La hora de Noelia es un programa dentro de otro programa. Los recursos a los que apela la puesta en escena de este espacio descansan en una variedad de argumentos que se desplazan desde la ironía, la sátira hasta otras temáticas de mayor profundidad, que radican en la trastienda del libreto.
Este espacio ha sido uno que, con finos resortes humorísticos, coloca frente a su propio espejo a la televisión cubana y a cierta gama de presentadores, periodistas y locutores que carecen de preparación para estar a la altura de las exigencias del medio y lo tratan de cubrir solapadamente con frivolidades o performances, marcados, definitivamente, por la vacuidad.
Cierto que no solo es una deficiencia propia de la televisión de la Isla; también está presente en otras televisoras internacionales, pero el personaje de Noelia, interpretado por Andrea Doimeadiós, pone el acento en nuestra realidad mediática gracias también a la comicidad de la actriz, a su manejo de reconocibles referentes populares y a su preparación en los lenguajes televisivos.
El programa, pensado por el actor Osvaldo Doimeadiós, la directora Mónica Crespo y la propia Andrea Doimeadiós, ha despertado polémica como pocos lo han hecho en los años más recientes de la televisión cubana. Su capacidad para colocarse bajo el escrutinio es otra de sus mayores ganancias, en un medio dañado precisamente por la falta de anclaje de productos que alimenten el debate público sobre la realidad circundante, o cualquier asunto que amerite la reflexión sosegada o la crítica encendida.
En La hora de Noelia intervienen diversos personajes cuyo diseño está basado en tributar a la trama central del protagónico, algo que en la mayoría de los casos no lograron del todo; se percibe cierta premura en la construcción de los roles y en su relación con la búsqueda creativa de Andrea.
El personaje de Andrea Doimeadiós tampoco se puede interpretar como una obra acabada, definitiva, porque los propios argumentos que lo sostienen y que la actriz defiende lo convierten en un puntal creativo que puede —y debe— perdurar en el tiempo, para bien de una televisión que requiere con urgencia de una interpretación a fondo de su función social y de las figuras que la representan ante el ojo público.
De hecho, Noelia Bermellón es un work in progress. Lo es no solo por el hecho de la relevancia implícita en su permanencia en la pantalla, sino también en la defensa de un personaje, que en este caso radica en las antípodas creativas de la propia actriz, porque Andrea, de 27 años, ha demostrado profundidad, talento y conocimiento del medio tanto en la piel de Noelia como en varios de sus trabajos anteriores.
Lo anterior no quiere decir que la actriz no haya cometido “deslices” en su rol protagónico. Como todo trabajo en construcción, este personaje debe limar fallas en su puesta que, por las propias exigencias presentes en la finalidad del personaje, varió mucho, quizá demasiado, durante las distintas emisiones en cuanto a su forma y capacidad de comunicar a los espectadores la diversidad de argumentos que maneja en las críticas y sátira sobre la propia televisión.
El personaje tiene un alto nivel de polisemia y simbolismo. Su rol está adherido a la hipérbole, la falta de profesionalismo y la chatura que lamentablemente se han incrementado durante los últimos tiempos en los espacios televisivos, en los que debería primar el rigor por encima de cualquier otro requerimiento para la entrada en el sistema de medios públicos.
El humor de Andrea, eso sí, no está destinado a la amplia diversidad del público cubano. El programa no se diseñó para ese calado masivo, y, por otro lado, la falta de espacios definidos por un humor más elaborado ha provocado también que un sector de los televidentes haya mostrado fuertes reticencias a lo nuevo, a lo desconocido, o haya rechazado de golpe el contenido del programa y el burlesco desempeño de su personaje central.
Los intereses televisivos de los cubanos, como se dijo, son muy amplios y diversos y no todos prefieren la hechura de un personaje que es también varios personajes a la vez, y cuyo eje central es la propia burla hacia sí mismo, mientras toma como blanco diferentes actores mediáticos de la televisión.
