Luego de dos décadas al frente del grupo musical Sexto Sentido, la cantante cubana Yudelkis Lafuente ha sentido la necesidad de enrolarse en un proyecto más ambicioso que ponga a prueba su potencial artístico y explote otras aristas profesionales.
Apegada siempre a ritmos cubanos que ha sabido conjugar con tendencias norteamericanas, la nueva propuesta de la artista supone una idea atrevida que no tiene rival en el panorama cultural cubano, aunque algunos vacilen en darle crédito y la observen con cierta desconfianza.
¿En qué consiste Funky Groove Project?
Funky Groove Project es un proyecto retro que comenzó en noviembre de 2016, dedicado a revivir y recordar la gran época de la música disco y funk de finales de los 70 y principios de los 80. Está integrado por 10 chicas que hacen presentaciones en vivo acompañadas por DJs capaces de mezclar temas musicales con vinilos originales. Este proyecto es capaz de mostrar el talento de cantantes femeninas en Cuba, capaces de adaptarse a cualquier tipo de género musical.
Nuestro objetivo es reunir distintas generaciones e invitarlas a bailar: a los aficionados de la disco Old School y a los jóvenes interesados por los raíces del hip hop, del house y la electrónica. Es, por tanto, un proyecto nostálgico que se centra fundamentalmente en la música de Estados Unidos y Europa.
¿Por qué crear en Cuba un proyecto con estas características?
Porque a pesar de ser Cuba una tierra de son y salsa, los cubanos también aman y recuerdan esta época y son capaces de bailar y moverse con esos ritmos.
Los cubanos nunca experimentaron completamente el gran universo de la música disco y el funk. En esas décadas no teníamos pleno acceso a estos estilos musicales y todavía no proliferaban los DJs dotados del equipamiento necesario para promover y mezclar estos ritmos. La mayor parte de este tipo de música no llegó a nuestro país, pero fueron verdaderos hits.
Sin embargo, ese tipo de música funcionó para una época determinada, en un momento específico, y para un público con características definidas. ¿Crees que tu iniciativa pueda funcionar para el público cubano en el panorama cultural actual?
Yo creo que sí, porque ya hemos visto la reacción positiva de las personas en nuestras presentaciones y eso nos ha llenado de aliento. En Cuba siempre habrá un público deseoso de revivir esa época, y también estamos viendo jóvenes que se están enfrentando a estas tendencias totalmente desconocidas por ellos.
Me gustarían tener DJs mujeres, pero las que hay no saben mezclar con vinilos originales. Y los DJs hombres andan muy entusiasmados con nuestros vinilos originales: la gente disfruta mucho cada vez que ellos ponen música de los 80 en fiestas de tendencia electrónica. En una de las últimas encontramos turistas norteamericanos vestidos con ropa de los años ochenta. Estaban muy sorprendidos y nos tomaban fotos. Nunca imaginaron que en Cuba se hacían fiestas temáticas.
Te pongo otro ejemplo de éxito ante la aceptación de esta música: cuando Questlove, el famoso DJ norteamericano del grupo The Roots, vino a Cuba y estuvo alrededor de dos horas poniendo música de los ochenta en la Fábrica de Arte Cubano, la gente se desquició. ¡Aquello fue fantástico!
¿Pretenden interpretar aquellos temas con el mismo estilo de esos años?
Al principio empezamos siendo fieles al estilo original, a los temas, a los intérpretes. Pero ahora nuestra idea es recoger esa esencia y crear nuevos textos.
¿Cuántas chicas integran el grupo y cómo las seleccionaron?
Hicimos un casting de dos días en un pequeño teatro de la Habana Vieja. Alrededor de 50 chicas jóvenes entre 19 y 25 años mostraron interés. Cada cantante debía interpretar una canción de su elección. Muchas no fueron muy creativas a la hora de escogerla y cantaron las mismas canciones, casi siempre los mismos boleros, aunque sabían que el proyecto se trataba de disco, funk y soul.
Otras fueron demasiado ambiciosas tratando de demostrar sus habilidades como cantantes solistas, pero este proyecto no se trata solamente de tener una buena voz, sino de ser capaces de cantar disciplinadamente en un grupo vocal. Por lo tanto, hice algunos ejercicios para poner a prueba su habilidad de cantar en un grupo vocal.
Como la música disco y el funk son principalmente géneros norteamericanos, era necesario también que las chicas pudieran cantar en inglés. Y eso fue un reto adicional para ellas. Finalmente nos quedamos con alrededor de 10 cantantes.
¿Fue difícil enseñarles un estilo músical que no es propio de su época?
Todas las chicas nacieron a finales de los noventa y tienen entre 21 y 24 años. Por tanto, tuvimos que explicarles el momento sociopolítico de esas décadas, pues eso es importante a la hora de entender cuestiones culturales.
Ahora conocen a cantantes famosos como Joycelyn Brown, France Joli, Evelyn King, Gayle Adams, Fonda Rae… Muchos cubanos jamás habían escuchado nada sobre ellos.
¿Dónde se presenta habitualmente Funky Groove Project?
En estos momentos estamos en el trámite de hacer legal el proyecto. Eso significa que todo lo que hacemos es solamente a modo promocional y quizás interpretamos dos o tres canciones en fiestas privadas. No tenemos la posibilidad aún de establecer un contrato con un club. Eso nos frena un poco, pero es un procedimiento legal ineludible.
¿Tienes fe en que el proyecto logre mayor reconocimiento público?
Pienso que sí, porque Funky Groove Project tiene mucho potencial. De cierta forma estamos formando jóvenes talentos de Cuba, y la música bien hecha no pasa de moda.