ES / EN
- mayo 16, 2025 -
No Result
Ver todos los resultados
OnCubaNews
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
OnCubaNews
ES / EN
Inicio Cultura Literatura

El último poema de Rilke

por
  • Redacción OnCuba
    Redacción OnCuba
diciembre 14, 2014
en Literatura
0
Rainer María Rilke

Rainer María Rilke

OnCuba recomienda este texto de Juan Forn, publicado en Página 12:

 

Rainer Maria Rilke siempre quiso vivir en Rusia, lo supo desde que pisó Moscú por primera vez, en 1897, cuando tenía veintiún años y aún no era para el mundo el poeta supremo que llegaría a ser (para los rusos que lo conocieron en ese viaje sólo era el atentísimo acompañante de la voluble Lou-Andreas Salomé). Volvió dos veces más en los cinco años siguientes y buscó en vano un mecenas que se hiciera cargo de sus espartanos gastos (entre los que se negaron estaba Suvorin, el magnate de la prensa que apadrinaba a Chéjov). El plan nunca funcionó. Cuando surgió la posibilidad de instalarse en París como secretario de Rodin, el curso de su vida adoptó la dirección que todos conocemos: se convirtió en el poeta en estado puro, el poeta errante que no lograba encontrar su casa en ninguna parte. Su amor por Rusia se volvió pura añoranza, la misma que habrían de padecer los rusos que abandonaron en oleadas su país desde 1905 en adelante. Hasta que les fue perdiendo el rastro, Rilke envió ejemplares de cada libro que publicaba a los rusos que habían sido gentiles con él allá, en particular al pintor Leonid Ossipovich Pasternak (que lo había llevado a conocer a Tolstoi).

Con la Revolución, la familia Pasternak se dividió: Leonid, su esposa y sus hijas mujeres se fueron a Berlín; el único hijo varón se quedó en Moscú. A comienzos de 1926, Rilke ya era un recuerdo más de lo perdido para Leonid y su familia, lo daban por largamente muerto cuando leyeron en un diario berlinés que el poeta se aprestaba a cumplir cincuenta años en Suiza, honrado desde todos los rincones de Europa. Leonid le escribió una carta (“¡Celebrado poeta, está usted vivo! ¿Me recuerda?”), a la que Rilke contestó que no sólo se acordaba, sino que recientemente había leído en una revista unos poemas singularmente interesantes, traducidos del ruso, de un joven valor llamado Boris Pasternak. Todo lo que Rilke amaba de Rusia estaba en esos versos y le daba especial emoción que quien los hubiera escrito fuera aquel muchachito de nueve años que en 1899 los había acompañado a Yasnaia Poliana, a ver al conde Tolstoi.

Leonid le mandó la carta de Rilke a su hijo a la URSS. Boris recibió y leyó esa carta el mismo día en que llegó a sus manos una copia de “El Poema del Fin”, escrito en el exilio por una poeta de su edad llamada Martina Tsvietáieva, que se lo mandaba a través de gente de su confianza. Pasternak idolatraba a Rilke, se regía poéticamente por él. Y venía sintiendo una empatía cada vez mayor hacia aquella mujer que en Rusia le era indiferente, pero de la que se había ido enamorando por los poemas que le mandaba desde Francia, y que en aquel poema en particular llegaba hasta donde él no había sido capaz de llegar. Pasó la noche en vela, electrificado, y al amanecer saltó de la cama y se puso a escribir dos cartas que dudo que otro poeta en el mundo hubiera sido capaz de escribir. Aunque la información llegara tarde y muchas veces deformada en el camino, los que estaban en Rusia mal que mal sabían qué hacían y cómo la estaban pasando aquellos que se habían ido. Pasternak sabía que Tsvietáieva estaba más sola que nadie en el destierro. Los emigrados la detestaban y en la URSS no la leían por emigrada. Pasternak moría por los libros que Rilke ofrecía mandarle, pero sabía que Tsvietáieva los necesitaba más. De manera que le pidió a Rilke que los mandara a Francia, a la poeta Marina Tsvietáieva, que merecía más que ninguna otra persona en el mundo estar en diálogo con él (“Yo sólo querría que ella pueda vivir algo semejante a la alegría que, gracias a usted, se ha adueñado de mí. Permítame considerar el envío de esos libros como su respuesta a mi carta”). Rilke cumplió con el pedido. Los libros eran los Sonetos a Orfeo y las Elegías de Duino, imagínense. Tsvietáieva creyó desfallecer, se entregó a una correspondencia febril con Rilke, de la que nada dijo a Pasternak, aunque él le escribía desde Moscú: “Quiere que lo visitemos en Suiza. Nos espera, ¿comprendes? Debemos estar juntos. El lo dice”.

