La Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana acogió este fin de semana la obra María Viván, interpretada por la compañía de danza combinatoria Rosario Cárdenas, como parte de las actividades por el centenario del natalicio del célebre dramaturgo cubano Virgilio Piñera (1912-1979).
La primera versión de la coreografía está inspirada en el poema de igual nombre escrito por Piñera y fue creada por la propia Cárdenas en el año 1997 para celebrar los 85 años del autor de Electra Garrigó. Según la propia directora general, la pieza “me nació entonces de lo más profundo de mi naturaleza, como tributo de amistad y reconocimiento a la portentosa producción de nuestro universal dramaturgo”.
María Viván (Rosario Cárdenas asume nuevamente el papel protagónico) coquetea a través de imágenes danzarias con la tragedia vernácula y las expresiones del absurdo piñerianas. Aunque su principal fuente de inspiración es el texto lírico original, cada escena de la pieza resulta también un guiño simbólico a otras obras del escritor.
La tísica fotogénica, como es nombrada la Viván al final de la poesía, está representada con sensibles provocaciones en un desafío declarado con su sombra (interpretada por Jakelín Balladares), que se antoja sensual y erótica, a la vez que cruel y surrealista ante la imagen inmortalizada con “traje floreado”, “sombrero con nomeolvides” y “sonrisa encantadoramente cursi” de María Viván.
Acompañada de un singular diseño escenográfico, de vestuario y de una original instalación, todo a cargo del pintor Jorge Luis Miranda Carracedo, María Viván es una muestra de la fuerza expresiva y del desdoblamiento que caracteriza a no pocos de los bailarines de la compañía de Rosario Cárdenas al interpretar varios papeles en la obra. Las funciones continuarán el próximo fin de semana en los horarios habituales del García Lorca.