CuCu Diamantes aterrizó en Nueva York después de cursar una beca de arte y restauración en Italia. Se ganó la vida como camarera, vendió sándwiches, cantó durante cinco años en bares, con la orquesta de Juan Carlos Formell, a inicios de la década del 90 y luego tocó la cima de la música con la banda Yerba Buena, armada por el productor venezolano Andrés Levin.
Yerba Buena se instaló en el circuito de mayor relumbre en la “Gran Manzana”. Fue telonera de músicos y bandas como Dave Mathews Band, Ray Charles, Willy Nelson y Dolly Parton. En ese itinerario, CuCu no olvida el día que cantó con los Yerba Buena antes de que Celia Cruz subiera al escenario.
Abrir el concierto a la “Reina” es un momento que marcó las coordenadas espirituales de su carrera. Era muy joven, se codeaba con la crema y nata de la escena neoyorkina, pero dice que nada le ha despertado tanto en el corazón como las emociones de aquel día. “Cuando le abrimos a Celia Cruz fue increíble. Es una mujer que ha dejado un legado muy grande. Es la gran voz de Cuba que se impuso en el globo terráqueo. A mí me encanta también la Lupe pero no tuvo una existencia afortunada por su estilo de vida”·
CuCu conoció a Andrés Levin durante una conferencia de prensa en la ciudad de Miami en 1997. Entablaron amistad durante un año y luego formalizaron una relación como pareja. Ella —dice— trajo al grupo a músicos como Xiomara Laugart, Descemer Bueno, Pedrito Martínez y a Puntilla, “un maestro de la música afrocubana”.
Andrés Levin formó junto a CuCu las bases de Yerba Buena tras haber trabajado con estrellas como Caetano Veloso y Tina Turner, por solo mencionar dos nombres. “A todos los integrantes de Yerba Buena, Andrés nos abrió la cabeza para enseñarnos a pensar de muchas maneras. Nos enseñó cómo estructurar una canción, cómo componerla, cómo podía ser más pop o más world music. Es un gran mezclador de estilos. Ahora él tiene 52 años y yo voy a cumplir 53. Hicimos carrera juntos y nos apoyamos mucho. Somos actualmente muy buenos amigos, después de separarnos. Es una persona que admiro mucho porque es muy talentoso”.
La banda abrió camino en Nueva York y confirmó el éxito y el empuje de la música cubana a través de la historia en la metrópolis estadounidense. En 2004 fueron nominados a un premio Grammy por el disco President Alien. CuCú recuerda que los resplandores de aquella época estuvieron ligados completamente a los hermosos espasmos de la juventud.
“Yerba Buena comenzó cuando traemos a Descemer Bueno a Nueva York para que le escribiera un disco a Xiomara Laugart. Con el grupo creamos una audiencia que nos venía a ver a todos los lugares. Dave Mathews nos hizo la propuesta de abrirle sus conciertos como teloneros. Nos venían a ver 20 000 personas que no estaban acostumbrados a ese tipo de música, pero le abrimos el diapasón. El hit de ‘Guajira’ lanzó definitivamente al grupo. La popularidad empezó fuerte. Hicimos 897 conciertos por el mundo. Cuando paramos, todo el mundo hizo su carrera de forma individual. Actualmente mantenemos comunicación y somos como una hermandad”.
“Xiomara me dice Nana. Me llamó a principios de la pandemia. Tenemos en planes hacer algo juntas. Con el Chino me escribo en las redes sociales y soy la madrina de la hija de Pedrito Martínez. Con Andrés me comunico. Fui a cantar con Descemer en un concierto que hizo hace algún tiempo con varios invitados cubanos como El Chacal, El Micha, Alain Daniel, Gema Corredera y Diana Fuentes. Yo me muevo en muchas ramas del arte. Amo las artes visuales porque fue lo que estudié. La danza me encanta. Vivo como en una comunidad de artistas. Me encanta compartir mis ideas”, agrega.
La cantante estuvo nominada al Premio Grammy Latino por su primer disco, CuCuland, en la categoría de mejor canción alternativa. Ahora acaba de finalizar el primer video de su tercer álbum Pecados de Picasso, dirigido por el joven realizador Claudio Peláez Sordo. El álbum fue producido por el poliédrico músico Alain Pérez. En su disco destila de sí misma los conceptos de experimentación, colaboración e hibridación, afianzados durante su paso por Yerba Buena. Hay música cubana, jazz, pop, entre otros ritmos y colaboraciones con Kelvis Ochoa y David Torrens, por solo mencionar dos. También tiene previsto realizar un video clip de la canción “Muerto Malo”, de Alain Pérez, que dirigirá Jorge Perrugorría.
