No hay en Vanito Brown una huella de desarraigo. Todo lo contrario. Cuba es su hábitat. Su musa es esa ingeniosidad con que la Isla se reinventa cada día. Ahora, un poco menos joven y con toda esa referencia musical que ha ido aprehendiendo con el paso de los años, el cantautor se mira hondo, reflexiona sobre Habana Abierta y dialoga sobre otros temas neurálgicos que ocupan a quienes hacen música en la actualidad.
Una puede cometer pecado, si se atreve a preguntarle por su “regreso” a su país natal. El artista siempre contesta: “No he regresado, es que nunca me fui. Tengo vínculo con el Ministerio de Cultura y sus instituciones de siempre. De hecho, he estado yendo y viniendo en estos 18 años. En 2003 viene con Habana Abierta para ofrecer una serie de conciertos. En 2005 lo hice un par de veces. Toqué en el Chaplín para un aniversario del ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfico). Nunca me he ido. En todo caso, Cuba se lleva en el corazón y es una manera de no irse nunca”, suele decir.
Prefiero entonces comentar que el cantante está “reconectándose” a los circuitos nacionales de la música. El sábado último se presentó en el Pabellón Cuba de La Habana, como parte de la feria Arte en La Rampa y el contacto con el público fue especial. También acaba de grabar con la disquera Bis Music lo que será su primer disco en solitario.
Ese es un proyecto que lo tiene muy entusiasmado. Relata que desde hace tiempo le viene galopando la idea de trabajar con el que fuera su primer sello discográfico. “Ello ocurrió cuando formaba parte de Lucha Armada en 1994. Luego me fui con Habana Abierta a España y estuvimos 18 años con diversos contratos que me impedían suscribir alguno con otra disquera, fuera de Cuba, México o de cualquier parte.
“Ahora apareció una oportunidad con Bis Music para un trabajo discográfico en específico y estaba libre contractualmente. Es un viejo deseo y luego de cuatro años de negociaciones, se materializó”.
¿Hablamos de un solo disco o de varios?
“De momento es un solo proyecto discográfico. Se llama Norte, Sur, Este y Aquel. No nos hemos querido comprometer con más para no encorsetarnos con compromisos que se puedan convertir en algo agobiante. Porque a veces eso sucede si te comprometes a más de lo que hay sobre la mesa. Bis Music es un sello de mucha sensibilidad con el talento cubano y entiende de una manera muy especial el proceso fonográfico. Si este disco sale bien por supuesto que habrá más.
“El CD tiene 10 temas. Todos son inéditos, en el sentido de que no se han editado, aunque los he cantado en mis conciertos. Rescato algún sencillo de cuando Lucha Armada. Incluyo dos canciones que culminé en La Habana. Quise terminarlas con la temperatura de aquí.
“Transito por todos los géneros, pues me meto desde la fusión de la matriz cubana y de mi estilo personal de hacer música, hasta en la balada-pop, la guajira, el pop, el rock and roll y la bossa nova.”
Al mirar la nómina de músicos que acompañan a Vanito en su álbum, le hago la observación de que ha reunido un team de lujo. “Es algo así como la base musical que utiliza Chucho Valdés, un poco de Interactivo con cierta dosis del Conjunto de Música Antigua Ars Longa”, le comento.
Brown siente admiración por estos artistas. “Ya sabes cómo es esto. Hay mucha interacción entre los músicos cubanos. Está pasando una cosa muy linda. Se está coparticipando en los proyectos y hay muchas ganas de compartir escenarios. Para mí es un honor trabajar con ellos porque son grandes músicos y yo mismo no me lo podía creer cuando me dieron el sí”, señala.
Precisa que lo siguieron en esta entrega fonográfica Gastón Joya (bajo), Yaroldy Abreu (congas), Rodney Barreto (batería), Tony Rodríguez (teclados), Roberto Gómez (guitarra eléctrica), Julito Padrón (trompeta), Juan Carlos Marín (trombón) y Carlos Miyares (saxofón); así como William Roblejo y Anolan González en las cuerdas, y Rita Dante y René Baños en los coros. Además, aparece David Torrens en una de las canciones.
