Talento, profesionalidad y la elección de un exquisito repertorio, resultaron las cartas de presentación del dúo formado por las pianistas francesas Katia y Marielle Labeque, invitadas especiales al IV Festival Leo Brouwer de Música de Cámara.
Norteamérica en su música, nombre del espectáculo protagonizado por las espectaculares intérpretes, devino oportunidad única para que el público cubano apreciara sus cualidades como músicos al interpretar reconocidas obras de los estadounidenses Philip Glass, George Gershwin y Leonard Bernstein.
La fama que precede a las Labeque, por primera vez en Cuba, resulta ser justo reconocimiento a dos pianistas de impecable ejecución, que imprimen un sello muy particular a cada pieza, ya sea del repertorio clásico o popular.
Katia (1950) y Marielle (1952) tuvieron como primera maestra a su madre Alda Cecchi, quien fuera alumna de la gran Marguerite Long, y desde su etapa estudiantil el dúo, considerado por la crítica como de consagrada excelencia, cosecha el reconocimiento que hoy disfruta al llevarse en 1968 el Primer Premio del Conservatorio del París.
El concierto comenzó por las interpretaciones de Cuatro movimientos para dos pianos, del minimalista Glass, y Rhapsody in Blue, a partir de la partitura original de Gershwin, concebida para dos pianos.
De hilarante podría calificarse la labor del dúo francés sobre la versión para el instrumento y percusiones de West Side Story, de Bernstein, pieza escrita para el teatro musical y que más de cinco décadas después de creada sigue cautivando a público de diversas generaciones.
Una técnica envidiable y las “tiernas caricias” de las Labeque al teclado, convirtieron a una obra temperamental por los géneros que imbrica (ritmos latinos, jazz, canciones de amor, etc.) en un sonido suave, apenas un suspiro al oído del espectador.
Las hermanas francesas fueron acompañadas por su compatriota el baterista Raphael Seguinier, y el venezolano Gonzalo Grau, tumbadora, bongoes y percusión menor.
Durante cinco décadas Katia y Marielle han interpretado y grabado la mayoría de las obras para dos pianos en géneros instrumental, de cámara y concierto.
Para universalizar su labor han creado la Fondation KML, así como su propio sello discográfico: KML Recordings.
El concierto de las Labeque en el IV Festival Leo Brouwer es una prueba más del prestigio y el alto poder de convocatoria de un evento que en tan solo cuatro años se ubica como la más importante cita musical del país.