El poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal falleció en Managua a sus 95 años de edad. “Su corazón falló”, escribió en un mensaje su compatriota y poeta Gioconda Belli.
Se describía a sí mismo como “poeta, sacerdote y revolucionario”. Con él pierde Nicaragua a su referente literario más grande después de Rubén Darío e Iberoamérica uno de sus más grandes poetas.
Cardenal fue además uno de los más destacados representantes de la corriente de la Teología de la Liberación en Amética Latina.
Se ordenó como sacerdote en Nicaragua en 1965 y luego fundó en Solentiname, un archipiélago al sur del Gran Lago de Nicaragua, una comunidad cristiana de pescadores y artistas primitivistas, conocida en todo el mundo.
Allí escribió El Evangelio de Solentiname.
Apoyó la lucha armada contra la dictadura de Somoza y fue una de las figuras más importantes de la revolución sandinista de 1979. Fue nombrado Ministro de Cultura el mismo día del triunfo.
Fue ejemplar por su compromiso con los más pobres.
Fue suspendido a divinis por el Papa Juan Pablo II lo que le impidió el ejercicio del sacerdocio.
Así fue durante casi 35 años, hasta que en febrero de de 2019, el papa Francisco revocó la decisión de Wojtyla.
Belli, informó que el poeta se enterrará en Solentiname el próximo jueves o viernes e invitó al pueblo nicaragüense a una misa en la Catedral de Managua este lunes 02 de marzo.
Desde 1994 Cardenal rompió con el Frente Sandinista, y calificó como “dictadura” al gobierno liderado por sus antiguos compañeros de lucha.
Ha vivido un fuerte enfrentamiento con Daniel Ortega desde que este regresó al poder en 2007.
“Era lógico que la causa de los pobres terminara con la incorporación a la revolución. Una expresión más de la coherencia del mandato divino”, explicó a un periodista español durante una entrevista. “Era lógico también que la causa de los pobres me llevara a apartarme de quienes ya no les defendían”.
Lo adoro. EPD.