Aseguraron que “todo lo malo se va bailando” y quizás gracias a esa fórmula Yuly & Havana C se han mantenido durante diez años consecutivos en escenarios cubanos y extranjeros, con una propuesta que evolucionó desde lo más autóctono hasta ritmos fusionados.
Cuando se creó en 2007, la idea era hacer música popular bailable y reverenciar las raíces musicales cubanas. Con el tiempo comprendieron que la competencia era implacable, con diversas agrupaciones en la Isla que defendían lo mismo, desde Dan Den hasta Van Van.
Por eso decidieron no repetir los mismos esquemas musicales y se concentraron en otras ideas, pero sin perder el nexo con la música cubana. La propuesta fue evolucionando, entonces, hacia un estilo más cercano al pop, menos sonero y estridente.
Yuly Greenidge, directora del grupo, dijo a OnCuba que el motivo del cambio fue el mercado musical. Estudió lo que se estaba moviendo en esa época y consideró que faltaban “orquestas que ofrecieran nuevos mensajes a los jóvenes”.
“Algunas personas decían que nos parecíamos a otros grupos y eso nos chocaba un poco porque queríamos hacer algo diferente. Entonces empezamos a probar con géneros foráneos, como la plena puertorriqueña. Investigamos mucho, probamos algunas canciones, como Se terminó, hasta que en el 2012 llegó el famoso tema Bailando, que nos posicionó fuertemente en la popularidad nacional e internacional. Ya en esa época estábamos cambiamos los metales, la armonía; y rítmicamente estábamos creando un sello”.
¿Pensaron que no podían tener éxito si no fusionaban la música cubana?
No es exactamente eso. No se trata de que la música cubana deje de ser atractiva si no se fusiona. ¡Pero es que somos más jóvenes! Los miembros de mi orquesta no sobrepasan los 35 años y tenemos otra manera de concebir la música. Yo quiero aclarar que a pesar de nuestra iniciativa musical, nosotros hemos salido de Cuba y hemos hecho, por ejemplo, un buen son. Ahí está el tema “Sabroso”, el cual sabemos defender muy bien.
Con canciones como esa tenemos una pegada muy fuerte fuera del país; pero en Cuba la cosa es un poco diferente: hay que mostrar una imagen más fresca, de boy band, con una orquesta fuerte.
La música popular tradicional cubana, en su estado más puro, ¿goza de mejor salud fuera de la Isla?
¡Estoy segura de eso! La gente en nuestro país no la consume tanto ya. Solamente un sector de la población, comprendido entre 40 y 60 años, se siente identificado plenamente con esos ritmos. Los jóvenes escuchan ahora mucha música urbana. Es triste que no se sientan muy identificados con lo más puro de nuestra música, pero esa es la realidad. Al menos así lo veo yo.
Te pongo un ejemplo: yo soy madre y mis hijos son pequeños. Uno de ellos tiene diez años, le gusta escuchar reguetón y me dice que los ritmos más marcadamente cubanos le parecen muy anticuados. Entonces me doy cuenta de que las cosas están cambiando.
Mi hijo Ernie forma parte del grupo y siempre ha aportado ideas muy novedosas. Es uno más y me siento orgullosa de él.
A pesar de todo eso, ahora está sucediendo algo muy interesante que es digno de destacar. Se trata del espacio de participación Sonando en Cuba. Pienso que es una oportunidad que le está dando voz a nuevos talentos y está levantando los ritmos cubanos. ¡Eso es muy bueno!
¿Por qué crees que los más jóvenes están muy inclinados hacia la música urbana?
Creo que eso se debe, en buena medida, a los medios de comunicación del país. La gente tiende a seguir aquello que prohíbes o limitas. Y si la televisión no lo proyecta van a buscarlo por otras vías. Para nadie es un secreto que el paquete de la semana es muy seguido en Cuba.
También sucede que el reguetón es muy fuerte internacionalmente, y es muy difícil que nuestros niños y adolescentes puedan desmarcarse de esa tendencia.
¿La música urbana pudiera ayudarte a posicionarte en el mercado?
Yo nunca me he planteado la posibilidad de hacer un tema de música urbana porque no es mi esencia, ¡pero podría suceder! Ahora somos una orquesta de fusión y siempre caben muchas cosas.
Lo más cercano a eso fue un tema que hice con Osmani García, llamado “Retwittea”. Nos invitó a compartirlo con él y lo disfrutamos mucho; pero ni nos define, ni el público lo pide en nuestros conciertos. En realidad no nos ha funcionado mucho, a pesar de que hicimos un video muy bonito que se visita mucho por Internet desde fuera de Cuba.
Después de diez años, ¿como está Yuly & Havana C?
Creo que vamos avanzando. Recientemente terminamos el tema “Dile”, con Waldo Mendoza, que es lo más precioso que nos ha sucedido porque los jóvenes lo han agradecido muchísimo. Ha sido un trabajo muy impresionante porque no es precisamente un tema de nuestro corte. Es más triste y sentimental.
También hicimos un nuevo videoclip, con el tema “Muévete”, donde los cantantes se vuelven bailarines por primera vez y tiene mucho colorido, mucha energía. Actualmente estamos promocionándolo muy fuertemente.
Además, estamos terminando nuestro tercer disco, que incluirá unas once canciones en featuring con artistas muy talentosos o amigos que nos han apoyado a lo largo de nuestra carrera.
Será una producción bien bonita, variada, alegre. La única canción suave es precisamente “Dile”. Todo lo demás tendrá más energía y alegría. Lo estoy haciendo en la EGREM y debe salir a finales de este año. Para el lanzamiento del disco quiero hacer un gran concierto en el Teatro Nacional. Ojalá todo salga como esperamos.
¿Qué les falta después de una década de trabajo?
Yo pienso que estamos en el principio del camino, ni siquiera en la mitad. A partir de ahora debemos enfocarnos en nuevas metas e internacionalizar más nuestra música. Por esa razón busco que mis músicos conozcan los ritmos foráneos y entiendan la fusión.
No me funciona un artista que quizás es el mejor pianista de La Habana pero está limitado a la hora de interpretar un género fusionado. Y esos abundan en Cuba porque no hemos abierto la mente totalmente. Y a mí me gustan los músicos de mente abierta.
Felicidades. Estan haciendo algo que hacia mucha falta: modernizar la musica bailable cubana, mezclando el ritmo de la salsa con tonalidades modernas. No creo que la juventud la vaya a rechazar, esta sabrosa para un buel baile de casino.