A Miriam Escudero la conocí hace años, cuando ambas teníamos a La Habana Vieja como principal escenario de nuestras vidas y compartíamos sueños con Eusebio Leal, inspirador de muchos de nuestros proyectos. Aunque hoy mis entornos son otros, resulta difícil olvidar casi dos décadas en las que el Centro Histórico ocupaba todo mi tiempo. De la intensidad de entonces, llevo en la memoria el empuje y la fuerza de Miriam, musicóloga, profesora, organista, investigadora y, si fuera a usar un término muy actual, emprendedora, en todo el sentido de la palabra. Prueba de ello es un enjundioso currículo que tuvo sus inicios en los niveles elementales de música y pasó por el Instituto Superior de Arte (1997) en la especialidad de Musicología hasta llegar al título de Doctora en Ciencias sobre Arte (2010) por la Universidad de Valladolid, España. Pero estos son apenas algunos de los primeros logros de quien también integró el Conjunto de Música Antigua Ars Longa (1997-2012) y cuya labor de investigación-interpretación sobre el patrimonio musical cubano favoreció la producción de tres discos dedicados a la obra de Esteban Salas, además de que sacó a la luz la obra de los maestros de capilla de las catedrales de La Habana y Santiago de Cuba.
Uno de sus proyectos más ambiciosos, el editorial Música Sacra de Cuba, siglo XVIII, abarca en nueve volúmenes la transcripción, estudio y publicación de la opera omnia de Esteban Salas y Cayetano Pagueras, que, a mi entender, han sido la simiente de muchos de sus posteriores empeños. Actualmente, Miriam dirige el Gabinete de Patrimonio Musical “Esteban Salas”, que comenzó con un equipo muy pequeño, y hoy es el fiel reflejo del empuje y ambiciones de su creadora; una institución cubana especializada en la investigación, docencia y gestión del patrimonio histórico-documental de la música. Uno de los proyectos del Gabinete es el pretexto de esta entrevista, en la que honramos también a otros fundadores: el profesor Salomón Mikoswsky y Eusebio Leal Spengler.
Nueve años atrás, en el 2013, tuvimos en la radio nuestra primera conversación sobre el naciente Encuentro de Jóvenes Pianistas. ¿Cómo surgió la idea de hacer un evento como este?
El Encuentro de Jóvenes Pianistas es una idea original del profesor Salomón Mikowsky que fue apoyada por el entonces historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler, en un afán de aunar voluntades en favor de la cultura cubana y universal. Cuenta Salomón que su vocación por alentar el intercambio cultural tiene una motivación que entronca con su propia historia de vida. Era un joven adolescente cuando conoció al intelectual Luis Amado-Blanco, su vecino, quien lo inició en la pasión por la cultura y le hizo ver los valores que tenía que reconocer y preservar.
Nacido en Cuba, de padres polacos, Salomón recibió sus primeras clases del pianista y profesor César Pérez Sentenat; ganó una beca para ir a estudiar a New York, junto con Leo Brouwer, en Julliard School, y devino luego un reconocido profesor de piano en Manhattan School of Music (recomiendo ampliar esta información a través de la entrevista de Argel Calcines a Salomón Mikowsky publicada en la revista Opus Habana).
La idea de realizar un festival en el que los estudiantes y graduados de la clase de Mikowsky en Manhattan School of Music pudieran hacer conciertos en un programa conjunto con pianistas cubanos fue desarrollada desde 2013 por el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana en una acción conjunta con los solistas y las orquestas del catálogo del Centro Nacional de Música de Concierto.
Del 2013 al 2017 se realizaron cinco ediciones, ¿qué las distinguió? y ¿cómo han evolucionado?
La primera edición transcurrió solo con recitales de piano en la sala de conciertos de la Basílica Menor de San Francisco de Asís y la entonces recién estrenada Sala Ignacio Cervantes del antiguo Casino Español. Recuerdo la emoción del público al ver a la adolescente china Wenqiao Jiang tocar las 40 Danzas para piano de Ignacio Cervantes. Una proeza de memoria y un reto estético. Aquel concierto demostró la universalidad de las obras de Cervantes, las que Salomón ha estudiado y enseñado sistemáticamente desde su clase como una acción cultural que tributa a los valores de sus raíces cubanas.
A partir del II Encuentro se introdujeron las obras más grandilocuentes del repertorio pianístico que son los conciertos, porque requieren de la participación de una orquesta de cámara o sinfónica que puede variar de 40 a 80 integrantes, en dependencia del formato elegido por el autor.
Así, lo que comenzó por unos días se extendió a un mes con conciertos todos los fines de semana de jueves a domingo.
La participación cubana se colegia con el profesor Ulises Hernández, quien preside la Cátedra de Piano de la Universidad de las Artes de Cuba, y con profesores de las diversas escuelas de arte. Esta selección ha incluido a jóvenes en plena madurez, radicados dentro y fuera de Cuba y estudiantes que están despuntando en concursos (véase la entrevista colectiva a varios de esos profesores realizada por Claudia Fallarero para la revista El Sincopado Habanero.
