Lianet Pérez Fu pudo haber destacado en cualquier manifestación artística porque su talento la hubiera respaldado, pero desde su primer contacto con la conducción se enamoró de la profesión que la marcaría de por vida.
Conquistó al público cubano en espacios televisivos como Te veré hoy y desde entonces ha construido una carrera que la ha llevado a convertirse en una de las mejores presentadoras de su generación.
Con un estilo personal, y una voz inconfundible, trasmite en radio y en televisión esa pasión con la que asume esta profesión que forma parte inseparable de su existencia.
¿Tuviste claro que querías ser presentadora y estar vinculada con los medios de comunicación?
Yo sabía que hacer algo para los demás me gustaba, desde pequeña en la escuela primaria siempre estaba en obras de teatro, recitando y en otras facetas del arte. Más adelante me asocio a grupos aficionados porque hasta ese momento para mí la vida era el teatro; obtengo premios en mi etapa universitaria.
A pesar de mi afición por las artes comienzo a estudiar la carrera de licenciatura en Filosofía en la Universidad de La Habana y cuando estoy en cuarto año decido que quiero ser actriz, y me fui al Instituto Superior de Arte (ISA) a la facultad de actuación a preguntar que debía hacer para matricularme.
Influenciada por la familia repensé mi destino y decido terminar la carrera de Filosofía, me gradué en el año 1989 y en esa época, en una visita a una base de campismo popular, termino haciendo un spot dramatizado para un aniversario de esa institución.
Tiempo después los directores que habían hecho este promocional coinciden conmigo en la casa de cultura de Plaza, porque estaban buscando presentadores para un programa de televisión.
Inicialmente no quería hacer el casting, de hecho, fui la última participante de este proceso y termino siendo la escogida para el programa Para que tú lo bailes que se emitió en el año 1990. En ese tiempo me propongo realizar un curso de locución y me inserto en el 1991 en Radio Cadena Habana en el espacio “Siete y treinta Juventud” y así es como comienza mi historia como conductora.
Después de esta experiencia transito por Radio Metropolitana, Radio Ciudad de La Habana hasta llegar a Taíno desde el 2001 hasta la actualidad.
¿Qué tipos de programas usted disfruta más?
Un programa donde pueda conversar y entrevistar, en el que entre un músico a hablarme de sus proyectos y después un artista de la plástica y un escritor me presente sus publicaciones más recientes. Esa dinámica que te obliga a prepararte y escuchar la disfruto mucho; todavía no he tenido la posibilidad de hacer un espacio de este corte ni en la radio ni en la televisión.
Después de tu debut en la televisión demoras una década en regresar a la pequeña pantalla. ¿A qué factores se debió esto?
En el año 2000 me convocan para un programa que se llamó Musidanza, duró poco tiempo en pantalla, pero aprendí mucho en él. Al otro año me llaman para Cuando una mujer, en el que fui presentadora fundadora y del que tuve que alejarme porque la directora quería que fuera exclusiva de ese espacio.
En ese momento también tenía en pantalla dos programas muy populares Te veré Hoy y Elija usted y al ella cuestionar mi participación en esos otros espacios tengo que distanciarme de Cuando una mujer y mantenerme en los dos citados anteriormente.
Su participación en el programa Te veré Hoy es una de las más recordadas por el público. ¿Cómo llegó este proyecto a tus manos?
Se había concebido un programa para el verano que no tuvo la aceptación esperada y es entonces cuando se decide crear otro en un corto tiempo, con otras características. Este nuevo espacio integraría la cartelera con entrevistas a invitados especiales y Nelson Alomá, que fue el director asignado, conocía mi trabajo y me convoca a integrarme a Te veré Hoy. Estuvimos la locutora Rosa María de la Rosa y yo en el espacio que inicialmente era para la etapa estival y por la acogida que tuvo la dirección del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) decide mantenerlo en la programación habitual.