A Rilke, en cambio, Tsvietáieva le escribía: “Escucha, Rainer, para que lo sepas de entrada. Boris te regaló a mí y en cuanto te recibí quise tenerte para mí sola. No amo ni respeto el amor, la bajeza suprema del amor. No quiero ir a verte, no quiero querer. ¿Qué espero de ti? Nada. Todo. El permiso para elevar la mirada hacia ti cada instante de mi vida”. Rilke se estaba muriendo. Ocultaba a todos su enfermedad, porque ningún médico sabía darle nombre (resultó ser una rara forma de leucemia). A duras penas había resistido los fastos de su cincuentenario, sabía que con las insuperables Elegías de Duino había concluido su obra, se estaba yendo del mundo ya cuando apareció Tsvietáieva en su vida, con su desbocada alma rusa regida por el amor hacia lo inapresable (“No vivo en mi boca, quien me besa no me alcanza”). A pesar de que ya había dado por concluida su obra, Rilke reunió fuerzas para escribir una última elegía, se la dedicó a Tsvietáieva y después se murió, en los últimos días de diciembre de 1926. Tsvietáieva le escribe a Pasternak: “Ha muerto Rilke. Vinieron a invitarme a una fiesta de año nuevo y me dieron la noticia. Eres el primero a quien escribo este año que comienza. Oh, Boris, hemos quedado huérfanos, nunca iremos a verlo. Ese lugar no existe más”. Pero no le dijo una palabra de la elegía.

Pasternak recién la leyó en 1959, cuando el hijo de Tsvietáieva se la mostró. Tsvietáieva había vuelto a la URSS con sus hijos después de que se supiera que su marido trabajaba para la policía secreta soviética. Cuando empezó la guerra, fue evacuada junto a su hijo a la región de Elábuga (su marido y su hija mayor estaban en los gulag, su hijita menor había muerto de hambre en el orfanato donde la obligaron a dejarla). Un día en Elábuga le dijo a su hijo: “Mur, los estorbos en el camino habría que eliminarlos”. El le contestó: “No estaría mal pensarlo”, y se fue a dar una vuelta. Cuando volvió, encontró a su madre ahorcada con el cinturón con el que cerraba su única valija. Mur había ido a pedirle a Pasternak que lo ayudara a averiguar dónde habían sepultado a su madre y recuperar sus restos. Lo único que recuperaron fue esa valija con el poema manuscrito de Rilke adentro. Los especialistas rilkeanos no saben adónde poner esa elegía rusa. Los hijos de Pasternak, en cambio, que juntaron todas las cartas de su padre, de Tsvietáieva y Rilke en un libro, pusieron aquella elegía al final, junto con el poema que Tsvietáieva empezó a escribir creyendo que era sobre Pasternak y para Pasternak, y luego descubrió que era sobre Rilke y para Rilke, a lo largo de aquel verano de 1926. El poema se llama “Carta de Año Nuevo”. Al terminarlo, Tsvietáieva se lo envió a Pasternak, junto con estas líneas: “Tú para mí y yo para ti nos volvimos poco a poco el amigo con quien quejarse: me duele la herida, me quema la herida. Me eres tan necesario como el precipicio para tener a dónde lanzar la piedra sin oír el fondo. Pero no tenemos más que palabras. Estamos condenados a ellas”.

Noticia anterior

Claustrofobias: Todo comienza en la página de un libro

Siguiente noticia

36 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano

Redacción OnCuba

Redacción OnCuba

Artículos Relacionados

Mendoza durante la promoción de su novela "Tres enigmas para la Organización", en Barcelona. Foto:  Marta Pérez/EFE.
Literatura

Premio Princesa de Asturias de las Letras 2025 elige a Eduardo Mendoza

por Redacción OnCuba
mayo 14, 2025
0

...

Félix Anesio y Marcial Gala. Foto: cortesía de Félix Anesio.
Literatura

Culmina Feria del Libro de Buenos Aires donde Cuba no tuvo representación oficial

por Leandro Estupiñán
mayo 12, 2025
0

...