Después de una pausa de cinco años, vuelve el Encuentro de Jóvenes Pianistas del 24 de mayo al 11 de junio de este año, en las principales salas de concierto del Centro Histórico de La Habana Vieja. ¿Tendrá alguna característica especial o básicamente llevará la misma curaduría?
El VI Encuentro de Jóvenes Pianistas de 2022 tendrá el mismo carácter de los encuentros anteriores, con recitales para solista y presentaciones para piano y orquesta. Lo distingue el hecho de escuchar a nuevos intérpretes, nuevas obras del repertorio pianístico y estrenos mundiales. En esta ocasión se incluyen clases magistrales.
La curaduría de cada encuentro es una labor que realiza directamente el profesor Mikowsky. Para ello toma en cuenta las capacidades y el temperamento de cada pianista, de manera que haya una conexión emocional con el repertorio elegido. La dramaturgia de los conciertos está signada por un repertorio que alterna entre la dificultad técnica e interpretativa, que va de la sutileza de un ornamento hasta la velocidad que desafía la digitación. Salomón gusta de presentar obras menos conocidas de la literatura pianística para contribuir así a una escucha variada. Por ejemplo, este año seremos testigos exclusivos del estreno de obras de Leo Brouwer, Ernesto Oliva e Inesa Sinkevych, así como de una selección de piezas del patrimonio cubano compuestas por Roberto Valera, Juan Piñera, José María Vitier y Aldo López-Gavilán.
Entre los invitados foráneos figuran por primera vez los pianistas Kirill Gerstein (Rusia-EEUU), Katia Skanavi (Grecia), Guangshou Tian (China) y Yeontaek Oh (Corea del Sur) y repiten la visita Alexandre Moutouzkine (Rusia), Inesa Sinkevych (Ucrania) y Wael Farouk (Egipto). Representando a Cuba actuarán Marcos Madrigal, Ernesto Oliva, Daniel Rodríguez Hart, Malva Rodríguez, Cristhian Pérez y Sofía Iraola. Como artista de excepción, se sumará a esta fiesta del piano la violinista Chloé Kiffer (Francia). Una vez más, la Orquesta Sinfónica Nacional acompañará los conciertos que serán interpretados bajo la batuta de su director titular, el maestro Enrique Pérez Mesa. También conducida por José Antonio Méndez Padrón, la Orquesta del Lyceum de La Habana, tomará parte activa en este evento. Te diría que cada Encuentro es único, pues incluye estrenos y novedades que no se repiten.
El evento es una de las acciones culturales más importantes del Gabinete de Patrimonio Musical “Esteban Salas”. ¿Cómo ha contribuido al desarrollo de la institución que ya tiene diez años de creada?
Gestionar un espacio de la calidad artística del Encuentro de Jóvenes Pianistas ha supuesto un reto para el equipo del Gabinete y ha perfilado un estilo de trabajo propio que se distingue por su versatilidad. Hay que cuidar tanto el concepto artístico como la oportuna asignación de un asiento. La idea es el servicio a la cultura desde los paradigmas del patrimonio musical. Por ejemplo, en esta ocasión el concierto de apertura contempla dos acontecimientos históricos. La prestigiosa violinista francesa, Chloé Kiffer, protagonizará la obra Havanaise, que fuera dedicada por su autor, Camille Saint-Saëns, hace 135 años, al violinista cubano Rafael Díaz Albertini (1857-1928). En la misma velada serán interpretados por Alexandre Moutouzkine, en primera audición, dos de los Grandes Estudios de Ejecución Trascendente de Nicolás Ruiz Espadero. Compuestos hace 150 años, fueron finalmente editados en 2021 por Ediciones Cidmuc, en un trabajo coordinado por el Gabinete en que el han participado el pianista y profesor José Raúl López y su homólogo Cecilio Tieles.
¿Cuáles son las principales proyecciones y líneas de trabajo del Gabinete de Patrimonio Musical “Esteban Salas”?
