Chicago exhibe los últimos colores de la primavera para dar paso a un arrollador verano, casi extremo. Cuba llega de nuevo, esta vez con la música de Daymé Arocena para participar en el Millennium Park Summer Music Series. Acompañándola está el joven percusionista Ruly Herrera, con una fuerte presencia en el panorama musical de la Isla desde hace muchos años. En esta charla, Ruly desde sus comienzos, hasta el talentoso músico –y primerizo padre– que es hoy.
En esta tu primera gira por Estados Unidos. ¿Estás cumpliendo un viejo anhelo, ha cumplido tus expectativas?
Siempre soñé con conocer Estados Unidos y tocar aquí y creo que no pude entrar por mejor puerta. Tener el privilegio de trabajar, aportar y defender el proyecto de Daymé Arocena es una bendición y lo digo sin cumplidos, es mi verdad. Con ella me doy el lujo y ella nos da la libertad de, una vez traídos los temas elaborados por ella, crear y darle la sonoridad y el estilo interpretativo de cada uno de los músicos. Además de estar tocando en escenarios tan anhelados y soñado por cualquier jazzista cubano, los que viven fuera y dentro de la Isla. Hemos tocado en importantes festivales de Nueva York, Philadelphia, New Orleans, Boston, Los Ángeles…
Te recuerdo muy joven, llegando una noche a casa de Ernan López-Nussa para conocer a Sting y hoy ante mí tengo a un laureado compositor e instrumentista, director de Real Project, uno de los grupos más solidos del joven jazz cubano y con dos producciones discográficas, la última ganadora del Premio Cubadisco de este año en la categoría Jazz Ensemble…
Haber grabado mi primer disco, Mal Tiempo, fue un regalo de la vida y un sueño hecho realidad. De no haber tenido esa dicha quizás no existiera hoy Real Project, un grupo que fundamos tres amigos, hermanos, con la idea fundamental de defender y dar a conocer nuestra música y todo lo que queríamos expresar a través de ella.
El disco, para gran sorpresa mía, fue nominado en tres categorías: Opera prima, Making Of y Jazz, y fue premiado en dos de ellas: Making Of y Jazz. Hasta hoy hemos tenido muchas ilusiones realizando un incansable trabajo, incluso de experimentación con la banda, así que sentíamos, ya a los tres años de fundada, que era el momento de hacer nuestra primera producción discográfica ya como banda, como Proyecto. Lo titulamos Real Project.
Otra vez la vida me sonríe y es nominado en el evento más importante del disco en Cuba [Cubadisco]. Esta vez en la categoría de Jazz Ensemble, recibiendo luego el premio como mejor Álbum en esta categoría. Este disco tiene mucho valor para mí y para Jorge Luis Lagarza (Yoyi) también director del proyecto, así mismo para el resto de la banda: Ernesto Hermida (Bajista) y Roberto Luis (guitarrista) porque fue y es un trabajo que se hace en equipo, donde a pesar de que el peso mayor de las composiciones sean de Jorge Luis y mío, no sale un tema sin que sea pasado por el filtro de los cuatro. Somos meticulosos en la sonoridad, estilo, repertorio. Tuvimos invitados de lujo que colaboraron también, como David Blanco, Luna Manzanares, Zule Guerra, Hector Téllez Jr., Diana Fuentes y Jorge Aragón, sin dejar de mencionar a nuestro Ingeniero de sonido, Adolfo Martínez (Fito), quien le da sello y sonido propio a nuestro Real Project.
Real Project no es más que la máxima expresión de mi realización como compositor y músico, es lo que hemos soñado los cuatro integrantes, como te dije, de expresar nuestras inquietudes musicales y conceptos, y nuestro sueño es hacer de la banda lo que hoy vemos que son para las generaciones nuevas y otras, esas bandas que marcaron pauta y época como Irakere, Yellow Jacket, Brecker Brothers y muchas más que han hecho historia. Nuestra esencia es crear un estilo y sonoridad propia al menos en nuestro país, si en el mundo también, aunque suene pretencioso, pues la misión será doblemente cumplida.
Entonces mis planes son seguir trabajando mucho, seguir con la musa que gracias a Dios está dándome muchas composiciones nuevas, seguir dándolo todo y hacer todo por mi proyecto, pero sin abandonar las colaboraciones que tanto me motivan como esta con Daymé Arocena, César López, Diana Fuentes, Luna Manzanares y algunos más. Seguir siendo ese baterista de sesión para grabar discos que un día soñé y que he tenido la suerte de ya hoy contar con más de 60 discos grabados en 15 años que llevo profesionalmente, tengo planes también de dedicarme a producir discos y ¡ojalá el primero que produzca sea el de un baterista!
Te conocí siempre de la mano de trovadores; entonces a pesar del jazzista que eres, te veo siempre muy vinculado a la trova cubana…
La trova cubana –¿qué te puedo decir?– es la cuna de lo que soy hoy, especialmente Polito Ibáñez quien confió en mi con tan solo 15 años de edad para darme a conocer al público, a los medios, por enseñarme tanta música y tanto de este mundo hermoso que es la trova, la canción, las estructuras de los temas, el sonido del instrumento, acompañar y respetar cuando un cantante está diciendo algo, poesía… La trova me hizo mejor músico y artista en general.