En el teatro cubano, este tipo de críticas o desempeño se hace habitual, pero llevar el personaje a un medio masivo con los argumentos de Noelia es harina de otro costal. Incluso, podemos pensar que fue un acto de valentía de los decisores mediáticos colocar en la pantalla este tipo de propuesta, que también ponen “bajo la lupa” la credibilidad de la televisión, aunque, a decir verdad, en ese juego de roles para impulsar la crítica y la amplificación del debate hasta un límite posible siempre van a salir ganando a manos llenas los que lo promueven, algo que increíblemente aún no se ha entendido en todas las escalas políticas y sociales del país.
En el caso de Andrea sobran los adjetivos. La actriz tiene una hoja de ruta envidiable en el teatro y méritos logrados en la televisión. No todas las actrices y actores podrían interpretar un personaje como el de Andrea sin quedarse en el camino. En el primer intento. Es ante todo un acto de arrojo creativo lo que Andrea ha hecho con este personaje, que bien podría haber agonizado rápidamente en ese peligroso camino hacia la exageración.
De seguir con nuevos capítulos como Noelia, Andrea debe tratar de mantener ese discurso hiperbolizado en un límite prudente y no abundarlo en gestos o argumentos más allá de la franja de lo necesario, porque, aunque parezca contradictorio, en la exageración desmedida puede radicar su propio desgarre y su propio desplome actoral.
El personaje, ya desde su construcción, tiene todos los recursos para seguir ganando adeptos a la causa, digamos, de un humor intelectual —que no quiere decir que esté reñido a lo popular, aunque entre nosotros los términos han tendido a confundirse e interpretarse como antagónicos— y el alcance de su propio objetivo final depende de la propia actriz, y, obviamente, también de la ayuda de su equipo de trabajo.
Lo que sí fue un error como una “jugada cantada” fue la transmisión del programa en el horario estelar del sábado, porque en esa línea de horario deben convivir espacios que cumplan con las normas formales de la televisión y logren entretener a la mayoría de los televidentes. Noelia es como una especie de outsider y su humor, ya se dijo, no es —al menos por ahora— para todo tipo de público, aunque eso no quiere decir que pueda volverse un poco más masivo mientras se comprendan en mayor grado los intereses creativos del programa y la actriz siga creciendo en el diálogo con su personaje.
La hora de Noelia no debería existir, pero existe porque es sencillamente un producto de la televisión. Y no solo de la televisión sino también de la realidad cubana. Bien visto es un personaje que trasciende dicho medio para ocuparse —sin quererlo quizá—, de la propias dinámicas sociales, en las que que cualquiera ha tenido experiencias seguramente bastante desagradables con personas que ocupan puestos no por su experticia, sino por otros “ méritos” que trascienden su función, ya sea en el sistema de medios o en cualquier otro eslabón, un escenario que golpea de forma demoledora la progresión del país y determina cómo los propios cubanos ven el desempeño estatal de la nación a través del pobre desarrollo y aporte de personas que tienen una visibilidad a veces muy pública, y otras no tanto. Por su falta de preparación sublimada por otros intereses o disfrazada en los trajes de la falsa moral o la conveniencia, estas personas dañan notablemente las estructuras profesionales y, peor aún, la credibilidad de los medios y organizaciones.
De ahí que Noelia se mueve en diferentes renglones de una sociedad que también requiere, desde su televisión, de la burla, de la crítica, de la sátira, para mirarse y comprender sin edulcuramientos cuánto la lacera la falta de preparación, de solidez intelectual y de argumentos que contribuyan definitivamente a su progreso; una sociedad que necesita además de propuestas que la inviten a pensarse a sí misma en un proceso autónomo que no rehúya ninguna opinión, posición o mirada, por difícil o beligerante que sea.