¿Sintió con este programa el peso de la popularidad?
Aunque había participado en otros espacios televisivos y llevaba una trayectoria en la radio, Te veré Hoy me dio a conocer, la gente percibió mi desempeño y tuve ese roce con el público que desde el primer momento me brindó su cariño y me hizo parte de su familia. Esa necesidad de tener todos los sentidos en función de un programa, esa urgencia de prepararte para hacer las cosas bien los aprendí desde aquel momento.
¿Cuáles fueron las causas de su salida de este espacio?
Cuando estás la gente te va siguiendo, pero cuando no te ven comienzan a extrañarte y te empiezan a preguntar y a cuestionar sobre porque no estás saliendo en este programa. Mi salida del espacio trajo consigo muchas especulaciones; algunas las he logrado aclarar, pero las personas que no son cercanas a mí todavía indagan sobre las causas de mi salida de este espacio.
Aprovecho este momento que me ofreces para decir que mi continuidad en el programa Te veré Hoy no fue por licencia de maternidad ni porque quise dedicarme exclusivamente a la crianza de mi primogénito, sino que fue por causas ajenas a mi voluntad.
En el momento que salgo del programa estuve nominada a los premios de la popularidad de Entre tú y yo, lo que te da la medida de la aceptación popular hacia mi persona y mi obra.
Algunas personas pudieran decir que su presencia en los medios ha ido de más a menos. ¿Por qué cree que ha sido?
Hice muchas cosas en un momento determinado, tuve como una época dorada en la televisión, pero luego por razones ajenas a mi voluntad no he tenido tanta presencia principalmente en la pequeña pantalla.
En el teatro y en centros nocturnos trabajo bastante y disfruto mucho la cercanía que se logra con el público, en eso me siento como pez en el agua.
Si me preguntas de qué me siento orgullosa te diría de mis 30 años de radio, me considero una mujer de este medio y voy a seguir haciéndolo hasta que pueda, creo que cuando uno cumple cierta edad te utilizan menos, es la realidad.
¿Se ha arrepentido de participar en algún programa?
Arrepentirme no, lo que pasa es que a veces uno no queda conforme con las cosas, a mí no me gusta hacer muchas concesiones porque luego pasa eso que te arrepientes si eres un poquito exigente. Lo que, si he terminado dolida y he dicho: “si este es el dolor que implicaba todo este deleite a lo mejor hubiera preferido no hacerlo”, pero esas cosas no se pueden prever. El mundo del arte es complicado, te da muchos golpes y decepciones que tienes que saber manejar y eso, cuando empiezas, no sabes manejarlo.
¿Has tenido la posibilidad de moverte en varios programas con exigencias y lenguajes diferentes? ¿Cómo te sientes más cómoda, siguiendo un guión o improvisando?
Depende, a veces me gusta correr el riesgo de prepararme en el momento, aunque en ocasiones hay entrevistados que si sabes previamente que van a ser los protagonistas de tu programa debes profundizar en su obra, documentarte y prepararte más de lo habitual porque el invitado es una personalidad de la cultura y el momento lo requiere. En De cualquier parte y Cuando una mujer seguíamos un libreto, porque eran programas de otro corte, pero en Te veré Hoy que es lo más parecido al tipo de programas que sueño con hacer, la preparación era diferente.
¿A qué locutor ha querido parecerse o ha tenido como referente?
A mí no me seducen las voces bonitas, me interesan los parlamentos inteligentes, no me interesa que tu seas una voz radial si lo que me estás diciendo está totalmente vacío. Me enamoré de la radio gracias a Alexis Núñez Oliva, locutor y periodista de Radio Cadena Habana. Él era mi patrón a seguir por la manera que manejaba las entrevistas, por su preparación, capacidad de improvisación y su locuacidad. Desde que lo oí por primera vez me sedujo totalmente, yo quería ser como él y fue mi primer referente.
