La perseverancia, por sí sola, no es un mérito en el proceso de creación sonora. Pero cuando se suma a las habilidades de una artista en la composición y la interpretación musical, puede surgir un material como Preámbulo, el álbum debut de la joven cantautora Aixa Rodríguez.
Son 12 canciones con una mixtura sonora que inscribe a Aixa en el mundo de la música cubana contemporánea. En el material, nominado a los Premios Cubadisco en 2018 en el rubro de pop, la cantante imbrica con soltura y desenfado un abanico rítmico que va desde la canción, el jazz, la electrónica y la música popular hasta la world music y vertientes del pop de mayores aportaciones en el panorama internacional.
La diversidad en los arreglos y la fusión con naturalidad de los elementos de más variado signo son las marcas fundamentales de un fonograma que debe ser escuchado con atención y que define un atendible debut de esta joven cantante en el mundo de la discografía.
Graduada de Diseño Gráfico, Aixa dio sus primeros pasos en el Coro Cantoría Solfa del Memorial José Martí y posteriormente cursó estudios en la Academia de canto Mariana de Gonitch. Fue alumna de la notable profesora Martha Cardona. De ahí nació su facilidad para moverse por diversos registros y acompañar cada tema con los recursos necesarios para alcanzar un producto amalgamado con categoría y originalidad.
No en vano varios de los músicos cubanos más establecidos en la escena sonora del país se involucraron en la grabación de Preámbulo, que llegó tras un largo proceso de creación en el que Aixa no descuidó el más mínimo detalle, algo que se percibe con una dedicada escucha del material producido por el notable guitarrista Emilio Martiní.
Músicos como Israel Rojas, Isís Flores, Yasek Manzano, Mauricio Figueiral y William Roblejo son algunos de los que se sumaron al debut de esta intérprete, que ha armado su repertorio con una creciente indagación en el pop, la música latinoamericano y los ritmos cubanos, sobre todo aquellos que definen la contemporaneidad musical del país.
Entre las canciones que resaltan por su envoltura sonora aparecen “La historia de un caracol”, en la que colabora con el líder de Buena Fe, “Poca dinamita” (Isis Flores) y “La bitácora”. Tres temas en los que Aixa le pone ganas al empeño de alcanzar un producto de calidad, y lo logra.
La cantante y compositora tiene todavía un vasto camino que atravesar en la música cubana. Necesita ajustar en mayor grado los diversos matices de su voz a las exigencias de cada canción y saber calibrar en su justa medida su formación coral, que en ocasiones interfiere cuando se mueve en los terrenos del pop o el jazz.
En los últimos años, su crecimiento artístico le ha permitido alcanzar una mayor relevancia entre las nuevas camadas de músicos. Si bien aún se encuentra en plena formación creativa, Aixa podría ganarse en un futuro cercano un puesto entre todas esas músicas que vienen ampliando el abanico de la cultura cubana.