Literalmente, la pista tiembla. De esquina a esquina, las paredes del Bertolt Brecht, a unas cuadras del Malecón habanero, se estremecen por el estruendo de los B-Boys, que irrumpen en la escena y levantan al centenar de fanáticos de sus asientos…la competencia Red Bull BC One Cypher está a punto de comenzar.
Contrario a lo que podamos pensar, el evento no es una novedad en Cuba, pues hace varios años un gran número de muchachos y muchachas practican uno de los pilares de la cultura Hip Hop, surgido en la década del 70 en Nueva York.
De hecho, la totalidad de los 16 retadores que se dieron cita en la lid habanera hace un par de días llevan años entrenando a modo de divertimento, aunque la arista competitiva de esta modalidad la lleva implícita, precisamente porque consiste en duelos entre dos acróbatas que dejan el pellejo en la pista con piruetas imposibles.
Eso y mucho más se pudo apreciar en la lid organizada por Red Bull en La Habana, bajo la atenta mirada de Pelezinho y B-Boy Arex, dos de los mejores embajadores del break dance a nivel mundial, quienes fungieron como jueces en la búsqueda del aspirante cubano para el BC One de Latinoamérica, que se celebrará el próximo 30 de agosto en Bélem, Brasil.
En la desembocadura del río Amazonas se reunirán los mejores exponentes del continente, salvo los B-Boys de Estados Unidos y Canadá, quienes tendrán su torneo particular para dirimir los clasificados a la final mundial de París en noviembre.
Pero concentrémonos en las acciones de la capital cubana, donde 16 especialistas de todo el país sudaron y pusieron en vilo al montón de apasionados que corearon sus nombres al ritmo de un incesante Hip Hop.
En las batallas o enfrentamientos directos primó la espectacularidad, movimientos impensados y tan enredados que podías torcerte el cuello tratando de seguirles la pista. Ellos son humanos, ni más ni menos, pero con una soberana capacidad desarrollada para llegar casi al límite de la ruptura en una escena vibrante de principio a fin.
Eso lo dejaron saber desde los mismos retos iniciales, protagonizados por algunos de los más sólidos bailarines, entre ellos B-Boy Superpeke, subcampeón de la anterior versión luego de perder en la final con B-Boy Balto, quien después representó a Cuba en la lid regional de Colombia.
Superpeke, joven avileño fornido y de pequeña estatura, causó impacto con un sinfín de volteretas, movimientos de poder y frenos increíbles, arsenal de campeón, sin lugar dudas, que le valió para avanzar sobre cada uno de sus rivales hasta semifinales, donde se encontró con un fenómeno: B-Boy 90.
El también avileño, espigado y delgado, enseñó un rosario de habilidades artísticas, coreografías, innovación y carácter, cualidades fundamentales de un B-Boy. Con semejantes expresiones individuales se metió el público en el bolsillo, pero los jueces se inclinaron por otorgarle la victoria a Superpeke.
“Pasó exactamente lo mismo del año pasado, no hay justicia para 90, el verdadero ganador del torneo”, coincidieron varios fanáticos en las afueras del recinto.
B-Boy Ganicus… The Champion
Sin embargo, tampoco Superpeke logró llevarse el cinturón dorado, porque en la otra llave fue ascendiendo el capitalino B-Boy Ganicus, con un rendimiento discreto pero constante, justo el necesario para desbancar a otros retadores de menor nivel, sin la suficiente espectacularidad y soltura en el escenario, además de andar limitados en cuestiones técnicas.
Solo por eso, Ganicus logró plantarse en la discusión del cetro, donde se encontró con un Superpeke diezmado, agotado y sin frescura para proponer nuevos movimientos en la batalla decisiva de la noche. Esto lo aprovechó el muchacho de San Miguel del Padrón, cargado en hombros luego de que los jueces lo declararán vencedor de manera unánime.
En medio de la conmoción, expresó lo importante que resulta la entrega en el break dance, que requiere de múltiples horas diarias de trabajo si deseas obtener un alto nivel.
“Practico siempre de tres a cuatro horas todas las jornadas, un entrenamiento integral en el que nos enfocamos en los movimientos en el suelo y el correcto seguimiento del compás de la música, por solo mencionarte dos cosas. También hay que poner atención en la parte física, porque con todas estas vueltas los golpes y las lesiones son frecuentes, lo que uno se adapta”, aseguró el capitalino de 23 años.
“Ser B-boy es como una filosofía, cuando bailas ahí llegas al éxtasis, un punto clímax difícil de explicar. Esta forma de vida no es tan sencilla de llevar como parece, porque no todo es fiesta y baile. Hay que tener dedicación y constancia, repetir uno mismo los ejercicios hasta dominarlos, algo que es complicado pues no contamos con ningún guía en la materia”, explicó.
“En Cuba no existe una escuela donde practicar, donde aprender, algo que es común en todos los países. Por el auge del baile se han abierto algunos espacios en las Casas de Cultura, pero todavía no estamos ni remotamente cerca del nivel de superación en esos lugares, y lo necesitamos para acercarnos a la altura de los grandes B-Boys del mundo”, finalizó.
Así cerró sus puertas el Red Bull BC One Cypher de Cuba, que tiene campeón y representante asegurado para la lid de Bélem en agosto próximo. Comienza aquí el camino de B-Boy Ganicus, que puede terminar, o bien en Brasil o bien en París, aunque a juzgar por lo visto en La Habana, la parada sudamericana debe resultar su máximo escalón, al menos por el momento.
Excelente! gracias por acercarnos a este evento…realmente poco difundido.
el peor show que acaba de dar Red Bull es alinearse al bloqueo contra Cuba, asi que si las esperanzas de estos jóvenes era ir al evento BC One de Latinoamérica, que se celebrará el próximo 30 de agosto en Bélem, Brasil, patrocinados por Red Bull, sus esperanzas quedarán truncas gracias al criminal bloqueo que Estados Unidos impone a Cuba hace 52 años http://cubalaislainfinita.blogspot.com/2014/06/red-bull-cayo-en-las-garras-del-bloqueo.html