El Gabinete de Patrimonio Musical “Esteban Salas” es una entidad facilitadora de la gestión de fuentes, pensamientos y acciones de difusión del patrimonio musical avalados por un proceso de investigación que constantemente se nutre, consolida y ramifica a través de alianzas legitimadoras. Desde su espacio en el Programa Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, dialoga principalmente, con el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana (Universidad de La Habana), el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana y la Universidad de Valladolid, España, entre otras muchas instituciones. El Dr. Eusebio Leal Spengler decía que “el Gabinete es la reflexión, una avanzada que se consagra a los estudios musicales y al secreto de los instrumentos; que coloca como fundamento la preservación de la memoria de la música cubana, para ir, de esa particularidad, al mundo hispanoamericano y, en definitiva, a la música universal”1
Algo que ha caracterizado al Gabinete es la formación de personal calificado. En estos 10 años hemos compartido saberes con jóvenes talentosos que comenzaron por su servicio social, varios de ellos hoy culminan doctorados y desempeñan sus carreras con éxito en lugares como la Universidad Católica de Chile, Universidad de Guanajuato, México, Universidad de Salamanca, España. El equipo actual, en el que me incluyo como especialista principal, está integrado por 11 personas. Los dos pilares fundacionales son el psicólogo Yohany Le-Clere y la musicóloga Claudia Fallarero, quienes comparten la gestión con la docencia y su experticia en teoría de la representación social y la teoría de los tópicos musicales, respectivamente, temas en los que sus textos son reconocidos. A la historiadora Adria Suarez-Argudín, corresponde la coordinación de El Sincopado Habanero junto a la editora Viviana Reina Jorrín y la diseñadora Yadira Calzadilla quienes laboran voluntariamente como parte del equipo del Gabinete. Bertha Fernández, experta referencista, dirige la Biblioteca Fray Francisco Solano. Gabriela Milián organiza la estrategia de comunicación e identidad visual del Gabinete junto a Arlene Hernández y Laura Escudero, ―mientras culminan estudios sobre Preservación y Gestión del Patrimonio Cultural en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, Universidad de La Habana, equipo al que recién se ha sumado Adrián Álvarez, egresado de la Facultad de Comunicación. La también musicóloga Gabriela Rojas es el nexo con el programa cultural y la gestión documental, mientras Miguel Ángel López se encarga de los temas logísticos. Al margen de nuestras especialidades individuales, lo imprescindible en el Gabinete es la multifuncionalidad.
Luego de diez años, hemos logrado una distinción profesional en el ámbito de la gestión del patrimonio musical que se valida en sus resultados: premios de la Academia de Ciencias de Cuba, coordinación de maestrías y posgrados, libros, discos, artículos de alto impacto, presentación en foros de prestigio internacional, gestión de preservación de un volumen importante de música en transcripciones y facsímiles de obras antiguas y contemporáneas, así como la producción de eventos prácticos y teóricos en los que se difunden esos resultados.
¿Cómo asumió el Gabinete los casi dos años de pausa por la COVID-19, a qué se dedicó fundamentalmente en este período?
Durante la pandemia nos enfocamos en la producción digital y la publicación online. Se creó el Observatorio del Patrimonio Musical, un espacio diario con una programación que se comparte a través de los diferentes medios de la etiqueta Gabinete: redes sociales como Facebook, Instagram y Twitter y plataformas como YouTube y IMSLP. Se trata de compartir en dosis pequeñas, lo publicado en la revista El Sincopado Habanero, desarrollar campañas de comunicación de los eventos que gestionamos, reflexionar sobre el patrimonio musical en diferentes ámbitos culturales, socializar partituras en formato digital, derivadas de los materiales que publicamos, en nuestro espacio en Petrucci Music Library para su descarga gratuita y la publicación de conciertos y cápsulas en la sección Musivisión, que en colaboración con Audiovisuales de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC) y su especialista Joel Guerra, se comparten en nuestro canal de YouTube.
Otro hecho relevante, en medio de otras muchas tareas de investigación realizadas, fue la culminación del VII volumen de la colección Patrimonio Musical Cubano titulado Nicolás Ruiz Espadero. La Habana (1832-1890). Repertorio pianístico. Ediciones Cidmuc, La Habana, 2021. Con el objetivo de dar a conocer una parte importante de su producción musical inédita trabajamos con el pianista Dr. José Raúl López, profesor de la Universidad Internacional de la Florida, y su homólogo el Dr. Cecilio Tieles, especialista del Museo Nacional de la Música de Cuba. Espadero es considerado, junto a Ignacio Cervantes, uno de los exponentes del repertorio pianístico cubano. Destacan entre sus obras ocho estudios manuscritos atesorados en los fondos de la Biblioteca Nacional de Cuba, José Martí, cuya cuidada edición nos revela los detalles de un corpus caracterizado por una depurada técnica de composición virtuosa que equipara a Espadero con el canon de sus contemporáneos románticos y lo sitúa como uno de los pocos latinoamericanos que abordó el género «estudio» como composición de concierto.
¿Cuáles son los principales retos de la próxima década del Gabinete?
Continuar la obra de restauración y valoración del patrimonio musical. Tenemos por delante la conclusión de varios volúmenes de la colección Patrimonio Musical Cubano sobre música del siglo XIX de conjunto con el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (Cidmuc), el Museo Nacional de la Música y la Biblioteca Nacional de Cuba; completar con éxito la acreditación de la Maestría en Gestión del Patrimonio Histórico-Documental de la Música del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana (Universidad de La Habana), concebir el III Taller Internacional de Patrimonio Musical y los próximos eventos de gestión de conciertos y grabaciones. Todo ello y mucho más ha de redundar en el propósito fundamental del Gabinete, que es perseverar en la preservación de la memoria cultural.
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Notas:
1 Sobre la gestión documental de la música véase el artículo “Documenta musicæ. Hitos de la preservación y gestión del patrimonio sonoro cubano”. Revista Opus Habana. Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, Vol. XVI/ No. 3, 2016, pp. 28-37