Hotel Nacional de Cuba. Foto: Cortesía de Pavel Giroud.
Literatura

“Habana Nostra”, de Pavel Giroud: la mafia se toma La Habana

por Rafael Acosta de Arriba
mayo 3, 2025
1

...

Foto: Cortesía de Claudia Acevedo.
Literatura

Leonardo Padura: “La novela es el reino de la libertad”

por Sergio Murguía
abril 28, 2025
1

...

Edelmis Anoceto (izq), ganador del premio Casa de las Américas en la categoría de Cuento, es abrazado por Jorge Fornet, director del Centro de Investigaciones Literarias de esa institución cubana. Foto: Casa de las Américas / Facebook.
Literatura

Casa de las Américas entrega sus premios literarios, con un cubano galardonado en Cuento

por Redacción OnCuba
abril 26, 2025
0

...

Ver Más
Siguiente noticia
Festival del Nuevo Cine Latinoamericano

36 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano

Fernando Pérez / Foto: Gustavo Ávila.

Fernando Pérez: “La comunicación está más allá de las palabras”

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

La conversación en este espacio está moderada según las pautas de discusión de OnCuba News. Por favor, lea la Política de Comentarios antes de unirse a la discusión.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete

Lo mejor de OnCuba, cada semana. ¡Únete a nuestra comunidad!

Más Leído

  • Balitas de gas licuado en Cuba. Foto: Cupet / Facebook.

    La odisea del gas licuado en Cuba: comercialización en Villa Clara y Sancti Spíritus, pero escasez en otras provincias

    597 compartido
    Comparte 239 Tweet 149
  • Apagones en Cuba: Aumentan las termoeléctricas con problemas y los parques solares no despegan

    422 compartido
    Comparte 169 Tweet 106
  • Rusia dispuesta a ofrecer millones de dólares para incentivar inversiones de sus empresas en Cuba

    332 compartido
    Comparte 133 Tweet 83
  • ¿Quién podría ser el próximo presidente de Cuba?

    631 compartido
    Comparte 252 Tweet 158
  • Turismo cubano: más que el honor en juego

    231 compartido
    Comparte 92 Tweet 58

Más comentado

  • ¿Quién podría ser el próximo presidente de Cuba?

    631 compartido
    Comparte 252 Tweet 158
  • Turismo cubano: más que el honor en juego

    231 compartido
    Comparte 92 Tweet 58
  • El sector privado cubano no se ha debilitado, al contrario

    435 compartido
    Comparte 174 Tweet 109
  • 8 preguntas a Rodrigo García

    27 compartido
    Comparte 11 Tweet 7
  • Despidos masivos y cese de nuevas transmisiones en televisora de Miami America Teve

    90 compartido
    Comparte 36 Tweet 23

Cannabidiol

  • Sobre nosotros
  • Trabajar con OnCuba
  • Política de privacidad
  • Términos de uso
  • Política de Comentarios
  • Contáctenos
  • Anunciarse en OnCuba

OnCuba y el logotipo de OnCuba son marcas registradas de Fuego Enterprises, Inc, sus subsidiarias o divisiones.
© Copyright OnCuba Fuego Enterprises, Inc Todos los derechos reservados.

No Result
Ver todos los resultados
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
Síguenos en nuestras redes sociales:

OnCuba y el logotipo de OnCuba son marcas registradas de Fuego Enterprises, Inc, sus subsidiarias o divisiones.
© Copyright OnCuba Fuego Enterprises, Inc Todos los derechos reservados.

Consentimiento Cookies

Para brindar las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como cookies para almacenar y/o acceder a información del dispositivo. Dar su consentimiento a estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o identificaciones únicas en este sitio. No dar o retirar el consentimiento puede afectar negativamente a determinadas características y funciones.

Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario con el fin legítimo de posibilitar el uso de un servicio específico solicitado explícitamente por el suscriptor o usuario, o con el exclusivo fin de realizar la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferences
The technical storage or access is necessary for the legitimate purpose of storing preferences that are not requested by the subscriber or user.
Estadística
El almacenamiento o acceso técnico que se utilice exclusivamente con fines estadísticos. The technical storage or access that is used exclusively for anonymous statistical purposes. Without a subpoena, voluntary compliance on the part of your Internet Service Provider, or additional records from a third party, information stored or retrieved for this purpose alone cannot usually be used to identify you.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad o para rastrear al usuario en un sitio web o en varios sitios web con fines de marketing similares.
Administrar opciones Gestionar los servicios Gestionar {vendor_count} proveedores Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
{title} {title} {title}