Una y otra vez se revisan videos, frases, canciones de la artista. Su grito desesperado de “Si me queréis, irse” es parte ya del acervo popular español; decora camisetas y tazas a la venta dentro y fuera de España, y hay quienes incluso llevan el rostro de la jerezana tatuado en algún lugar del cuerpo.
En enero de 2021, 25 años después de su muerte, la marca cervecera Cruzcampo lanzó una campaña publicitaria protagonizada por un deepfake de Lola que la volvió a colocar en las pantallas. “¿Tú sabes por qué a mí se me entendió en todo el mundo? Por el acento.”
Yo soy la Lola señores
La Lola, que usted espera
Con traje o bata de cola
Yo soy la Lola señores
De Jérez de la Frontera
Y es mi cabeza gitana
Mis brazos dos monumentos
Y en los flecos del mantón
Yo me llevo enreao
Un suspiro de pasión
Algunas de las apariciones más destacadas de La Faraona en televisión se utilizan en contenidos que circulan a diario en redes sociales. Lola Flores, Incluso es considerada precursora del crowdfunding, por la solución que propuso para hacer frente a su deuda con el fisco: “Si una peseta diera cada español”.
Lola Flores puede gustarnos o no. Podemos tratar de mantener distancia con esa intensidad que ella, como una de las más célebres folclóricas, le ponen a su arte; y, sin embargo, será imposible no reconocer que María Dolores Flores Ruiz convirtió a Lola Flores, hace un siglo, en una de las personalidades más relevantes e interesantes de España y del mundo hispanohablante.
Lola en la memoria sentimental de España
El famoso escritor barcelonés Terenci Moix y el catedrático Alberto Romero Ferrer, entre otros importantes investigadores, ensayistas, sostienen que Lola Flores fue uno de esos casos excepcionales donde se entrelazan, además de música, flamenco y copla, una parte muy significativa de la historia y la memoria sentimental de la España de la posguerra y del teatro y el cine de los años cuarenta, cincuenta y sesenta.
La artista satisface todo un sistema de emociones, imágenes, voces y sonidos que, gracias a la escena, la radio, el vinilo, la gran pantalla y la repercusión mediática del personaje, ayudará a construir un determinado e inequívoco imaginario y una cierta auto iconografía identitaria sobre España y los españoles de notable presencia en los ámbitos más diversos, incluidas las esferas más domésticas.
Con los años, Lola Flores “se convertiría en una extraordinaria referencia de época, en un contradictorio icono de la posmodernidad –Lola Nacional, Lola de España–, como bien supieron retratar algunos de nuestros posmodernos, quienes siempre supieron ver las calidades de la copla y sus intérpretes, más allá de su férrea e interesada apropiación por parte del régimen franquista, con especial atención a nuestra flamenca de Jerez”, resalta el catedrático Romero Ferrer en su ensayo Lola Flores. Cultura popular, memoria sentimental e historia del espectáculo, galardonado con el Premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos 2016.
Pemán ha dicho de mí
Torbellino de colores
No hay en el mundo una flor
Que el viento mueva mejor
Que se mueve Lola Flores
Y por si no lo sabía
Yo se lo digo señor
Venga, venga ese aplauso enseguia
Que alegre mi corazón
Yo, yo soy la Lola, alma mía.
Además, señala: “Dado su protagonismo social y cultural, (Lola) se convertía en una eficaz interlocutora de esta línea del tiempo del siglo XX, en una secuencia capaz siempre de adaptación al cambio –como la mayor parte de los españoles de su generación–, sin por ello desertar de su excepcionalidad y verdad en el mundo del arte y el espectáculo.”
Lola y Celia
Las cercanías de Lola con Cuba ha sido tema para distintos artículos publicados en libros y revistas. Cuando en 2005 su hija mayor Lolita se presentó en la isla resaltó ese vínculo entre La Faraona y La Habana. Aquí, además de codearse con la créme de la créme de la farándula cubana, Lola vivió un amorío con un chulo presuntamente nombrado Jorge Leme (o Lesmes). En la serie documental de cuatro episodios Lola, producida por Movistar+ en 2021 se escucha el relato de aquel turbulento affaire entre la gitana y el cubano.
“Era guapísimo con su guayabera blanca. Sin exagerarte nada, igual que Marlon Brando. Yo estaba enamorada de él porque era una belleza, pero venía como mareado. Yo sabía que la cocaína existía, pero no conocía la marihuana. Me dió dos “fumaditas” y sentí que me sentía como Marilyn Monroe. Nos vamos a la piscina y le veo una puñalada desde el cuello hasta más abajo de la espalda y me quedo muerta”, contó.
Hasta Nueva York, dicen, viajó el tal Jorge en busca de Lola, amenazándola de muerte por tal de seguir con aquel romance que, lógicamente, no llegó a buen puerto.
Lo que sí perduró fue la amistad entre las intérpretes de “Limosna de amores” y “Yerbero moderno”, respectivamente. El origen de aquel entrañable afecto y respeto mutuo lo encontramos en el primer viaje de la española a La Habana en 1952, afirma Omer Pardillo Cid, albacea del legado de Celia y presidente de la Fundación Celia Cruz.
Una amistad para toda la vida
El debut de Lola en Cuba se produjo el 4 de agosto de ese año en el Teatro América, acompañada del bailaor Francisco Manzano Heredia “Faíco”, el guitarrista Paco Aguilera, su hermana, la también bailaora Carmen Flores y el respaldo de la Orquesta Cosmopolita.
