Alain Pérez es una de las energías más poderosas de la música popular bailable cubana de hoy. Desde hace una década desarrolla su carrera en solitario al frente de su orquesta y aunque eso marcó el momento de descubrimiento ante la mayor parte del público cubano, su carrera era ya muy larga y bien labrada.
Desde que era un estudiante muchos notaron que nacía una estrella. Irakere, la orquesta de Issac Delgado, el grupo del gran guitarrista español Paco de Lucía cuentan entre las más destacadas nóminas de las que formó parte en un camino que iniciara en la isla y luego prosiguiera en España.
La producción musical ha sido otro de los terrenos en los que ha cosechado muchos frutos: desde Celia Cruz , Omara Portuondo, Issac Delgado hasta Concha Buika, han puesto álbumes y temas en sus manos, antes y después de tomar el camino de una carrera en solitario que lo trajo de regreso a casa.
Desde aquí ha conquistado a su isla y a buena parte del mundo, ha ganado un Grammy y se ha convertido en un nombre imprescindible de la música cubana de hoy, admirado por sus colegas, ejemplo para las nuevas generaciones y amado por el público.
Después de cinco años sin hacerlo, presentó el pasado 30 de mayo un nuevo álbum.

“Bingo es un canto de alegría, de esperanza, de música cubana. Me llené de ideas, de ilusión, de seguir en un escenario, de seguir mirando a mi público, a mi gente, con mi orquesta, con mis músicos, con todo aquel que siempre abraza mi música. Eso es Bingo. Vuelve a sonar la campana de la música dentro de mí para con ustedes”, así define Alain este nueva producción, que si bien lleva más de tres meses sonando en plataformas, el artista también ha decidido presentarlo en vivo de manera muy especial.
“Vamos a presentar el disco en vivo el 27 de septiembre en el Karl Marx. Por primera vez voy a hacer el Karl Marx solo. Estoy expectante y emocionado porque el mercado y las posibilidades de trabajo ahora en La Habana son mucho más escasas y limitadas, pero ir al teatro es ir a tocar para el pueblo, y es lo que quiero: tocar para mi pueblo, para mi gente”, nos adelanta.
El concierto también tendrá sus éxitos de siempre, pero el artista nos afirma que quienes asistan “van a escuchar un trabajo cuya idea nació 100 % desde la isla, con toda la ilusión de hacerlo desde aquí para ustedes”.
Bingo, fue grabado entre España, Miami y Cuba y es posiblemente el disco de Alain Pérez, que hasta hoy reúne la mayor cantidad de colaboraciones con importantes nombres de la salsa a nivel internacional: Gilberto Santa Rosa, Tito Nieves, Luis Enrique e Issac Delgado. Por aquí comenzamos una conversación de muchos caminos.
¿Por qué tantas grandes figuras para este disco específicamente?
Hay gente que me dice, “¿por qué gastaste todas las balas?”, pero ellos me dieron el pie, y este era el momento. Hacía cinco años que no grababa, desde El Cuento de la buena pipa ha pasado mucho tiempo. Estuvo por el medio la pandemia que nos alejó muchísimo de poder grabar, de trabajar y seguir el ritmo y la dinámica de trabajo que teníamos. Entonces aproveché.
Con Gilberto, por ejemplo, ya era un hecho y un deseo de los dos poder hacer algo juntos, sobre todo cuando nació de él tantas veces decirme que tenemos que cantar y a mí eso me emocionaba y decía, “Gilberto me está pidiendo un tema”, imagínate.
Luis Enrique es mi hermano, tenemos tantas cosas en común; y con Tito Nieves habíamos coincidido en dos festivales, en Salsa al Parque en Bogotá, Colombia y en Madrid, en las Noches del Botánico. Esa noche fue la primera vez que tocamos juntos, y él me dijo “oye cuando quieran hacemos algo”.
