Para Haruki Murakami escribir novelas es una cuestión de ritmo, al igual que la música y correr.
Durante una participación como invitado especial en un programa de radio en donde contó cuáles son las canciones con las que más le gusta correr, el escritor japonés compartió nueve melodías seleccionadas de entre miles de títulos almacenados en varios iPods, mientras compartía las historias tras las canciones y hablaba sobre correr y escribir.
“Murakami Radio”, un programa de 55 minutos pregrabado y transmitido la noche del domingo, unió así dos elementos cruciales de su vida como novelista: correr y la música.
El eterno contendiente para el Premio Nobel de Literatura dijo que en un principio no tenía intención de ser escritor.
Luego de terminar la carrera, dirigió un bar de jazz en Tokio y pensó que lo suyo era la música.
“En lugar de aprender la técnica de contar historias, he tomado una aproximación musical, mientras soy muy consciente de los ritmos, armonía e improvisación”, dijo el autor de 69 años en la radio.
La primera novela de Murakami, Escucha la canción del viento, salió en 1979. Su novela romántica de 1987 “Tokio blues” fue su primer gran éxito y lo posicionó como una joven estrella literaria. La música juega un papel importante en sus historias y también ha escrito libros del tema.
Murakami comenzó a correr al poco tiempo de convertirse en novelista, en un principio para perder el peso que subió por las horas de estar sentado escribiendo. Desde entonces se ha convertido en un corredor serio, completando más de 30 maratones.
40 frases de literatura y vida
- Las buenas noticias, en la mayoría de los casos, se dan en voz baja.
- Lo que nos hace personas normales es saber que no somos normales.
- La manera en que los demás me ven no me atañe. Más bien, eso es algo que sólo les atañe a ellos.
- Hay dos tipos de personas: las que no son capaces de abrir su corazón a los demás y los que no. Tú te cuentas entre los primeros.
- Cerrar los ojos no va a cambiar nada. Nada va a desaparecer simplemente por no ver lo que está pasando. De hecho, las cosas serán aún peor la próxima vez que los abras. Sólo un cobarde cierra los ojos. Cerrar los ojos y taparse los oídos no va a hacer que el tiempo se detenga.
- Las heridas emocionales son el precio que todos tenemos que pagar para ser independientes.
- Lo que para una persona puede ser una distancia prudencial, para otra puede ser un abismo.
- Lo que importa no son las grandes ideas de otros, sino las pequeñas cosas que se te ocurren a ti.
- A fin de cuentas, pensar libremente significa también distanciarse del cuerpo. Salir de esa jaula que te limita. Romper las cadenas y simplemente darle alas a la mente.
- Como vivimos en un mundo tan cómodo, nuestra sensibilidad ha languidecido.
- Si leyera lo mismo que los demás, acabaría pensando como ellos.
- Detesto a mucha gente y mucha gente me detesta a mí, pero también hay personas que me gustan, me gustan mucho y no tiene nada que ver con que me correspondan.
- Los objetivos concretos simplifican la vida.
- Superarse a uno mismo o perder: no hay más opciones.
- En la vida, todo es una metáfora.
- La muerte no existe en contraposición a la vida sino como parte de ella.
- ¿Por qué no puede uno olvidar las cosas que desea olvidar?
- El trabajo debe ser un acto de amor. No una boda de conveniencia.
- Todo pasa. Nadie tiene algo para siempre. Así es como tenemos que
vivir. - A veces diez minutos no son diez minutos. Se pueden alargar y acortar. Eso lo sé yo muy bien.
- Cuando estás despierto, puedes refrenar, más o menos, la imaginación. Pero los sueños no hay manera de controlarlos.
- El olor de la hierba, el viento gélido, las crestas de las montañas, el ladrido de un perro. Esto es lo primero que recuerdo.
- Hay mucha gente que sale en la televisión o en las revistas presumiendo, pero ésos son unos fantasmas.
- Sólo aspirando la fragancia de un libro, tocando sus páginas, me sentía feliz.
- La capacidad de creer plenamente en otro es uno de los valores más bellos del ser humano.
- Dar todo lo que tienes, aguantar todo lo que tengas que aguantar y saber que puedes estar satisfecho.
- Para mí, escribir una novela es enfrentarse a escarpadas montañas y escalar paredes de roca para, tras una larga y encarnizada lucha, alcanzar la cima.
- Su postura consistía en mentir lo menos posible sin revelar más información de la necesaria.
- Correr a diario es vital, de modo que no puedo aflojar o dejarlo sólo porque esté ocupado. Si tuviera que dejar de correr sólo porque estoy ocupado, sin duda no podría correr en mi vida.
- No se pueden devolver los productos una vez que has roto el precinto. No queda más remedio que seguir adelante.
- Aprovéchala al máximo. Por muy superficial y monótona que sea la vida que te espera, merece la pena vivirla.
- Si soy una parte del problema, no puedo ser una parte de la solución.
- Toda esa terrible lucha se desarrolló en el terreno de la imaginación. Porque éste es nuestro campo de batalla. Ahí ganamos, ahí perdemos.
- En este mundo existe un tipo de tristeza que no te permite verter lágrimas.
- Cuando brotan esperanzas, el corazón se aprovecha y empieza a actuar por su cuenta.
- Todo está interrelacionado, con la complejidad de un rompecabezas tridimensional. En el que la verdad no siempre es real y la realidad no siempre es verdadera.
- ¿Acaso no existe en mi cuerpo una especie de limbo de la memoria donde todos los recuerdos cruciales van acumulándose y convirtiéndose en lodo?
- A nadie le gusta la soledad. Pero no me interesa hacer amigos a cualquier precio.
- Cuando uno está rodeado de tinieblas, la única alternativa es permanecer inmóvil hasta que sus ojos se acostumbren a la oscuridad.
- Puede haber cierta magia cuando escribo, pero el resto del día soy nada más que un amante del jazz como hay millones por ahí.
AP / OnCuba