“Desde ese entonces surgió una amistad que duraría toda una vida. Cuando Celia empezó a visitar frecuentemente Madrid en los ´70, Lola siempre fue quien se hizo responsable de que los españoles la conocieran. La mejor referencia es ver el tributo a Lola en 1990 que está en YouTube cuando Celia le habla al final de su presentación”, explica Pardillo Cid a OnCuba.
Centenario de LOLA FLORES única e irrepetible Vivirá SIEMPRE pic.twitter.com/MuUb2tbNYD
— Celia Cruz (@CeliaCruz) January 18, 2023
Ciertamente Lola Flores fue clave en la promoción y difusión de nuestra Reina aunque cabe señalar que desde 1956 la privilegiada voz de Celia Cruz ya se escuchaba en Europa. La investigadora Rosa Marquetti en el libro “Celia en Cuba (1925-1962)” cita un reporte de la revista cubana Radiomanía y Televisión en su edición de abril de 1955:
“Los discos de la popular cancionista cubana Celia Cruz han obtenido el favor del público en Roma y otras ciudades de Europa, puesto que son muy solicitados por las casas expendedoras de discos”.
Durante esos años en España, explica Marquetti, la radio transmitía sus grabaciones con La Sonora Matancera y de eso dejan constancia las carteleras que insertaban los principales diarios como La Vanguardia Española y breves programas con grabaciones de Celia y de La Sonora Matancera a través de Radio Nacional de España.
En el video al que hace referencia Omer Pardillo, Celia agradece públicamente a La Faraona su incansable interés en promocionar y ayudar a distintos artistas cubanos. Elogios a los que se suma la gran bolerista Olga Guillot.
Burundanga y las estrellas
Ante miles de asistentes al famoso homenaje que se le ofreció a Lola en la ciudad de Miami en 1990 y en el que participaron Julio Iglesias, Rocío Jurado, José Luis Rodríguez “El Puma”, entre otros, una emocionada Celia rememora cómo Lola una vez terminada sus actuaciones en el céntrico restaurante Caripen de Madrid llegaba hasta el night club “Nueva Romana” donde se presentaba la guarachera con el firme propósito de dar a conocer el valor de los artistas cubanos.
Como registro de aquel fuego ibérico y antillano nos quedó la grabación de “Burundanga” convertido por Celia en un éxito desde su primera grabación el 15 de junio de 1953 y versionado por ambas estrellas con sonidos más contemporáneos a sugerencia de Tomás Muñoz, entonces presidente de Sony Discos.
Muchos años después la canción de Oscar Muñoz Bouffartique más las atractivas personalidades de Celia y Lola le servirían al dramaturgo Luis Enrique Valdés para escribir la obra teatral “Burundanga”que llevó a escena el grupo matancero Las Estaciones dirigido por el dramaturgo y Premio Nacional de Teatro 2020 Rubén Darío Salazar con diseños de Zenén Calero y la coreografía de Liliam Padrón.
Cuando en 1995 desaparece físicamente Lola Flores, “su hermana cubana” no puede llegar a Madrid para darle el último adiós. Una agenda de espectáculos inaplazables por todo el mundo impiden que Celia esté al lado de familiares y amigos de la Reina gitana.
El 16 de mayo desde Los Ángeles, Celia envía su pésame:
“Queridos Antonio, Lolita, Antonio Jr., Rosarito, Carmen y toda la familia Flores: Pedro y yo estamos sinceramente afectados con la desaparición de nuestra adorada Lola, por tal motivo nos unimos a vuestro dolor y al dolor de toda España y la clase artística mundial. Que Dios acoja en su seno a nuestra Faraona”.
“Fueron días muy tristes y tan pronto pudo viajar a España fue hasta el cementerio de la Almudena y allí rendirle homenaje en su mausoleo. Siempre que estaba en Madrid Celia llegaba al cementerio, lo que demuestra que Lola permaneció el fondo de su alma”, rememora Pardillo Cid.
La cubana más universal logró vivir hasta 2003. Durante ese tiempo grabó el tema “Canto a Lola Flores” (Ángel “Cucco” Peña/ Guadalupe García García) para el disco “Mi vida es cantar” (1999) y versionó junto con Lolita Flores el clásico “Ay pena, penita, pena” (Quintero, León y Quiroga) con arreglos de Alain Pérez para el álbum “Regalo del alma” (2003). Semanas antes de su muerte y durante el tributo de la cadena Telemundo Rosario, la más pequeña del clan Flores, interpretaría frente a La Reina el conocido “Burundanga”.
El mundo conoció la cultura de España y Cuba en buena medida gracias al talento de estas mujeres. Las dos, con una manera muy particular de ver la vida, defendieron hasta el final las esencias musicales de cada nación. Celia fue digna representante del son, de la rumba… Lola alzó la bandera del flamenco, del cante. Ninguna nació en cuna de oro. Cincelaron sus carreras, aunque de maneras distintas.
Al centenario de Lola se suma este año el vigésimo aniversario del fallecimiento de Celia. Omer Pardillo nos adelanta que se planea lanzar un disco en vivo y para el 16 de julio se reeditará la autobiografía Celia. Mi vida de Ana Cristina Reymundo, que incluirá nuevas fotos y un relato de su legado en los últimos años.
Un siglo después de su nacimiento hablamos de Lola en presente, como de Celia. No se han ido. Permanecen e influyen en las muchachas que como ellas nacieron con “duende” y defienden su “acento”; las que ahora mismo trabajan para alcanzar sus metas.
Lola es también España, como Celia es Cuba.