Luego comienzo en la radio y conozco a Joaquín Mulén, que para mí es uno de los mejores locutores del país, ahí hay voz, conocimiento, intelecto, preparación, cultura, es un todo incluido.
Muchos analistas refieren que la locución es dicción e interpretación y que tener una gran voz no siempre es necesario. ¿Qué herramientas no deben faltarle a un comunicador?
La preparación número uno y la otra herramienta que debe tener un comunicador es saber escuchar. Yo lo digo en todos los espacios en los que estoy: el profesional de los medios que no escuche está perdido. Debe estar preparado y poseer el arte de saber qué vas a decir y tener como un principio básico también el respetar al público.
Desde su experiencia ¿Se es más feliz cuándo se desea algo, o cuando se consigue?
Es un proceso porque querer algo es ganas de hacer, es tener expectativas, soñar con algo, desearlo y luego tenerlo, anhelar forma parte del proceso, de ahí depende muchas cosas.
Las cosas dependen de ti, pero hay también un porciento de la suerte que si influye en este medio, de estar en el momento y lugar adecuado. Yo he deseado muchas cosas y no la he logrado y no ha sido por mi empeño, ha sido porque no se me ha dado la oportunidad y desgraciadamente en este medio hacen falta las oportunidades sino de nada te vale el talento ni los sueños, tienes que tener la oportunidad de hacerlo y que te permitan realizarte.
¿Qué rasgos de tu personalidad deseas que hereden tus hijos y cuáles no?
Los que no deseo que hereden: que soy a veces muy impulsiva, eso preferiría que no lo heredaran, a veces hay que estar en su justo medio. Me gustaría que heredaran de mí la sociabilidad, soy una persona muy sociable, presumo de mis amigos, me gustaría que (mis hijos) estuvieran rodeados de gente honesta y fieles a lo que hacen. Desde el punto de vista profesional que ellos escojan, pero no me gustaría que fueran presentadores.
Tenemos una cantera de locutores y presentadores jóvenes. ¿Alguna nueva promesa a la que debamos seguir?
Estoy viendo un muchacho, Gustavo Sánchez, que sale en los programas En redes y Ruta 10; empecé a seguirlo porque es muy espontáneo, hay cosas que hay que pulir como es lógico, pero si sigue así lo veo por buen camino. Hay una gran diferencia entre el actor y el locutor, el primero interpreta un personaje, pero el éxito del locutor es ser quien es, su naturalidad. Si montas un personaje el resultado no va a ser igual. Él es natural y esa frescura me gusta porque capta la atención del televidente.
¿Qué siente al saber que miles de personas la están escuchando al otro lado?
A eso le llamo “morbo radial”, y hablo mucho de este tema en el espacio En el Jardín de la Noche, que realizo desde hace más de una década y media en la madrugada en Radio Taíno. Esa sensación de hablarle a la gente, convencerla, seducirla y acompañarla me fascina. A veces uno no tiene la dimensión de lo que significa para la audiencia. Eso sí tiene de bonito esta profesión, en donde menos tú te imaginas hay una persona que te sigue y te lo trasmite por diferentes vías.
Incluso en esta etapa de distanciamiento social, en que produzco el programa desde mi casa, sigue siendo una dinámica interesante. Saber que desde distintos puntos de la geografía nacional e internacional mi mensaje está siendo bien acogido es algo que me llena mucho y me impulsa a seguir conectado con este medio que entraña tantos sacrificios.
Me ha encantado cada palabra, de solo leerla aprendo de las experiencias y lo digo de corazón, siento que tenemos que verte más, es una deuda de la televisión con todos los cubanos que te admiramos. Gracias por mencionarme en la entrevista, honor que me haces, gracias también por haber sentado una base para que presentadores acabados de salir del cascarón como yo tengamos dónde sostenernos y un camino por dónde transitar. Tengo fé y mantengo la mente positiva de que compartiremos espacio en algún programa ❤️❤️❤️