Tiene que aportar mucho el emigrante al lugar donde decide establecerse. La cultura de su tierra natal, por ejemplo, la lleva tatuada en los genes y lo sigue adonde quiera que haga estancia. Le ha sucedido al músico Mick Moloney, quien lleva muy dentro a Irlanda. Con su banjo y un grupo de músicos y bailarines, seducirá a esta Habana llena de sones y melodías tropicales.
Mick ha llegado a la Isla con toda esa referencia del renacimiento de la música irlandesa de los años 60 del pasado siglo, que tanto lo influenció y que también le sirvió de plataforma para presentarlo formalmente en los escenarios de Dublín.
Luego, Moloney se trasladó a Filadelfia, ciudad ubicada al este de los Estados Unidos, y desde allí erigió una trinchera defensiva para el arte de su isla natal. Seductora y contagiosa, su música dibuja las capas más pobres de su país. Es un arte que, al decir de Moloney, apareció como el único medio de expresión de esa clase social.
“Muchos de ellos, fundamentalmente campesinos y granjeros, ni siquiera eran dueños de su tierra y algunos vinieron a EE.UU., después de la gran hambruna en Irlanda. Actualmente todos, desde académicos y arquitectos hasta los artistas, tocan esta música. También la interpretan las personas pobres porque se ha difundido por todo el mundo y le pertenece a todo el que quiera emprender este viaje artístico”, explicó Mick este miércoles, ante un grupo de periodistas cubanos.
Con una considerable influencia en el panorama sonoro contemporáneo, la música irlandesa ha sido difundida por la industria musical. Los cultores de este tipo de arte tienen como referentes precisamente a esos paradigmas que el mercado ha legitimado, como sucede con la compañía Riverdance, señaló la violinista Athena Tergis, quien acompaña a Moloney en su visita a Cuba.
El baile resulta un elemento distintivo de esta estética. De ahí que durante las presentaciones habaneras de Moloney y su grupo se disfrute del talento de dos bailarines: Leni Sloan y Niall O’Leary. Este último aseguró a OnCuba que la danza “es un complemento de la música y una de sus intenciones es remarcar elementos que esta lleva consigo”.
Ansioso por compartir con los músicos de la Isla, Moloney conocía de la existencia de personas que en Cuba tocan las gaitas y otros instrumentos muy utilizados en la música irlandesa. El sábado venidero, en el teatro Miramar, será una buena oportunidad para disfrutarlo junto a agrupaciones criollas como los Laúdes de La Habana, la Banda de Gaitas de La Habana y el Grupo de Tap Irlandés.
Mick Moloney en síntesis
Nacido en el irlandés Condado de Limerick, Moloney fue uno de los protagonistas del renacimiento de la música de su tierra natal. Se mudó en 1973 a la ciudad de Filadelfia, Pennsylvania. Allí integró las agrupaciones Los Johnstons y Emmet Spiceland.
Profesor, conferencista y académico, es un conocedor de la cultura irlandesa, algo que imparte en distintas universidades norteamericanas. Una de ellas, la de Pennsylvania, le confirió en 1992 un Doctorado en Folklore. Con su orquesta El Arpa y El Trébol de Washington Square, lleva 14 años mostrando lo mejor de este arte.