían con el país, No es lo mismo el pago de un extra en New York o en Londres que en la República Africana de Togo. Para ser le sincero los pagos de 35, 80 y 100 CUC AL DÍA a los extras no me parecen tan de “explotación” para un país como Cuba. Y si les parece de explotación y las productoras no quieren negociar con el Sindicato de Actores, entonces que se vaya a otra parte la productora o los extras a Nueva York.
Precisamente ayer mismo hablaba con un Español que esta poniendo un negocio en Cuba. Se quejaba que las reparaciones que esta haciendo se eternizan. Que cada vez que iba a la obra se encontraba a los trabajadores sentados. Tal es su frustración que después de un tiempo vino a España 3 semanas a sabiendas que las obras no iban a estar terminadas cuando regresara. Me dijo que le encantaba Cuba y su gente menos eso. En defensa de los trabajadores cubanos le explique dos cosas; Una que tenia que considerar que el clima cubano no era el clima de España. Trabajar bajo el sol y la humedad cubana no es lo mismo que el clima Español y que también considerara que en Cuba la disciplina laborar no era la misma que en el resto del mundo. En Cuba el gobierno hace como si que pagase y los trabajadores como si trabajaran. Resultado de 57 años de socialismo.
Como quiera que sea tanto en la industria cultural como en la de producción de productos y servicios el problema es el mismo. No se va a resolver proponiendo filosofías cinematográficas, sino saliendo del sistema actual.
“En un país comunista, las personas en realidad no tienen prisa de hacer nada”. Eso se llama Libertad. No tener que decir !”Yes Sir!” y apurarse solo porque le de la gana al que está pagando. Y al final, la cosa se hace y funciona. Alli tenemos la industria biotecnológica cubana para demostrarlo. Ah, que hay que ganar en eficiencia ? Off course, my friend !!
“Por ello, si queremos sostener nuestra singularidad, deberíamos aspirar a producir un cine sustancial, de vanguardia, que sitúe al espectador en una posición incómoda, que proponga relatos complejos y abarcadores sobre las zonas más recónditas de la condición humana y que consiga producirlas a bajo presupuesto. “…y venga acá, qué demonios son la retahila de películas de los últimos años como Habanastation, Los Dioses Rotos, Conducta, Esteban..etc, etc…no son “miradas” que nos ponen a los esperactadores en posiciones incómodas (sobre todo porque al parecer todo lo que hay en Cuba es feo) ..
Muy cierto investigador. Imaginémonos el escenario donde Cuba se convierte en el “país de los extras” de las ridículas películas norteamericanas de Acción. Se paga 35 cuc AL DIA por desviar el trafico en las calles y cosas así. Toda la población de la Habana apuntándose para ser “extra”, mientras que Dean intenta persuadirlos gritándoles; “¡ Es la ideología, estúpidos” ¡Es la ideología, estúpidos! …….. ¿No seria una escena digna de una película cómica?
Una cosa es ser “extra” y otra es ser elegido como actor. Esto me recuerda el “casting” de la película “El Viejo y el Mar” en Cuba. La productora americana fue a muchos colegios en la Habana buscando al niño que iba a ser el papel junto con Spencer Tracy. Por esas cosas de la vida escogieron a un niño llamado Felipe Pazos que iba a un colegio privado en el Vedado, si no me falla la memoria, creo que era el colegio Saint George. . Al momento de la firma del contrato fue el padre. Para sorpresa de todo el mundo, resulto que el padre del niño era nada mas y nada menos que el hijo del economista punta en Cuba; Felipe Pazos. ( Años después, al principio de la revolución fue el Presidente del Banco Nacional de Cuba. También fue uno de los firmantes del Manifiesto de la Sierra Maestra junto con Chivas y Fidel Castro en 1957). Parece ser que Pazos les saco números y les dijo a los americanos que lo que le pagaban al hijo no era suficiente. Los americanos accedieron pagarle mucho mas al muchacho.
Aunque Dean juega con la famosa frase de Carville no creo que la haya entendido bien. Para aquellos que no la conozcan, la frase original de Carville decía: “Es la economía, estúpido”. No la “ideología”. Lo siento, pero no me puedo aguantar. A veces la enciclopedia Wikipedia viene como anillo al dedo a algunas situaciones de Cuba. Cito de la misma:
“Poco antes de las elecciones de 1992, Bush era considerado imbatible por la mayoría de los analistas políticos, fundamentalmente debido a sus éxitos en política exterior, como el fin de la Guerra Fría y la Guerra del Golfo Pérsico; su popularidad entonces había llegado al 90% de aceptación, un récord histórico. En esas circunstancias, James Carville, estratega de la campaña electoral de Bill Clinton, señaló que éste debía enfocarse sobre cuestiones más relacionadas con la vida cotidiana de los ciudadanos y sus necesidades más inmediatas. Con el fin de mantener la campaña enfocada en un mensaje, Carville pegó un cartel en las oficinas centrales con tres puntos escritos:
Cambio vs. más de lo mismo.
La economía, estúpido.
No olvidar el sistema de salud.
Aunque el cartel era solo un recordatorio interno, la frase se convirtió en una especie de eslogan no oficial de la campaña de Clinton, que resultó decisivo para modificar la relación de fuerzas y derrotar a Bush, algo impensable poco antes”
Jose Roman, la verdad que la interpretación que usted tiene del comunismo es bastante curiosa. Me recuerda a Paul Lafargue en su libro “El Derecho a la Pereza”. Yo tenia entendido que para los comunistas; “El que no trabaja no come”. Usted se adelanta y quiere YA CASI “la abolición del trabajo”, sobre todo si la orden de trabajar viene en Ingles. ¿Y si se la dijeran en Español, entonces trabajaría mas? No se por que, pero algo me dice que su posición no estaría muy bien aceptada en los Centros de Biotecnología de Cuba. Ande con cuidado con eso de que usted trabaja cuando le da la gana. Pudieran confundirlo por algún tipo de opositor disfrazado de comunista alegando que ya hemos llegado a “la etapa final” y bajo el pretexto de “la libertad”, boicotear la productividad. Como usted bien sabe , en Cuba hay todo tipo de “extremistas”.
“Eso se llama Libertad. No tener que decir !”Yes Sir!” y apurarse solo porque le de la gana al que está pagando. Y al final, la cosa se hace y funciona.” Sr. Roman: despierte de su sueno,pues cuando tenga que enfrentarse al mundo real,tendra aprietos .Usted puede aplicarle a su vida la velocidad que estime perinente,pero los resultados economicos,no seran iguales….No hable de la Industria Biotecnologica,ese “Agujero negro en a economia de este Paisito” Sabe usted cuanto ha costado este “sueno de una noche de verano” ?? No lo sabe?,claro….nadie lo sabe !!!!