Por lo pronto, Noelia seguirá, palpitante, en escena. Porque cada vez que nos colocamos frente a la televisión encontramos “bermellones”, “bermellonas” o cualquier criatura semejante que siempre serán el mejor alimento para Noelia y su intrepidez.
Genial el programa, ojalá existan nuevas temporadas. La interpretación de Andrea es la clave, exquisita.
Disfrute mucho el atrevimiento tanto de Noelia como de Andrea. La admiro sabiendo que quizás esté destinada a convertirse en una encumbrada representante de otro tipo de humor cubano…y no más de lo mismo. Mis respetos para ella.
Creo que lo ha dicho con certeza, no es para la mayoría del público que no entendió el humor inteligente, ni tampoco sonrió siquieray estoy de acuerdo con la mala elección del horario, pues no es para un horario estelar de sábado x la noche
Es que el humor inteligente va acompañado de no solo de sátira e ironía, también algo picaresco y un buen guionista con buenos actores cosa que no la veo aquí
Periodista, se sabe que usted es amigo de Doimeadios, el programa es un gran tornillo, no sirve.
Noelia Bermellón. Insoportable! Ni humor, ni sátira, ni nada.No la soporto.
Me encantó el programa de Noelia, es verdad que no estamos acostumbrados a ese tipo de humor. Muy valiente la actriz, y el horario yo lo veía perfecto. Ya la extraño los sábadossoni. Chao amigues, nos vemos.
.Cuál es ese tipo de humor?a ya te comprendo ese tipo de humor es el que da dolor de cabeza, cólicos, fiebre, picazón y ganas de tirar el televisor por la ventana,a ese tipo de humor es al que te refieres h que quieren que los televidentes se traguen y vean esos programas paquetería a lo obligado sin respetar la opinión de la mayoría por ser hija de quién es y ser apadrinada por otros.
Excelente Noelia. Ojala se repita con algo mas de tiempo. Lo del Doime con la orquesta fue de lujo
Ño PCC apretaste,es mejor ir a una funeraria a las 12 de la noche a llorar a un desconocido que ver el programa de Noelia y la cantidad de pujos que hace,por favor consíguele al de la barba un trabajito de CVP porque como humorista no se gana ni para el pan.
Por consideración al gran artista que es su padre, se podría soportar ese programa tan malo 15. Minutos….pero no una hora de horario estelar….lleno de humor chapucero. TANTO bueno que debe haber para el tan deseado fin de semana y torturan a la mayoría del publico con 1 hora de Noelia. Gracias.
Hagan lo que quieran.
Pero ojala que no tenga que ver nunca mas ese programa.
Me encantó el programa, tal vez como usted dice el horario no fue el acertado, pero si no es en ese horario donde si no? mire usted que lo ponen mas lejos y en un canal invisible donde casi han puesto a Escriba y Lea, ¿en que horatio mas visible podiamos constatar la pifia de los trajinados por Noelia para que entiendan de una vez que este país debe cambiar y dar un vuelco en todo.
El programa muestra la decadencia de los espacios humorísticos televisivos cubanos. No solo este programa es, en mi opinión, algo que nunca se hubiera llevado a cabo de no ser quién es Osvaldo Doimeadios, si no también hay otros ejemplos como “el atracón” y hasta pánfilo se ha vuelto repetitivo y aburrido. En una mayoría las personas ya no encuentran estos programas “cómicos” o graciosos entonces, por qué mantenerlos al aire y no poder poner otro tipo de shows mas interesantes y entretenido??
Seguro tu eres vecino del papá o de ella,profe ese programa es gemelo con Juntos pero no revueltos.
El programa es una maravilla, muy valiente, y Noelia espectacular, no es más de lo mismo y se aleja de la estúpida bufonería barata de “Juntos pero no revueltos que si es un clavo de grandes dimensiones. Doimeadios padre tiene un don de creación insuperable y lo demuestra con este programa tan bien concebido le doy una calificación máxima, Me gustaría ver a carlos Gonzalvo por ahí por los alrededores del programa
Creo los televidentes esperamos y nos merecemos ver o disfrutar programas excelentes con artistas, guiones, ambientación y terminación muy buenos. Lo contrario pudieran ser una televisión experimental para otros espectadores.