El proyecto que marcó su vida
Habana Abierta fue un proyecto que prendió en Cuba, a pesar de la forma alternativa en que se promocionó. ¿Cuánto de ese proyecto marcó a Vanito?
“De Habana Abierta hay mucho en mí. Lo integré desde 1996 en que se fundó. Si embargo, unos años antes, cercano a 1988, esta actitud ante la canción y a su manera de concebirla se sembró en 13 y 8, una peña que yo tenía en el Vedado y que reunía a la mayoría de los muchachos de Habana Abierta.
“Ese concepto estuvo madurándose hasta que afortunadamente nos llevan a España y realizamos el proyecto como tal y entramos en el circuito del mercado internacional. Antes había sido Habana Oculta, porque estaba dando tumbos por esta ciudad y sin mejores espacios que los de la Asociación Hermanos Saíz, que por entonces no era un circuito de promoción, sino más bien de registro de lo que era el quehacer artístico de la juventud.
“Entramos profesionalmente al mercado en España. Acá no se pudo hacer. No convenía, no se pudo hacer o no importaba. Afortunadamente, trabajamos con toda la libertad que quisimos y que requería Habana Abierta. Creo que ha valido la pena.
“Este proyecto ha sido mi casa, mi familia, mi escuela. Habana Abierta me contiene a mí y yo contengo mucho de Habana Abierta. Es un grupo, para mí, irrenunciable. De verdad que estoy orgulloso de pertenecer a él y me siento dichoso de haber compartido esa aventura con mis amigos”.
Vanito considera que este proyecto fue el principio de todo lo que vendría después con su carrera artística. “Tempranamente encontramos un sonido y nos dimos cuenta de que no estábamos equivocados”, asegura.
Cuando se le precisa sobre si era viable el proyecto en su escenario natural, en vez de como se hizo, fuera de la Isla, Brown sentencia que “tuvo que hacerse en el extranjero y donde cogió fuerza fue aquí. Los agentes de promoción decían que nuestro lenguaje y forma de hacer la música difería de lo que había hasta entonces: la timba, la trova entendida como todo lo que era Silvio y Pablo -porque era lo que más se conocía-; y el jazz de Chucho Valdés.
“Nosotros mezclábamos todas esas cosas: rock and roll, jazz, canción, timba y el rockason. Quien mejor lo entendió fue el nuevo oído generacional cubano que estaba aquí en La Habana, en Miami (Estados Unidos), y regado por el mundo entero.
“Habana Abierta se confirma en el oído de la gente y en su corazón. Como todas las artes, el púbico es quien tiene la última palabra y afortunadamente nuestros seguidores nos han dicho sí, nos esperan y van adonde quiera que vamos”.
Sin llegar al escepticismo, Vanito no ha visto otros proyectos similares a Habana Abierta que muevan en la actualidad a la música cubana. “Prácticamente no he visto nada parecido ahora, pero sí sé que hay muchas agrupaciones que han tomado nuestra fórmula, que no es nada más que desprejuiciarse de esa visión de lo culto y lo popular, e incorporar todo lo que entra por el oído, sin catalogar si es de un género u otro.
“Se toman todos los recursos expresivos en función de trasmitir un mensaje. Y pudiera mencionar algunos grupos que lo hacen ahora. Me gusta, sin ser un evaluador de nada, Qva Libre. Ellos trabajan con sentido del humor, que es especial, y tienen una puesta en escena fabulosa.
“Fuera de Cuba también sucede lo mismo y son muchas las formas de encarar la fusión. No desde la bandera de un solo género. Lo echan todo a jugar y buscan una resonancia entre todos los elementos que se conjugan y con un lenguaje propio. Lo he visto en Colombia, Venezuela, y en Brasil y en Argentina siempre lo han estado haciendo. Habana Abierta tuvo mucho que ver en eso porque compartimos con esa gente muchos principios de trabajo”.
Recorriendo su camino
¿Por qué no nos hablas de tu carrera en solitario y de tu discografía? ¿Cómo piensas conquistar ese nuevo oído generacional cubano del que hablas?
