Hace algunas semanas recibí una llamada de Dave Lombardo para presentarme a un viejo amigo de la niñez. “Quiero que conozcas a un gran tipo, crecimos juntos en Estados Unidos y es cubano igual que yo”, me comentó el ex baterista de Slayer. “Le voy a dar tu correo y tu número de WhatsApp”, adelantó el músico a quien había conocido personalmente en 2018 años en La Habana tras varias entrevistas vía correo electrónico.
Apenas unos minutos después había recibido un mensaje que realmente me tomó por sorpresa. Era, nada menos, que Sen Dog o Senén Reyes (su nombre real), una de las figuras centrales de la banda de rap californiana Cypress Hill. “Me encantaría que conversáramos un poco y podríamos hacer una entrevista”, me dijo Senén mientras le recordaba la legión de seguidores que tiene en Cuba. “Es increíble y es un honor para mí y para la banda saber que allá nos escuchan”, reaccionó el MC.
Senén Reyes nació en La Habana y salió de Cuba junto a su familia cuando tenía 7 años. “Vivimos en varios cuartitos en Los Ángeles hasta que mis padres compraron una casa en la ciudad de South Gate en la calle Cypress Avenue en el año 1979”, recordó Sen Dog.
En 1983 un joven Senén escuchó a un grupo de rap que le puso el mundo de cabeza: “Todo cambió cuando escuché al gran grupo Run-D.M.C. Ellos fueron mi inspiración en el hip hop. Entonces empecé a escribir mis propio raps a los 17 años cuando formé mi primer grupo con mi hermano Mellow Man Ace; él estaba próximo a los 18 años”.
La entrada de 1988 marcó el inicio de una carrera que convirtió a Cypress Hill en una de las bandas más grandes e influyentes en la historia del rap estadounidense: “Yo y B- Real (Louis Freese) empezamos el grupo en 1988. Tenía 22 años y B-Real, 18; después que Mellow nos dejó para perseguir una carrera como solista, las primeras canciones las grabamos ese mismo año. Yo noté que teníamos un sonido muy diferente de todos los otros grupos de esa época. Fue difícil insertarnos porque las disqueras querían grupos más diversos y nosotros en ese tiempo no cantábamos en español, solamente en inglés, en esos días había muchos raperos que estaban sonando con el estilo latino y nosotros pensábamos que esa zona ya estaba cubierta con artistas como Kid Frost, mi hermano Mellow Man Ace y A Lighter Shade of Brown.”
La banda finalmente logró encauzar sus propios intereses musicales y explosionó en las propias narices de la escena del rap norteamericano con los discos Cypress Hill (1991) y Black Sunday (1993).
Estos dos fonogramas, con hits como “Insane in the brain”, causaron un absoluto furor en la arena del rap norteamericano y conquistaron a millones de seguidores para la causa de Cypress Hill. El resto es historia. La alineación, formada por B Real, DJ Muggs, Sen Dog y Eric Bobo, comenzó a reventar estadios, vendió millones de discos y pasó a ser una influencia primordial en el hip hop estadounidense.
“Logramos una base de fanáticos muy fiel a Cypress Hill. Nuestro mensaje ha cambiado muchas vidas y nuestros seguidores nos han apoyado durante los buenos tiempos y también durante los duros. Nuestro sonido y mensaje combinado con los conciertos en vivo hacen que el público se divierta bastante. Nosotros seguimos representando la cultura de Los Ángeles y la verdadera mejor época del hip hop”, me comentó Sen Dog.
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En 2009, tuve la oportunidad de entrevistar a otro de los miembros originales de Cypress Hill, el baterista de origen boricua Eric Bobo. Hijo del legendario percusionista de jazz Willie Bobo, el músico me aseguró que la banda es parte inseparable de su vida y que con su música siempre han tratado de influir en la mirada de sus seguidores sobre la realidad social.