Issac Delgado, por supuesto, siempre está cerca, y yo había cantado ya en su disco y el tema “Bingo” en realidad es un homenaje a ese sonido de la orquesta de Issac, al sonido de nosotros, del Palacio de la Salsa, es un guiño directo a esa timba de los 90 y quién mejor que Issac para defender ese tema.
Todo se fue dando así, o sea, fluyendo por la energía de los hermanos, de estos artistas que han colaborado conmigo, entonces ninguna bala, es una bendición
¿Cómo seleccionaste los temas que integran este disco?
Repito un esquema de compositores y autores que ya están en obras anteriores, como es el caso, por supuesto, de mi padre. En este disco aparece mi hermano Rainer Pérez también como compositor; vuelvo a trabajar con Juan Antonio Gómez Gil y me lanzo yo también a escribir algunas cositas.
Vamos escogiendo los temas en cuanto a dinámica, yo quiero un disco bailable que empiece arriba, que tenga una curva. En discos anteriores siempre hago canciones, digamos, románticas, que tienen un contenido y una estética más suave, menos agresiva, pero después hacemos timba también, que es súper bailable.
En este caso no hice un bolero. En discos anteriores casi siempre tengo un bolero, pero esta vez tengo canciones muy románticas, muy bonitas, tengo “Mi jardinera”, que es una canción que quería defender por lo que cuenta, la transparencia, se acerca también a la música guajira, al son.
Está también “Ya no vale”, que es súper romántica, es salsa, pero es prácticamente una balada que yo había escrito junto a mi padre para Ana Belén, hace muchos años. En esa ocasión le dimos “Ya no vale” y “Pero no termino”, y ella cantó “Pero no termino” y esta canción quedó.
Yo me imagino el disco como si fuera un show, un concierto, bien arriba, pero hay una curva siempre de reflexión, de escuchar, porque independientemente de que estamos dentro de las células y las rítmicas bailables me gusta que la gente escuche las canciones.
Cuando se decide el repertorio de un disco, y están esos temas que están en la gaveta hace años, ¿qué define que este es el momento para esa canción?
Yo creo que la madurez del artista. Por ejemplo, esas historias románticas, en aquel momento en que yo era un joven artista igual no me pegaba tanto, pero ya con las canas que tengo era el momento idóneo para poder defender una historia de amor de esa forma, tan bonita, como por ejemplo “Ya no vale”.
Hay muchas canciones que escribí junto a mi padre desde hace 20, 25 años, que están ahí, que todavía no he grabado; que, claro, en aquel momento no eran canciones para mí, eran canciones escritas por mi padre, una persona curtida por la vida y con una experiencia, por eso cuentan esas historias así. No eran canciones para mí que era un artista mucho más joven y por eso ahora poco a poco iré sacando del baúl esas canciones tan bonitas.
¿Por qué cierta timidez al presentarte como autor?
Porque siempre he sido un poco respetuoso y aprecio mucho el valor que tiene el poeta, la letra, esas narrativas, crear historias, canciones y el trabajo con mi padre siempre ha sido tan profundo, tan entrañable, que a la hora de escribir yo tengo la parada bien alta. Pero bueno me voy lanzando con los años a decir cositas que también quiero compartir, ideas de la vida, lo más natural y lo más honestamente posible.
¿Qué significa para ti que sea de la mano de tu papá de la que salgan esos temas que te han llevado al éxito?
Mi padre es el motor, es el mentor de mi carrera, la persona que me dijo súbete a un escenario, baila, canta. Por supuesto, mi madre ha estado presente siempre, Yolanda Rodríguez, que siempre está ahí con sus oraciones y su bendición, pero papá se ha visto realizado en mí, mis éxitos son sus éxitos y viceversa.
Yo siempre traté de de dar a conocer su obra, sus canciones, porque yo sé que mi padre nació con esa pasión por el arte, por la música. Lo que pasa es que nació allá en Manaca Iznaga y la vida lo llevó por otro lado. Pero siempre fue ese artista desde el patio o el portal de mi casa, ese artista en el que yo me reflejé; fue una motivación.