“La fuerza de un grupo como el de Habana Abierta está en cada uno de sus integrantes. Siempre he sido un miembro más del proyecto y ahora es que va a salir mi primer disco en solitario, para complacer peticiones. Durante todo este tiempo priorice más la agrupación porque creo que tiene más importancia en sí que lo individual. Sin embargo, la labor en solitario de cada uno de nosotros también fortalece a Habana Abierta.
“Siempre hicimos una carrera por separado aunque no grabáramos discos. Si se revisan las carteleras de Madrid se puede ver que hay programados conciertos de cada uno de los integrantes del proyecto. Ha sido así desde 13 y 8. Y cuando nos juntamos logramos una resonancia.
“Norte, Sur, Este y Aquel, como comenté, es mi primer trabajo en solitario, aunque hice un intento en 2001. Las maquetas aquella vez se filtraron y el trabajo se frustró. Luego hicimos lo de Boomerang y todo quedó ahí. Postergué mi disco gustosísimamente. Porque me divierte muchísimo hacer el trabajo de Habana Abierta. Es una pena que ya no hagamos más que cuatro o cinco conciertos al año y más bien cuando nos llaman. Ya no nos levantamos a buscar trabajo, estamos esperando a que nos llamen. La verdad es que nos avisan para cuatro eventos importantes al año, pero no está nada mal”.
Criterios musicales
“Me parece que se está haciendo una discriminación excesiva contra el reguetón, un género que es manifestación de una cultura popular”, expresa Vanito Brown, al tiempo que considera que no tocaría el género mejor que quienes lo cultivan hoy.
El cantautor reconoce que ese estilo tiene oyentes, bailadores, y es un ritmo sabroso. “Otra cosa, opina, es que tenga un mensaje que enseña una cara de la realidad que no queremos ver. No hay que barrer para abajo de la alfombra. Debemos estar atentos porque puede estar saliendo una nueva cara de la música cubana, como sucedió con la rumba, o con Irakere cuando lo llamaban chabacano. Pienso que uno de los grandes errores nuestros ha sido separar lo culto de lo popular, algo que no hizo Brasil y por eso es la potencia musical que es. De hecho, la verdadera esencia de la música nace en lo popular.
“A veces escucho criterios sobre el reguetón y la verdad es que algunos mandan un mensaje que es indecente, desagradable. Pero más que acorralarlo, debiéramos encauzar este movimiento. Estoy esperando una dignificación del género, como hizo Juan Luis Guerra con la bachata y el merengue en Dominicana, a los cuales convirtió en algo exquisito”.
Siempre observador del proceso de promoción del arte, Vanito Brown estima que debe haber un espacio para todo. “Cuando pones los medios en una sola proyección en detrimento de otras, ahí sí hay un problema. No debe ser así, porque es diversa la población cubana. El que quiera rock and roll, timba o reguetón, que lo tenga. No se debe promover nada en detrimento de otro, porque detrás de eso hay música, familias que comen de la timba, del reguetón o de la trova y, sobre todo, hay gente a la que le gusta estos géneros, si no sería muy aburrido”.
Un artista con muchas expectativas
¿Cómo esperas que este público cubano del 2014 reciba a un cantautor que, como has dicho, no se ha ido, solo se ha alejado un poquito?
“No espero gustarle a todo el mundo. Hago música porque me encanta subirme a los escenarios. Decía en una entrevista que hago música para que un grupo de gente en el mundo me busque, y cuantas más veces en el mes, mejor.
“Porque vivo para esto y de esto. Lo que me estoy encontrando en el escenario cubano de ahora es precisamente mucha diversidad y no espero gustarle a todo el mundo. Espero dar el mejor servicio y con el mejor respeto a todo el que se me pare delante. Hay gente que escuchó timba empedernidamente hasta que se encontró con Habana Abierta; o disfrutó de la trova hasta que le llegó NG La Banda. Esas cosas pasan.
“Yo escucho de todo. Soy fan a todo. El público cubano es un buen público. En esa medida y mientras pueda escuchar de todo, seguirá siéndolo. Y hace falta que se escuche todo y que haya de todo para fomentar un gusto verdaderamente auténtico y que cuente con todas las referencias posibles”.