Perfecto, a través de sus palabras pude ver reflejado mi opinión sobre el programa. Muy importante lo que Ud. Dice, no es humor para todo el mundo, como lo fue Les Luthiers en su momento y otros comediantes que nos brindan este humor inteligente.
La realidad es que Osvaldo Doimeadios es admirado y muy conocido en los medios, y por esta razón casi todos los periodistas y personas conocidas tratan de dar una buena opinión sobre el programa, pero la realidad es muy diferente el programa es insoportable y en algo usted cómo periodista fue muy sincero, no es para transmitir en el horario estelar y menos un sábado, respeto el gusto y la opinión de todos pero para la mayoría de los televidentes, yo incluida, la hora de Noelia es el mayor pujó que ha transmitido la televisión cubana, sin palabras.
Siempre lo nuevo puede crear polémica, en lo que discrepo es en elitizar al público, en un medio masivo se debe poner en escena un proyecto asequible a este, si no se piensa en el receptor, es fallido el mensaje, el diseño y la Concepción artística, aunque sé son necesarios este tipo de opciones, comparto lo de lo no acertado del horario escogido, pienso que una propuesta verdaderamente fallida lo es el otro espacio: “Juntos pero no revueltos”. No obstante creo válida la propuesta de “Noelia”, la valentía debe premiarse.
Insoportable programa, y lo que menos me gusta es que pongan a los niños interpretando el personaje, como si hubiese algo bueno en aprender del tono y la forma de expresarse.
Increíble cómo se le quiere hacer un monumento a un programa tan sin sentido como ese.
¡Me encantó! Desearía otras temporadas. Un programa con humor inteligente. El mejor de todos fue el relacionado con el reconocido espacio “De la Gran Escena”, pero todos me hicieron reír. Gracias por esta propuesta.
Deberían ponerlo todos los 30 de febrero el día entero es un purgante de clavos .
Por lo que veo con este programa de Noelia pasa como muchas cosas que pasan en Cuba que hay que comersela aunque el pueblo no lo digiera,lástima el amor paternal este por encima de todo y no se de cuenta que ese programa es un pujo,lean los comentarios y saquen sus conclusiones y Mónica de programa humoristico no sabe nada,vean show de otros países y aprendan de humor inteligente que es el capaz de hacer reír a cualquiera sin tener en cuenta su coeficiente de inteligencia,ahora por favor no obligen am televidente a ingerir ese programa tan lleno de mal humor pues van a ser los causantes de un suicidio colectivo o de contribuir a un apagón masivo de televisores a en ese horario,gracias.
Excelente programa, gustó mucho a mi familia y desearíamos que hicieran otra temporada. Como toda obra humana es mejorable; pero este tipo de humor es el que debe crecer y fomentarse. El programa dedicado a la Gran Escena estuvo buenísimo. Gracias Noelia.
Para mi opinión el programa es un sinsentido para llenar espacios de la TV que parece que a ratos no tiene material nuevo que exhibir y ello se ve reflejado también en la repetición de otros programas que ya se pusieron incluso no muy atrás en el tiempo. La actriz será muy buena pero el personaje de Noelia es realmente un verdadero “pujo”, no hay quien se lo trague, y para colmo lo ponen en un horario crucial donde la población está esperando con ansias una novela que pasan solo los sábados y tiene que esperar ver “eso” primero o cambiar el canal simplemente hasta que termine. Para mí ese programa no cumple las espectadoras de la población, sería mejor que no lo pusieran más ni en ese día y mucho menos en ese horario, si lo van a continuar que sea en otro canal, así la población no se vería “obligada” a verlo si no le gusta.