Estamos hablando de que yo empecé a hacer canciones con mi padre cuando empecé a tocar la guitarra a los nueve años. Cuando me sabía tres acordes, lo primero que hicimos fue tratar de hacer una canción juntos, porque yo tocaba, tenía la armonía y él ponía la letra, así mismo, como una película.
Ha sido un proceso muy hermoso, muy emotivo, muy entrañable y exigente, porque mi padre es súper exigente, sobre todo en los tiempos que corren que hay que ir adaptándose al lenguaje, hay que cambiar un poco y buscar un equilibrio.
Pero luego ha llegado la figura de mi hermano que viene a cerrar el trío. Ahora somos un trío perfecto, mi hermano trae lo de mi papá, pero tiene lo mío y tiene las cosas más modernas. Para este disco mi hermano escribió “Reina de corazones” y escribimos juntos “La Moneda” y “Andaba solo”.
Justamente esa cercanía con los jóvenes ha sido una constante en tu orquesta que siempre ha estado integrada por músicos recién salidos o incluso estudiantes de las escuelas de arte, ¿por qué esa intención tan marcada?
Yo quiero compartir en mi música y dejar el legado, enseñar y que eso aparezca reflejado en los nuevos talentos de la música cubana. Cuba está llena de talento, inevitablemente y gracias a Dios, es una de las cosas que nadie nos puede quitar.
Ya hay dos generaciones de músicos jóvenes que han pasado por la orquesta y cuántas veces salimos de un concierto y les digo “para acá todo el mundo vamos a conversar”, no para pelear, siempre partiendo desde el lado humano para formar y no deteriorar, ni separar. Que el consejo llegue y todas las cosas que yo tengo humildemente, decirlas de corazón para formar , y es verdad que yo me nutro, eso es recíproco, es una dinámica de trabajo que a mí también me motiva. Ellos me refrescan también, me tengo que poner a su nivel, porque los chamacos están en otra película, tienen otra forma, otra energía, entonces encontramos ahí un equilibrio a la hora de trabajar y de seguir haciendo música.

Desde esa experiencia del trabajo con las nuevas generaciones de músicos que se están formando, ¿crees que la música popular cubana tiene todavía un camino largo a pesar de lo que estamos viendo ahora mismo con la música urbana?
Yo creo que sí, no sé cuánto va a durar, pero ahora mismo viene una generación de músicos cubanos, otra vez, muy buenos.
En todos los tiempos hubo música comercial, más popular, menos popular, en tendencias, lo que si es una realidad que la música urbana cubana, o sea lo que es ahora mismo el reggaetón y toda esa evolución que ellos fueron encontrando, los ha acercado también a la música más bailable cubana.
Ellos han sido muy inteligentes y se dieron cuenta que si se quedaban haciendo reggaetón nada más, iban a quedar al campo. Entonces han sumado esos elementos de la música cubana de toda la vida, que es la rumba, la clave y los mezclaron con los sonidos electrónicos.
Yo aplaudo lo que hacen, lo que nunca voy a compartir con ellos es el lenguaje distorsionado a la sociedad, a las nuevas generaciones, a un niño, a hablar mal de una mujer, en fin, esas cosas. Pero en cuanto a swing, tienen swing, y a mí me gusta y a todo el mundo, y es lo moderno, y es la música moderna de los chamacos, es la música moderna de la noche.
Por ejemplo, Cuba nunca tuvo una música nacional de discoteca, siempre era música extranjera, el house, o la disco, siempre era música de afuera, ahora la música de la discoteca es cubana, es el reparto de la noche, eso no lo puedes quitar.
¿Sientes la necesidad de decir no solo en la música, sino en palabras, cosas importantes en tus canciones?