Entonces tocaste con Santiago Feliú…
El Santy… primero quiero decirte que a pesar de los pocos años que estuve muy cerca de su vida, me parecía que lo conocía y que tocaba con él desde hacía veinte años. Yo aún no creo que no esté con nosotros. Él me regaló la oportunidad de interpretar sus geniales canciones, de soñar… Que me haya convocado para ser su baterista y acompañar varias giras dentro y fuera de Cuba fue como ir a la universidad. Aprendía todos los días de él, solo conversar en esos momentos cuando terminas un concierto o ya cuando estás en el hotel, y antes de dormir nos tomábamos una cerveza o un trago… aprendía. Me puse muy nervioso cuando supe que iba a tocar con él, por el inmenso respeto que le tengo a su obra y también el sello en la batería que le dio a su obra un baterista que quiero y admiro tanto como Ruy López-Nussa. Santiago Feliú, en lo personal y en mi carrera como baterista, fue de las experiencias más lindas y enriquecedoras que he tenido.
Pasaste muchos años en Habana Ensemble, una agrupación emblemática del Jazz. César López –que bien merecería un libro habiendo entrado en Irakere casi con 15 años– te supo encausar…
A César López le debo casi todo lo que soy hoy como jazzista. Al llevarme a esa banda espectacular, Habana Ensemble, me regresó al Jazz, género que había dejado de tocar con regularidad tiempo atrás y un mundo del que me había desvinculado bastante desde el punto de vista de trabajo. César es otra universidad que he pasado en mi vida. Siempre hablábamos de eso: quien entra a Habana Ensemble da un cambio de 180 grados porque el grupo te hace estudiar, tocar de una manera que tal vez no esperabas; al menos a mí me pasó así.
Gracias a él y a esa oportunidad hoy tengo mi proyecto de jazz y vivo prácticamente por el jazz. Me siento un hombre dichoso y bendecido por la oportunidad de haber aprendido tanto de los artistazos que me han dado confianza y han aportando tanta profesionalidad en mí, como lo hizo César. Con Habana Ensemble tuve el acercamiento más profundo al jazz, género que amo y que me acercó a los jazzistas de mi país, muchos con quienes estudié y otros que quería conocer. Ahora he tocado prácticamente con todos los mejores y más reconocidos de Cuba, jóvenes y de otras generaciones.
Vienes de una familia hermosa, tus padres siempre en tus conciertos, siendo amigos de tus amigos…
Ellos son la razón de que exista y sea la persona que soy, con mis defectos y virtudes. Vivo orgulloso de la crianza que me dieron y todos los valores que inculcaron en mí. Gracias a ellos soy músico y hoy he podido realizar sueños que sin su ayuda y apoyo no hubiesen sido posibles. Tengo la dicha de que son músicos y así me dieron una base tan sólida académicamente… Hoy soy padre de un niño bello que me ha hecho sentir la persona más feliz del mundo. Daré todo por que mi hijo Luca sea un hombre de bien, culto y lleno de amor.
Siempre has sido amigo, de los de risas y también llantos…
La amistad para mí lo es todo, me considero un amigo como pocos, pero sin temor a equivocarme los amigos que tengo son de verdad y lo dan todo por mí. Gracias a la amistad todo lo que me rodea me sonríe y logro las cosas que me propongo. Por ejemplo, creo que sin la amistad y hermandad que nos une, no existiera Real Project, por ejemplo.
La amistad, como la música, es mi razón de ser. Sin la música y sin amigos creo que fuera una persona frustrada y amargada. ¡Y eso nunca podría suceder, mucho menos en La Habana! Ella y yo somos como los mejores amigos, inseparables, es mi ciudad favorita. Me gustan Madrid, Los Ángeles, Nueva York, Londres, Tokyo, Amsterdam, ¡pero como La Habana ninguna! Aunque me encantaría ver allí más espacios que defiendan el jazz y otros géneros no tan valorados, no tan preferidos ni apoyados, que logren atraer a un público que aprecie el arte. Me gustaría ver que lleguen a La Habana y a Cuba a esas personas que potencian tu carrera en el mundo, me gustaría ver que todos los artistas amigos que tienen sus proyectos y están haciendo buen arte gocen de mucho más éxito y que cada uno en sus ramas tengan oportunidades grandes, y me incluyo.
Lo que no quiero ver en La Habana y en el país en general es la agresividad, la mala educación ni la mediocridad. No quiero ver una Habana deprimida y carente de las cosas básicas al menos para vivir con un mínimo de confort. Tampoco quiero que nos “descubran”, quiero ver La Habana a todo color.
Mi hermanito Ruly Herrera! Un orgullo tenerte de hermano de pelos rizos!Tu arte es grande!Real Project y los muchachos son grandes! Un A la buena música que hacen. Me encanto esta entrevista!!Mi hermanito noble de corazón ❤️ Las bendiciones y los buenos deseos para ti,Real Project,Los muchachos sin siempre infinitas!!!
Bravo Ruly, te ví comenzar, me parece mentira el hombre en el que te has convertído, valores, talento, tenacidad y generosidad, orgullosos todos de tí, KEEP GOING!!!!
Muy buen Articulo