No por azar Manuel González Hernández (Manolín), fue apodado por José Luis Cortés y conocido en toda la Isla como “El Médico de la salsa”, pues este cubano sabe componer remedios acertados para convertir el día a día en una fiesta.
El éxito de sus creaciones estuvo en retomar una antigua fórmula de la música nacional: la conjugación de estribillos y melodías para obtener obras totalmente bailables. Manolín supo apropiarse de lo cotidiano, de frases atrapadas de “casualidad”, y lograr estribillos que todavía hoy los cubanos tarareamos.
Y cuando Cuba entera bailaba al ritmo de sus canciones, le gente comenzó a comentar que Manolín se había ido. Y era cierto, El Médico estaba viviendo en Miami. Desde entonces solo llegan noticias aisladas de su carrera. Hace unas horas OnCuba lo contactó:
¿Por qué te fuiste?
Como dice un amigo mío, tú no te fuiste, te fueron … jajaja.
Luego de haber compuesto y cantado allá en La Habana, una canción llamada “El Puente”, que habla de la unión de los cubanos de ambos lados del estrecho de la Florida, la prensa cubana publicó un artículo en que me cuestionaban fuertemente el contenido de mi canción, y acto seguido me prohibieron presentarme dentro y fuera de la Isla. Se vedó la difusión de mi música en la radio y la TV de mi país y no tuve otra opción.
Yo siempre digo que fui un trabajador incansable en Cuba, trabajaba mucho dentro y fuera, era muy rentable, en ventas de discos, conciertos, e incluso hice donaciones y una gira por toda Cuba, pagando todos los gastos yo mismo, y sin quedarme ni con un peso en el bolsillo. Doné todo lo recaudado al desarrollo cultural de cada provincia, pero en vez de reconocerme, me prohibieron, en buen cubano, me pasaron la cuenta.
Ya cuando llevaba un tiempo sin poder cantar, ni salir, y el pueblo de Cuba no sabía ni que había sido de mí, tenía pendiente una invitación a un programa de TV en Televisa México. Me dieron un permiso por solo una semana para salir y también fui a España. Claramente, se venció mi permiso de entrada a Cuba, pues una semana pasa volando, y entonces decidí venir a vivir a Miami.
Cuando vivías en Cuba eras el número uno, tu música sonaba mucho en todas partes. En estos 12 años, tu música se ha fortalecido o ha mermado?
Ha mermado, eso sin discusión. He ganado yo en aprendizaje, como persona, como cantante, como ser humano, pero una de las cosas que se ha sacrificado en todo este tiempo, además de mi familia, ha sido mi música.
Para empezar, mi música no se difunde, ni aquí, ni allá. La música que yo hago ha sobrevivido a fuerza de fe, amor y sacrificios. Es imposible que esté a la altura de aquellos tiempos, ni a la altura de algunos artistas de otros géneros y de otros países, de los que hacen Merengue, por ejemplo, Reggaeton, Salsa, u otros ritmos, porque la música cubana actual, hecha por cubanos, está vetada en la radio de USA, no se difunde. Y si sumamos a esto, que a los artistas cubanos que vivimos en USA, tampoco se nos difunde en Cuba, es imposible, para mí y para cualquiera, mantener su música al nivel de los demás artistas, que sí suenan aquí y en sus países de origen. Pero, les digo algo, mi música sobrevivirá a todos los bloqueos y se impondrá. Yo no voy a parar, me mantengo activo y creativo, ahora más que nunca.
¿Te arrepientes de haberte ido?
Difícilmente yo me arrepienta de algo en esta vida, porque para mí no hay nada más importante que aprender, y he aprendido tanto en todo este tiempo, que ha valido la pena.
¿Cómo ves los cambios en Cuba?
Los cambios en Cuba los veo muy bien, lástima que no hayan sido antes, ya estuviéramos más adelantados, pero bueno, nunca es tarde para rectificar y evolucionar. Espero se mantengan, se multipliquen y se le de paso a la juventud, que es el motor de la sociedad. Los dirigentes tienen que confiar en lo que han hecho y han formado, si desconfían de nosotros, desconfían de ellos mismos y entonces su lucha habrá sido un fracaso. Deben y tienen que confiar en nosotros.
¿Ves algún indicio de que se vaya a hacer el puente entre Miami y La Habana, puente al que tanto has cantado?
Claro que sí veo indicios y más que indicios, pasos positivos en ese sentido, es lo natural si partimos del hecho de que somos cubanos todos, los de aquí y los de allá y Estados Unidos, nuestro más cercano vecino. Todo apunta a que no se impondrá el “Ya viene llegando” de Willy Chirino; todo parece indicar que el futuro será “El Puente”, de intercambio, de hermandad, de cooperación, de entendimiento y de respeto. Cuba debe seguir dando pasos y EE.UU también, hay que pasar página de muchas cosas. El Hígado es para la digestión y otras muchas funciones, se piensa con la cabeza y se le pone el corazón.
Además de tu público, ¿quien más te queda en Cuba?
En Cuba me queda todo, mi mamá, mi papá, mis hermanos, mis tíos, mis sobrinos, mis primos, mis amigos, mis vecinos, mi público, mi gente, mi tierra, mi música, mis costumbres, mi aire, mi mar, mi sol. En fin, en Cuba me queda todo, mi vida entera.
¿Te gustaría presentarte en Cuba?
Claro que sí. Siempre he dicho que tocar en Cuba es un derecho, un deseo y una necesidad. Los artistas somos embajadores naturales de nuestro pueblo, de nuestra cultura, más allá de sistemas y gobiernos. Nuestro arte nace y se nutre de la tierra de donde somos y de nuestro pueblo, es un matrimonio que no se puede romper. Virtuosos no somos los artistas, virtuosa es nuestra tierra y nuestro pueblo, que es de donde venimos. A Cuba, a esa tierra bendita que ha dado tantos y tantos talentos a lo largo de toda su historia, es a quienes nos debemos. A Cuba y al pueblo cubano.
¿Crees entonces que se pueda cumplir el estribillo de tu canción, esa que hizo un día que te marcharas?
Claro. (Voy a hacer un puente / Un puente de mangas largas/ Pa’ que la gente de la Habana venga / y la gente de Miami vaya).
En la foto: Manolín y su familia