Con una tarja en la fachada del edificio donde radicara el poeta Fayad Jamís hasta su muerte, en 1988, autoridades culturales de Cuba, acompañadas por el embajador mexicano en la Isla, iniciaron la recordación por el aniversario 90 de su natalicio.
Durante el acto sucedido el sábado, el poeta, narrador y ensayista Norberto Codina, recordó la trascendencia de Jamís para las letras y las artes plásticas, “algo no suficientemente reconocido”, según reporta la página de la Unión de Escritores y Artistas (UNEAC).
El sábado 24 de octubre el Ministro de Cultura de Cuba Alpidio Alonso Grau y el Titular de @EmbMexCuba Miguel Díaz Reynoso, colocaron placa conmemorativa en honor del poeta y pintor #FayadJamís, gestor cultural nacido en México, con motivo del aniversario 90 de su natalicio. pic.twitter.com/vbpej0aN8g
— Embajada de México en Cuba (@EmbaMexCuba) October 26, 2020
Desde el edificio, situado en el número 266 de la calle O, en El Vedado, aseguró Codina que, estando ya muy enfermo, mantuvo el poeta una férrea voluntad de no darse por vencido y seguir soñando.
También el ministro de cultura cubano, Alpidio Alonso, definió el gesto como un “acto de justicia extraordinario” a la memoria de Jamís.
Hijo de padre de origen libanés y madre mexicana, Jamís nació en Ojocaliente, Zacatecas, México, en 1930. Además de periodista también fue artista plástico, periodista, traductor y editor.
Tras haberse graduado en la Academia San Alejandro, en 1952, se trasladó a París, donde realizó trabajos de sobrevivencia, a la vez que escribía y pintaba, acompañado de quien por entonces era su esposa, la poeta Nivaria Tejera.
Regresó a Cuba en 1959 y prosiguió un ritmo profesional desde la creación artística, la enseñanza y la diplomacia, pues se desempeñó como Consejero Cultural de la Embajada de Cuba en México, una actividad que le había hecho perder algo de tiempo, según contaba a OnCuba su última esposa Margarita García Alonso.
Margarita y el maestro: “Si no puedes dormir, levántate y navega”
En su obra destaca el poemario Brújula (1949), Vagabundo al alba (1959), Los puentes (1962) y Por esta libertad (1962) con el cual mereció el Premio Casa de las Américas.
De sus versos, tal vez sean los más populares aquellos del poema “Con tantos palos que te dio la vida”, que recuerdan: Con tantos palos que te dio la vida/ y aún sigues dándole a la vida sueños.