“Tuve mucha empatía musical con Alain. Él es uno de los genios musicales del escenario cubano e internacional. Una persona de total virtuosismo, un creador grande, al que se le ocurren melodías increíbles en sus arreglos. Es uno de los músicos de Cuba que más admiro. Fue un honor grabar este disco con él”.
La cantante grabó el video cuando la Habana se abrió a la fase 1 de la recuperación, antes de que volviera a confinarse por la propagación del coronavirus. Para el video llamó a ocho mujeres con las que mantiene vínculos cercanos y que, de alguna forma, la han acompañado durante la pandemia. Hay deportistas, artistas y periodistas. “Soy una mujer muy colaborativa y me gusta estar rodeada de amigos, de gente que me aporte”, dice.
“El director Claudio Peláez, de Tropix Media, me llamó porque tenía el proyecto de hacer video clips durante la pandemia con varios artistas. Reuní a un equipo de amigos. Estar creativos en este tiempo de pandemia es necesario para la salud mental de los artistas y los que no son artistas también. Fuimos al estudio del artista visual Alejandro Piñeiro. Su casa me pareció una locación perfecta para mostrar esa hermandad entre mujeres. Escogí personas que han estado muy cerca de mí durante la pandemia como Ana Fidelia Quirot y su hija Carla, bailarina del Ballet Nacional de Cuba, que son mis vecinas”.
Ella considera a la campeona olímpica cubana un símbolo a seguir por su capacidad de reinvención ante las adversidades impuestas por la vida. En 1993, la atleta sufrió quemaduras en el cuerpo producto de un accidente doméstico que la mantuvo ingresada en estado de gravedad.
“Ana Fidelia es una figura icónica en el deporte, una mujer que luchó y se impuso a las adversidades que le trajo la vida. Es un ejemplo. Su hija, Carla, hace un performance que lo creamos en una mesa. Liz Capote, con 24 años, hace otro llamado Palíndromo, que habla del abuso y la violencia que sufre la mujer. También hicimos otro performance que se llama Entre líneas. Se trata del esbozo de una línea sobre una superficie de cristal. Fue inspirado en la imagen de Picasso pintando sobre un cristal. Participan Viviana Díaz y Mariana Brugeras, dos mujeres periodistas que representan a dos escritoras, porque para mí los periodistas son escritores”.
El disco fue publicado en 2019, pero vivió un impasse en su promoción por otros compromisos que mantiene en su carrera. Hace algunos años promueve un festival en el distrito de arte San Isidro, en la Habana Vieja, para divulgar la obra de las mujeres y tomar partido por la aplicación de leyes que detengan la violencia contra ellas. “En realidad, hago mucho trabajo de ayuda social. Empecé en Cuba un festival de la mujer. Es un evento que puede pasar seis o siete veces al año. Me ha tomado mucho trabajo y me descuidé un poco de llevar mi disco adelante, pero un álbum tiene larga vida”, agrega.
La cantante no oculta su preocupación por el alza de los feminicidios en la Isla y en otros países latinoamericanos. “Por eso en mis conciertos uso siempre el slogan de ‘Ni una más’, explica.
“Hay que implantar una ley contra el feminicidio. Yo apoyo esa ley. Tiene que hacerse para acabar con ese porcentaje tan alto de violencia contra la mujer. Me preocupan también las estadísticas tan altas de feminicidios en México. Con esta pandemia se han incrementado porque la gente está en la casa y los problemas psicológicos son grandes… y las frustraciones. En Cuba debe pasarse una ley. Es una causa por la que tenemos que seguir haciendo conciencia cada día. Las mujeres debemos unirnos porque tenemos que ayudar al patriarcado a cambiar. Somos responsables de la educación de nuestros hijos. Podemos formar hombres muy malos o muy buenos”.
CuCu detiene la conversación por un repentino ataque de tos. “Voy a tomar un poco de agua, que hemos hablado mucho y lo voy necesitando”. Regresa y me pregunta cómo resolver unos lances tecnológicos con su Instagram. “Tengo un montón de mensajes que reenviar y no he podido”. Mi experiencia no me alcanza para ayudarla. Le doy el teléfono de una amiga experta en este tipo de cuestiones digitales.
