Puede atraparse una ciudad en una cajetilla de cigarros. Pedro Gómez lo hizo.
Bocetó en el pequeño espacio. Apretó las ideas. Encontró música en el paso de los enamorados, en las vidrieras.
Resulta tan familiar
ver las parejas pasear,
como van y vienen
calle arriba y calle abajo
Pedro Gómez llegó a Santiago con las cuerdas de los Hermanos Avilés, con el mar de Gibara a cuestas. La calle le susurró la letra, le aguzó la mirada en la esquina del cine Cuba. Nancy Maura lo doblegó de un bolerazo, lo hizo santiaguero de golpe. Y Pedro encontró en la calle de todos los días, la arteria universal.
Calle Enramada mayor
novia de nuestra ciudad
populosa arteria principal
de mi Santiago.
Me gusta ver, al calor el sol ardiente
la sonrisa de la gente
felices al caminar…
El Concurso Adolfo Guzmán premió su inspiración. Tiburón Morales y Adalberto Álvarez, todavía la fama no halaba. Años ochenta. Son 14 puso a bailar a toda Cuba, a todo el Caribe.
La calle se levantó con sus olores, con su historia, con sus locos amables. Y Enramadas entró en el mapa musical del mundo.