Definitivamente la música tiene el poder de llevar el mensaje, de llevar la palabra, de mover a las personas por sus sentimientos, sus emociones. Todo eso está implícito en el mensaje, en el texto. ¿Cuántas cosas puede decir una canción bonita? ¿Cuántas historias coinciden con nuestras vidas? ¿Cuántas historias coinciden con nuestro entorno, con nuestras amistades, con nuestra familia? ¿Cuántas canciones pueden llegarnos al corazón? El texto tiene un poder que no tiene comparación, por eso cuando es un mensaje negativo, distorsiona tanto y hace tanto daño.

Los jóvenes son vulnerables, están formándose, aprendiendo, están encontrándose con la vida. Si tú les dices que aquí vale todo, sin frenos, que no hay valores, no hay cariño, no hay respeto, estamos destruyendo en vez de formar, estamos deformando a esa sociedad. Y no quiere decir que las canciones sean un sermón.
Acabas de realizar una gira de tres meses en Europa y Estados Unidos, ¿sentiste que aunque estabas fuera de Cuba te encontrabas con el público cubano?
Es increíble. Con los años he podido experimentar y verificar, y ahora más que nunca, la emigración de ese público joven que al principio estaba aquí en mis conciertos, y ahora toco en Madrid y está la gente de Cuba, toda esa juventud hermosa está ahí. Y te vas a Miami y también pasa lo mismo. Y es un reencuentro lindísimo, ese público fiel, que busca mis sentimientos, mis canciones, mi entrega, mi cariño por ellos, mi vida que está volcada en mi música, y ellos están ahí y siempre uno agradece porque esa gente que llega es un público fiel.
Esas giras tan largas son un sacrificio tremendo, porque las hago solo con mi equipo, aquí no hay una multinacional, no hay una disquera, no hay esto, no hay lo otro… Aquí es de corazón, y por eso yo agradezco al público que recibe mis canciones, que me escriben, que me siguen en las redes, que me mandan ese apoyo incondicional. Soy un agradecido de corazón, porque lo que hago pudiera coger para otro lado, pero no, está cogiendo para el lugar correcto.
¿Tú crees que hace falta crear desde Cuba para tener impacto en esos mercados internacionales?
Por lo menos yo que vengo ya de una experiencia fuera de Cuba, de muchos años fuera de Cuba. Precisamente escogí regresar a mi tierra para sembrar eso que tenemos nosotros, ese poquito y esa grandeza, que se vuelve indispensable, imprescindible, que es nuestra música desde Cuba, a pesar de los pesares.
Cada cual con su realidad, la mía es inspirarme en lo que quería ser en un momento de mi vida que estaba escrito en piedra, que era desde Cuba.
Yo tengo infinidad de hermanos artistas que hacen música desde todas partes del mundo, y yo sé que en el fondo siempre uno quiere regresar y tocar para su gente y sentir aquí lo que nos dio la vida. A mí la vida me la dio esta tierra, mi mamá y mi papá, mi pueblo, mi gente. Eso hace la diferencia.

Con la cantidad de artistas que hay haciendo música cubana fuera de la isla, con otras maneras y mercados, ¿crees que la música cubana se está construyendo hoy en dos caminos paralelos?
Yo creo que sí y que esos dos mercados son compatibles. Hay artistas que sí están concentrados, sienten el compromiso, la convicción de seguir haciendo música cubana donde estén, en el lugar que sea y como sea. Creo que son dos mercados que se suman entre sí. El de Cuba y el mercado de los músicos cubanos fuera de Cuba, y entre sí se hace más fuerte nuestra música, que es una sola.
¿Cómo se ve Alain de aquí a cinco años?
Me veo en un escenario, cantando, dando brincos, enseñando, compartiendo mi música, tratando de ser… tratando de ser, no, yo soy el hombre, el hijo, el padre, el amigo, el hermano cubano, de corazón, siempre para y con toda mi gente.