La resolución de los conflictos a causa de la violencia contra la mujer es un objetivo primordial en su carrera. Indica que no es experta en los motivos que puedan llevar a un hombre a violentar a una mujer, pero cree que el machismo y la dependencia económica ocupan los primeros lugares en la lista. “El abuso del alcohol, el machismo. Estábamos totalmente a ciegas sobre la existencia de este problema, pero Internet lo ha sacado completamente a la luz. Somos un país culturalmente machista, como lo es Latinoamérica. Tenemos que llegar a un nivel de conciencia sobre lo que ha significado el machismo, para erradicarlo, porque es un problema mayor. Hay que ayudar a la mujer a que sea independiente del hombre, enseñarla cómo ser emprendedora, a tener independencia económica. No me gusta usar la palabra empoderar porque el único poder que me gusta es la sabiduría, el conocimiento y la experiencia que te da la vida”.
Pecados de Picasso sale en una etapa en que ha reflexionado reiteradamente sobre las situaciones que afectan al planeta. “Los pecados del Bosco (del Renacimiento) se están dando más fuertes cuando el hombre debería estar en otro nivel de evolución, con otra conciencia. Estamos acabando con el planeta y los bosques. El hombre tala los árboles, el Amazonas está ardiendo, se incrementa el calentamiento global, California está en llamas. Los pecados actuales son esos, que las mujeres todavía tenemos que luchar por nuestros derechos y nuestra igualdad. Espero que, cuando controlen la pandemia , salgamos a la calle y empecemos a vivir de una manera diferente. Los pecados de Picasso, y la canción a la que le hicimos el clip, es un poco sobre todo eso”.
CuCu ya se prepara para grabar su cuarto disco. Dice que habrá semejanzas con Yerba Buena porque tendrá ritmos más funkys. “No estoy haciendo música urbana, pero tengo en planes hacer un álbum más funky, con referencia a Yerba Buena, porque es mi manera de componer. No estoy desesperada por grabar discos y discos y no me interesa hacer lo que está de moda en la música. Quiero hacer las cosas que a mí me gustan. De joven me reunía con personas mayores porque me gustaba escucharlas. Ahora hay poca gente que escucha. Hay personas de mi generación que no escuchan a los jóvenes y tienen las mentes muy cerradas. Cuando se les muere la mente, no hay remedio. Al cerebro hay que resetearlo, escuchar lo que traen los jóvenes y no enfocarnos en lo malo, porque nuestras generaciones también tenían cosas malas. Veo mucho talento en los jóvenes y en su forma de pensar. Tú puedes ser el mejor artista del mundo, pero si no eres un buen ser humano, para mí no vales”.
No recuerda con mucha nostalgia los tiempos en que conquistó Nueva York, pero sí habla con cariño de los amigos que hizo durante la época. La actriz Susan Sarandon, en su más reciente viaje a Cuba, la llamó por teléfono para reunirse y rememoraron la amistad que iniciaron en aquellos años, en una fiesta privada en la localidad de Cojímar.
“Las grandes ciudades del mundo se están convirtiendo en franquicias de marcas de modas. La parte más underground la van perdiendo porque son ciudades muy caras y solo puede vivir gente muy rica. Los artistas que empiezan no pueden vivir en la ciudad y se mudan a otras. Se está viviendo otra época en Nueva York. Hay muchos barrios donde solo pueden vivir personas con mucho dinero. Aunque no hay nada malo con el dinero que se gana con lo que a uno le gusta hacer, todo cambia”, reflexiona.
Durante la pandemia, ha repartido su tiempo entre la meditación, la composición y la creación de próximos proyectos. “Caliento motores para que el carro no deje de funcionar cuando arranque. Cuando la gente salga a encontrarse de nuevo, estará llena de energías. Las personas tienen muchas cosas que decir. Debemos enfocarnos en un nuevo estilo de vida. La ecología es un tema que me preocupa mucho. Tenemos que aprender a vivir de lo que reciclemos. Somos muy consumistas. Debemos alimentarnos orgánicamente y superarnos como personas. Está el ser humano que quiere sumar y el que quiere dividir. Hay mucho odio y arrogancia. Hay que aprender a eliminar las cosas que uno carga y no significan nada en tu vida”.