En medio del bullicio de La Habana Vieja, la música de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) coincidió ayer, solo por un día, con la rumba y el son que ambientan el Centro Histórico de la capital cubana, donde por primera vez se escucharán en vivo los 24 cuartetos de cuerda del genio austríaco.
Esta serie de conciertos “informales” conforman la “Ruta Mozart” que transitó desde temprano por espacios muy conocidos de la parte antigua de la ciudad, hasta terminar al anochecer en una presentación conjunta de los cinco cuartetos de cuerda –cuatro cubanos y uno de EE.UU.– que participaron en el evento.
El recorrido comenzó en la emblemática Plaza de la Catedral cerca de las 9.00 hora local, y luego se trasladó a la popular Plaza Vieja, en la que los músicos clásicos compartieron espacio con rumberos, bailarines urbanos que grababan un vídeo y el son tradicional que habitualmente se escucha en los bares el lugar.
Los acordes clásicos tomaron por sorpresa a decenas de turistas y locales, que se detuvieron a presenciar la escena casi surrealista que resultaba de escuchar los Cuartetos Vieneses (1772-1773) del maestro del Clasicismo en el portal de una antigua casona colonial, frente a la que pasaban artistas con zancos bailando una conga.
La Plaza San Francisco de Asís, la Calle de Madera de la Plaza de Armas y la sede teatral “Las Carolinas” serán las restantes paradas del recorrido, que concluirá ya de noche en el Oratorio San Felipe Neri, residencia del Lyceum Mozartiano de La Habana, encargado desde 2009 de promover la obra del compositor y pianista.
“Es algo inusual. Creo que por primera vez en el mundo se está haciendo la integral de los cuartetos de Mozart, todos en un día, todo hecho por jóvenes”, comentó a Efe el director del Lyceum, Ulises Hernández.
Para Hernández, esta iniciativa significa “un antes y un después en la interpretación de Mozart en Cuba” por el “esfuerzo profesional” que significa para los músicos tocar los 24 cuartetos, cada uno de aproximadamente 20 minutos de duración.
La idea de una “Ruta Mozart” que uniera la música del genio de Salzburgo y la belleza de La Habana se le ocurrió hace un año al violinista estadounidense Michael Dabroski, organizador del Vermont Mozart Festival, proyecto que ofrece becas a jóvenes para estudiar música y además diseñar un plan de negocios.
Tras una visita a Cuba, Dabroski invitó a cuatro cubanos a participar en el programa y el recorrido mozartiano se convirtió entonces en el proyecto en que trabajaron los músicos durante su estancia en EE.UU.
“Este evento no solo se trata de la música sino también de construir relaciones. Queremos que sea un festival anual y que los cubanos sientan orgullo y se lo apropien, pero también para que a nivel internacional, la gente venga y disfrute de la música, junto a la comida, la cultura y el clima”, explicó el violinista.
La intención principal de Dabroski es promover el conocimiento de la música clásica y para ello se vale de diferentes fórmulas, de ahí que estos no sean conciertos “rígidos”, donde “no hay que estar callado y sentarse, donde se puede tener una conversación y puedes levantarte a fumarte un habano”, insistió.
“La intención es despertar un interés en averiguar por qué Mozart es bueno. Que la gente diga: Vamos a Cuba porque queremos ver a Mozart. Entonces aprenderíamos y nos gustarían Mozart y Cuba”, indicó.
Sobre la posibilidad de que la “Ruta Mozart” sea un “puente” entre la Isla y su vecino del norte, que viven hoy un renovado estado de tensión impulsado por la administración del presidente estadounidense Donald Trump, Dabrowski dijo que independientemente de lo que su gobierno quiere que haga, su deseo es “estar con las personas”.
“No le presto mucha atención a la política, le presto atención a las personas. Mi trabajo como artista es promover la música. (…) Hay muchos lugares a donde llevar la música e impulsar un cambio, y es nuestra responsabilidad de hacerlo”, concluyó.
EFE / OnCuba