Teté Caturla: “orgullosamente cubana”

Teté Caturla

A Regla Teresa García Caturla, más conocida como Teté Caturla, se le contempla joven a su edad: la voz no cede su timbre a los lustros, y la sonrisa se mantiene afable y reveladora de secretos. No sólo es recordada como parte del legendario cuarteto Las D´Aida, sino que a sus casi 80 años sigue dando lo mejor de sí para engrandecer aún más el arte de la Isla.

Desde la comodidad de su casa, en una zona muy céntrica del Vedado habanero, Teté hizo cómplice a OnCuba de sus primeros pasos en la música cubana. Mientras hablaba de sus inicios, posaba a veces una mirada nostálgica en glorias pasadas, pero de inmediato recuperaba la alegría de un presente renovado.

“Se puede decir que ha sido una vida entera en el escenario: cinco décadas es demasiado tiempo; pero yo sigo bregando, no estoy cansada, y hay que continuar hasta donde el cuerpo dé”, aseguró Teté Caturla.

“Yo nunca pensé en entrar en el grupo Las D´Aida. A mí eso me parecía algo inalcanzable. Sin embargo, mi sobrino Fabián, instrumentista en el Instituto Cubano de Radio, me comentó un día de 1963 que esa agrupación había regresado de Europa y les faltaba una voz. Me preguntó si quería presentarme, pero yo tenía dudas: pensaba que no llegaba a tanto nivel. Finalmente una de mis hermanas, Sofía, me embulló y me presenté. Me probaron y… ¡me aprobaron!”, comentó.

Y comenzó el reto de cantar con Las D´Aida…

¡Un desafío! Porque ese era un cuarteto para respetar, con voces maravillosas que han dado mucho a la cultura de nuestro país. En esa época había otros conjuntos con muy buena calidad, pero Las D´Aida se distinguieron por su altura. El primer grupo con tambores batá fue el de Aida. Su directora falleció en 1973 y yo pasé a dirigir el cuarteto, al cual le sumé un grupo acompañante. Así me mantuve hasta 1998.

Teté Caturla
Teté Caturla

¿Qué significan para usted los nombres de Haydée y Omara Portuondo, Moraima Secada, Elena Burke…?

Para mí fueron las guías; pero mi gran maestra fue Aida Diestro. Ella determinó mi carrera artística, la que me convirtió en una verdadera profesional.

Cuando termina en 1998 con el cuarteto y el grupo, no se desvincula completamente del arte. ¿Cómo se mantuvo conectada al mundo de las voces y los instrumentos?

Me vinculé por un tiempo al proyecto Afrocuban All Star: el músico cubano Juan de Marcos González me llamó e hicimos algunos trabajos en conjunto. Luego me separé y comencé a hacer diferentes actividades por mi cuenta, de manera aislada, hasta que conformé el grupo Son Caturla, con el que trabajo actualmente, todas las noches, en el Pico Blanco del hotel Saint John´s. Mi hijo es el administrador, además de percusionista.

¿Todas las noches? ¿A su edad?

(Ríe) Esa energía viene de Las D´Aida, era el estilo del cuarteto. El profesionalismo le quita a uno el sueño y el cansancio. Ya tengo 77 años y el secreto para mantenerse activo es practicar deportes, si es posible. Cuando yo vivía en Remedios y era jovencita jugaba basquetbol y voleibol. Aunque no lo creas yo todavía tiro el pasillo del chekeré. Todos los extranjeros me preguntan la edad, ¡y se quedan asombrados cuando les digo!

¿Qué tipo de espectáculo hacen en el Saint John´s?

Tenemos el show Tradicionales de los cincuenta, dirigido por mi hermano Francisco. Cuenta con figuras como Ela Calvo, el Muso, Orestes Macías, Raquel Hernández, Pablo Santamaría, Mulé, Mundito González, entre otros.

Además de sus logros personales, usted es también hija de uno de los grandes de la música cubana. ¿Qué se siente al llevar la sangre de Alejandro García Caturla?

Es un gran reto. Su obra ha sido una inspiración y me provoca un respeto inmenso. Todavía me estoy leyendo los libros que se han escrito sobre él. Mi padre tenía el presentimiento de que no llegaría a los cuarenta años, y así fue, lamentablemente. Era muy dinámico y activo.

Analizando un poco el devenir de los conjuntos populares cubanos, podemos percibir que ya no abundan los cuartetos…

Es una lástima que actualmente no haya cuartetos. Se ha perdido la tradición; aunque a veces sale algún que otro conjunto muy bueno, que apuesta por la música cubana. Pero debo confesarte algo: cantar en cuarteto no es fácil. Hay que lograr compaginación y empatía entre todos los integrantes, y conseguir hacerlo es complicado a veces.

¿Cómo quiere que el pueblo cubano recuerde al cuarteto Las D´Aida?

Me gustaría que nos recordasen siempre con mucho cariño. Aida hizo un trabajo maravilloso con nosotras. Aún poseo ese estilo y a cada rato nos encontramos Omara y yo para cantar en la televisión y revivir aquella etapa de gloria.

¿Se siente satisfecha con lo que ha logrado aportarle a la cultura cubana en materia musical?

Pienso que me falta mucho más por dar, porque lo más grande que tiene un cubano es su identidad. Una vez un extranjero me preguntó por qué la música nuestra gustaba tanto, y yo le dije que podía ser por el sabor. Él me contestó que no, que era fundamentalmente por la cubanía. Me convenció de que era cierto.

Y estoy segura de que la música cubana tiene el mismo sello aunque no se haga en la Isla. Tú sabes cuándo está sonando un ritmo cubano aunque se haya hecho en Estados Unidos o donde sea. El tiempo también hace que la música evolucione, y con el paso de los años no puede ser la misma armónicamente, y la nuestra se presta mucho para hacerle cambios, es muy rica. Cuando empiezas a desmontarla es terrible para bailarla y sentirla. Los extranjeros la aman. ¡Es un fenómeno! La música de mi país es una de las cosas que más me enorgullece. Por eso yo soy cubana y me muero siendo cubana.

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