“Creo que el próximo reto es continuar haciendo buena música, ya que ahora nos conocen como ´de la vieja escuela´. Estamos en nuestra tercera generación por lo que no podemos pretender que somos la nueva sensación. Seguimos con el sonido crudo y clásico y no seguimos las tendencias actuales del hip hop que, desde mi punto de vista, no son tan interesantes. Mientras sigamos moviendo e influenciando a la gente, estamos hacienda nuestro trabajo”, me dijo en esa ocasión el baterista, que promocionaba su nuevo trabajo como solista, el disco Meeting of the minds.
https://youtu.be/-qcWuXxedGU
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Tanto las palabras de Senén como de Eric cobraron una nueva dimensión cuando Cypress Hill inauguró una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, una distinción reservada solamente a iconos del espectáculo. “Yo y todos los miembros del grupo nos sentimos honorados por tener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood en Los Ángeles. En ese momento recordamos que nuestro éxito se debe a que mantuvimos el sonido original que cambió el rap durante los años 90. También a nuestra dedicación a la hora de trabajar todo lo que hemos podido para que Cypress Hill se mantenga y sea conocido”, explicó Senén.
B-Real fue el responsable de pronunciar las palabras de agradecimiento en la inauguración de la estrella de Cypress Hill en el corazón de Los Ángeles. “Quiero darle las gracias a mis hermanos aquí. Salvaron mi vida (…) porque antes de la música yo estaba en la cultura de las pandillas y no había muchas salidas de eso, como saben: la cárcel o una tumba. Pero mis hermanos vieron algo en mí y me trajeron de vuelta al redil para hacer música con ellos y formamos Cypress Hill. Y les agradezco: fue la mayor bendición”, manifestó el legendario vocalista.
No era para menos. La banda salió de los bajos fondos del underground hacia la superficie del rap estadounidense gracias al empuje de músicos que han establecido fuertes alianzas y encarado su herencia latina para grabar discos y canciones que no han caído bajo el radar del rap comercial. Basta echar un vistazo a sus temas para comprender que no están movidos por el interés de alimentar la maquinaria millonaria de la industria del entretenimiento, dentro de la cual el rap es hoy uno de los negocios más prósperos.
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Cypress Hill se mantuvo casi 10 años sin grabar un disco hasta que en 2018 estrenaron Elephants on Acid, un álbum con base en la experimentacion sonora en el que vuelve a cobrar protagonismo el rap grave de la banda y la poderosa unión entre Sen Dog y B-Real. “Con el último disco no tenía expectativas. Estuvimos casi 10 años sin grabar y, la verdad, solo quería que el disco saliera. Me ha confortado el apoyo que ha tenido de nuestros seguidores”.
Senén no ha vuelto a Cuba desde que se marchó con su familia hacia Estados Unidos. La manera en la que habló sobre la isla me recordó a su amigo Dave Lombardo, con quien no solo comparte raíces sino también su afición por el metal (Senén aparte de su trabajo con Cypress Hill ha integrado las bandas de metal Powerflo y SX-10).
Lombardo regresó en 2018 a La Habana por primera vez tras su salida definitiva hacia EE-UU y pocos meses después volvió con la banda Suicidal Tendencies. Senén quiere seguir los pasos de Dave y visitar en algún momento su país de origen, pero sobre todo me confesó que le gustaría reunirse con la comunidad del hip hop en la isla.
“Me encantaría ir a Cuba con Cypress Hill, me han dicho que muchos en la isla conocen el grupo y son fanáticos de la banda. Quiero mandar un abrazo fuerte a la comunidad de hip hop en Cuba y a todos los que nos han seguido a través de los años”, afirmó esta leyenda del rap para dejar la puerta abierta a la posibilidad de un concierto de Cypress Hill en la isla que, como se sabe, no depende solamente de las intenciones de la legendaria banda.
Senén no quiere despedirse sin recordar los lazos familiares que todavía lo unen a Cuba. “No dejes de poner que le envío otro abrazo fuerte a mi familia Reyes de Pinar Del Río y La Habana y a mi familia Aguerrebere de Consolación Del Sur”, me comentó Senén en el tramo final una larga conversación que seguiríamos luego.
Y la posibilidad de continuarla, quiero pensar, puede ser frente a frente. No he dejado de imaginarme ese concierto de Cypress Hill en Cuba. Estoy seguro que ni el propio Sen Dog sabe lo que podría significar esa presentación para la familia del hip hop en Cuba y para todos aquellos que durante años han seguido las coordenadas del underground cubano dentro y fuera de esa isla que Sen Dog, con todo y su expansiva fama, no ha olvidado.
Adoro!